Berta Álvarez, primera presidenta del Vigo Rugby: "Sigue siendo un deporte invisibilizado"
La actual presidenta espera "dejar al club en mejor posición de la que está", ayudando a sus equipos seniors a ascender a División de Honor
6 agosto, 2023 05:00Coincidiendo con su 35 aniversario, el Kaleido Vigo Rugby Club cambia de presidente, cargo que ocupa por primera vez una mujer. Tras cinco años en el puesto, Xoán Martínez le pasa el testigo a Berta Álvarez, una mujer que lleva 20 años vinculada al club y que formó parte de la directiva del mismo durante las últimas temporadas.
Berta asume este nuevo cargo con "ilusión" y también con un poco de respeto porque "es una responsabilidad el seguir dirigiendo el club y llevándolo hacia adelante". Aunque la decisión de ser nombrada presidenta la cogió un poco por sorpresa, puesto que fue Xoán Martínez el que la propuso para el cargo, al considerar que era la persona idónea para sustituirlo. "No fue algo que yo tuviese en mente, ni que prepararse", afirma la actual presidenta.
La relación de Berta con el club se remonta a su etapa universitaria cuando, animada por una amiga, decidió probar suerte en uno de los entrenamientos. "Empecé con 23 años y estuve jugando
hasta los 40, justo cuando empezó la pandemia", cuando tuvo que dejarlo a causa de una lesión, explica. Sin embargo, lejos de desvincularse del equipo, Berta comenzó a interesarse por la parte administrativa del mismo.
En concreto, era responsable del área de coordinación de categorías y una de sus principales aportaciones durante sus años en el cargo fue sugerir la incorporación de un preparador físico que estuviera formado y pudiera ayudar a los entrenadores (que en el caso del Vigo Rugby son voluntarios). "Creía que realmente hacía falta una persona en el club que se encargase un poco de la parte física, sobre todo para la prevención de lesiones y también para que los jugadores y jugadoras tuviesen una parte de preparación física adecuada", justifica la actual presidenta.
Un club con muy buenos resultados
Actualmente, Berta explica que la situación del club es muy buena, especialmente desde que hace años que se apostó por poner todos los esfuerzos en la cantera y en el crecimiento de la misma. "Al final es lo que te hace crecer y que no se convierta en un deporte de fichajes", justifica la presidenta. "Ahora mismo tenemos un 70% de la plantilla de fichas de la cantera, es decir, por debajo de de los 18 años. Y tenemos equipos en todas las categorías, desde M6 (niños de entre 4 y 5 años) hasta Senior", comenta Berta con orgullo.
Uno de los reconocimientos que más enorgullecen a Berta, más allá de los resultados deportivos, es un premio que recibió el Vigo Rugby al "club con los valores más trabajados", que les fue otorgado en un torneo en Vitoria a partir de los votos del jurado y del resto de clubes. "Es un premio que le dan al club con los valores más trabajados tanto dentro como fuera del campo. Es decir, dejar los vestuarios, cómo se comportan con el resto de participantes, el compañerismo,… Para mí eso es un orgullo, porque quiere decir que desde la escuela y la academia se están haciendo las cosas bien", se enorgullece Berta.
A nivel deportivo, el club también se encuentra en una situación excelente, ya que esta temporada tanto el equipo Senior masculino como el M18 quedaron campeones de Liga y de la Copa Xunta y el equipo Senior femenino quedó de segundo en la Liga Regional, resultados que les permiten pensar en ascender a las categorías profesionales.
Todo esto hace que el Vigo Rugby sea el "club de referencia aquí en Galicia: tanto por número de licencias, como por tener todas las categorías que hay en competición y, al final, los resultados están ahí", explica la presidenta del club.
