El constante aumento de la demanda de materias primas ha hecho que la escasez de recursos sea un problema global que necesita soluciones inmediatas y eficaces a largo plazo. Por ello, es preciso un cambio de paradigma que ayude a migrar a la industria hacia la consolidación de una economía circular basada en compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos todas las veces que sea posible, según explica el Parlamento Europeo.
El modelo que se plantea es, por lo tanto, un sistema de presente y de futuro, que tiene como objetivo minimizar el modelo de consumo de "usar y tirar" al que estamos acostumbrados, que ha acabado por poner en peligro una importante parte de las materias primas que se utilizan para fabricar infinidad de productos que utilizamos en nuestro día a día. Se trata en última instancia de una forma de tratar los residuos que conlleve su reducción al mínimo, para que el impacto de la industria en el planeta se reduzca en consecuencia y, al mismo tiempo, de utilizar, de manera responsable y eficiente las materias primas de origen natural.
Esta forma de producir y de reutilizar los residuos que esa producción genera repercute, además, en el medio ambiente de forma directa, pues al ajustar las producciones industriales a un consumo más moderado se ajustan también el consumo de energía y las emisiones contaminantes. De este modo, con un uso inteligente de las materias primas y una gestión eficiente de residuos, se construye un modelo que pretende ser más respetuoso con el medio ambiente tanto en el presente como en el futuro.
Ence, referente en Europa
Muchas industrias se están sumando, poco a poco, a este nuevo modelo de producción sostenible, entre las que destaca Ence Energía y Celulosa. La papelera ha demostrado que su sistema de producción se ajusta perfectamente al modelo de bioeconomía circular que, entre otras instituciones, busca la Unión Europea para hacer frente a los efectos nocivos del cambio climático y de la sobreexplotación de materias primas.
Su biofábrica de Lourizán, en Pontevedra, es claro ejemplo de una producción sostenible, eficiente y con un uso inteligente de recursos y una correcta gestión de residuos, razones por las que se ha reconocido en varias ocasiones a la planta como líder en sostenibilidad a nivel nacional e internacional. El proceso comienza con la selección de la materia prima, madera certificada como procedente de una gestión responsable, y remata con la fabricación de productos reciclables capaces de sustituir al plástico y otros materiales más complejos de reciclar.
A esto se suma que la biofábrica de Ence en Pontevedra genera energía renovable utilizando biomasa forestal y aprovechando hasta el último gramo de la madera que entra en la planta al utilizar para este proceso la corteza y la lignina que no se emplean en la producción de celulosa. Gracias a este sistema, han sido capaces de autoabastecerse energéticamente casi por completo con una fuente de energía renovable que además es la primera de Europa que recibía en verano de 2021 una certificación de sostenibilidad.
‘Residuo cero’
La mayor innovación del sistema de fabricación de Ence consiste en una gestión de residuos que permite reintroducir gran parte de los mismos en la producción, de modo que se reutilizan, reciclan o revalorizan para darles "una nueva vida". Este modelo de ‘Residuo cero’ y la revalorización del 99% de los residuos de la fábrica han significado una certificación de gestión ambiental de Aenor, en la que se reconoce también el uso eficiente de agua o la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
El proceso productivo de la biofábrica de Lourizán es, en su totalidad, respetuoso con el medioambiente y se basa en la máxima reutilización de recursos para cuidar el entorno natural. La producción de celulosa comienza con la llegada a la planta de la madera de eucalipto cultivada en plantaciones certificadas como sostenibles y gestionadas de forma responsable, a la que se extrae la corteza y se astilla para facilitar su cocción.
En este primer paso se reutiliza esa corteza junto a los residuos forestales como biocombustible para generar energía en forma de vapor, que se utilizará para continuar con el proceso de fabricación de celulosa, que sigue con el lavado, blanqueo y secado de la pasta. Durante la cocción de la madera, además, se extrae lignina, que constituye un biocombustible renovable y natural que también se utiliza para alimentar el sistema de producción. Tras acabar el proceso de fabricación, la energía sobrante se vierte a la red pontevedresa.
La culminación de este proceso productivo con ‘Residuo cero’ y autoabastecimiento energético llegará con la instalación de una planta para la fabricación de biomateriales en As Pontes (A Coruña), donde se utilizará, en parte la propia celulosa producida en Lourizán para finalizar el ciclo de fabricación de forma sostenible y circular.
Ence se ha convertido en los últimos años en un auténtico referente europeo de transición sostenible: ha creado un modelo de producción en el que la bioeconomía circular es la base del proceso, pasando por un uso inteligente de los recursos y materias primas y finalizando con la gestión de desechos que busca el ‘Residuo cero’.