El Atlético Mecalia Guardés se quedó a las puertas de la historia en Turquía. El equipo miñoto sucumbió ante el Antalya Konyaalti en el partido de vuelta de la final de la Copa Europea a la que llegaba con seis goles de ventaja que no fueron suficientes.
El equipo turco fue superior desde el primer minuto y poco después del cuarto de hora de partido ya habían igualado los goles de ventaja del Guardés, que se estrelló durante todo el encuentro contra la portera turca Sevilay Imamoglu, que en el minuto 43 ya contaba con una efectividad del 50% en paradas.
Además de la permisividad arbitral no ayudó en las ansias de remontada. El resultado final, 33-20, dejó una derrota abultada, la tristeza en las caras de las jugadoras del Guardés y el primer título europeo del balonmano gallego, en el mundo del imposible.
"Duele el qué. Duele el cómo. Duele", rezaba la publicación en las redes sociales del club tras la final, eso sí, con la promesa de volver a levantarse. "Así es el deporte. Así es la vida".