Con la mirada en el futuro, Berta tiene un plan ambicioso para garantizar el crecimiento del club: "espero dejar al club en mejor posición de la que está". Entre sus principales objetivos está que el equipo Senior masculino pueda ascender, como mínimo, a División de Honor B, y el femenino también, o que por lo menos puedan jugar la fase de ascenso a un nivel competitivo. Además, Berta espera que "la escuela y la academia puedan seguir creciendo como hasta ahora y con un nivel competitivo mejor". Sin embargo, la actual presidenta es consciente que va a ser un trabajo duro, ya que, "sin los patrocinadores y las subvenciones que tenemos, es complicado poder llegar a donde te propones".
Falta de instalaciones
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta el club actualmente es la necesidad de contar con un campo homologado para poder jugar en las categorías superiores, algo que por el momento todavía no han conseguido. "El campo se intentó homologar en 2021 y la verdad es que los requisitos que había puesto la Federación Española eran bastante estrictos y nos rechazaron la homologación por un problema de malas hierbas", explica Berta. Sin embargo, desde el club son optimistas y esperan que los requisitos impuestos por la Federación sean más flexibles este año y les permitan poder crecer y ascender de categoría.
Sin embargo, por el momento, para jugar las fases de ascenso a División de Honor B, el equipo tendría que hacerlo en el campo de A Coruña (que sí está homologado), lo cual en caso de conseguir el ascenso crearía una situación insostenible, ya que el club tendría que financiar desplazamientos mensuales a la ciudad. La problemática es tal que, desde la directiva, admiten que, en caso de no poder homologar el campo, los equipos no podrán ascender "porque no vamos a tener un campo para poder disputar los partidos el año que viene y la verdad es que sería una pena que tuviésemos que bajar el ritmo por culpa de no tener campo homologado".
Además, desde el club también denuncian que la localización geográfica del campo les perjudica, ya que se encuentra en el Cuvi, totalmente aislado del resto de la ciudad. Esto genera que los padres de los niños de las categorías inferiores tengan que hacer el esfuerzo añadido llevar a sus hijos hasta un campo que queda bastante alejado de sus viviendas. Y, adicionalmente, el emplazamiento viene acompañado de las adversidades climatológicas típicas de la zona, que genera que los niños tengan que entrenar a temperaturas muy inferiores a las que hay en Vigo y con una niebla espesa que no permite ver el campo. Por todo esto, desde la directiva del club instan al Concello a que les facilite un campo en condiciones en la ciudad, algo que llevan "diez años prometiéndonos", aseguran.
Otro impedimento que intentan afrontar actualmente desde el Vigo Rugby Club es la falta de un gimnasio propio en el que sus jugadores puedan entrenar la parte de preparación física. Esto supone tener que negociar con gimnasios que estén dispuestos a abrir determinadas horas solo para el club, ya que los diferentes equipos no pueden entrenar mientras este el gimnasio lleno, lo que se suma a la problemática añadida de que "en las en las horas que nuestros jugadores y jugadoras pueden entrenar son las horas de máxima afluencia en los gimnasios, por lo que tampoco nos los pueden dejar", explica Berta. Es por eso que desde la directiva del club esperan que las aportaciones de los patrocinadores puedan llegar para cubrir los gastos de alquiler de un local y las máquinas necesarias para acondicionarlo, ya que esto supondría una importante mejora en el rendimiento de todas las categorías.
Un deporte "invisibilizado" y "masculinizado"
Pese a los buenos resultados del club, el rugby "sigue siendo un deporte bastante desconocido e invisibilizado", tanto en Vigo como en Galicia, reconocer Berta. Pese a las diferentes iniciativas por acercar este deporte a las escuelas no son muchos los niños que deciden comenzar a practicar esta disciplina, aunque la cifra poco a poco va creciendo.
Y, si ya resulta difícil atraer a niños, con las niñas es todavía más complicado: "el porcentaje de chicas en los equipos no llega a un 10 o a un 15%", explica Berta. Reconoce que el rugby continúa siendo un deporte muy masculinizado y percibido como una práctica exclusivamente para el género masculino, algo que desde la directiva esperan poder cambiar en los próximos años.