Las profesiones soñadas de los niños suelen ser siempre las mismas. Futbolista, astronauta, ahora también youtuber o streamer. Trabajos que realizan sus ídolos o que ven en los dibujos animados y que desde muy temprana edad comienzan a imaginar.

Luis Fernández Gabián tiene 13 años, pero sus metas profesionales apuntan hacia caminos algo distintos a lo habitual. Tiene claro que de mayor quiere ser jinete y ya ha emprendido los primeros pasos hacia ello; recientemente ha logrado la medalla de oro en el Campeonato Gallego de Saltos, dentro de la categoría de Infantiles, y se prepara para clasificarse en el próximo nacional.

Con todo, no le agobia la idea de competir. "Voy siempre con la intención de pasármelo bien y hacerlo lo mejor posible, sea cual sea el resultado. Aunque prefiero ganar, por supuesto", confiesa el joven jinete. Tal vez así sea el sentimiento de quien lleva desde siempre a lomos de un mismo sueño.

Una pasión de toda la vida

Luis Fernández Gabián.

Luis Fernández recuerda que montó por primera vez a caballo con solo tres años, acudió a competir con seis y no ha parado desde entonces. La inquietud surgió de su amor por los animales pero también por cuestión de familia, ya que como nos cuenta, sus abuelos y sus tíos también practicaban hípica.

"Recuerdo que me sentí muy contento, no tenía miedo y ya me hacía la idea de cómo sería", cuenta el jinete sobre el momento en el que se subió por primera vez a un caballo. Además de la equitación, Luis practica golf dentro de la copa infantil gallega. "Desde chiquitito le han gustado los deportes algo diferentes", puntualiza su madre, María del Carmen, presente en la entrevista.

A largo plazo el adolescente se plantea continuar dedicado a la hípica: "Pueden pasar mil cosas en esta vida, pero me encantan los caballos de toda la vida, así que voy a seguir compitiendo lo máximo que pueda". Actualmente entrena en el club Char de Ponteareas cinco días a la semana.

Luis Fernández anima a otros jóvenes a probar este deporte: "Me gustaría que hubiera más gente que avanzara más allá de dar un paseo con el caballo". Así, lamenta el bajo número de personas jóvenes de las competiciones ecuestres y pide que esto cambie para que en un futuro haya "grandes jinetes".

Fakir y otras metas

Luis Fernández compitiendo a lomos de Fakir. Imagen: cedida

¿Qué sería de un jinete sin su caballo? Para acceder a las competiciones, nos explica la familia Fernández Gabián, es necesario poseer animal propio. Desde hace cuatro años Luis es dueño de Fakir, un corcel de tamaño medio que reside en los establos del Char y con el que conectó desde el minuto cero.

El problema es que la altura del joven —con 13 años ya alcanza el metro ochenta— comienza a ser incompatible con la del animal, lo que limita el nivel de los saltos que pueda realizar en los campeonatos. "Ahora estamos en la búsqueda de un caballo nuevo", detalla María del Carmen.

Este proceso es complicado. "Hay que encontrar uno que esté sano, que haya sintonía con él. Puede alargarse la búsqueda hasta un año", relatan. El objetivo es disponer de un nuevo compañero de competición para Luis de cara a la próxima temporada y poder presentarse al campeonato de España.

Luis compite en la categoría infantil de triple salto; es decir, supera a caballo unos obstáculos de cerca del metro de altura. En el nacional esto ascendería hasta un metro y 20 centímetros. Su buena posición en el gallego le ha cargado de energía: "Aunque quedara el último, si el caballo se hubiera esforzado y yo lo hubiera hecho bien, estaría feliz igual".