La transición energética y el camino hacia la descarbonización es una realidad. Aunque los retos son aún muchos y muy importantes, empresas, administraciones y hogares, en sus diferentes ámbitos de actuación, trabajan en pro de un objetivo que ya no es ajeno a ningún segmento de la población: la sostenibilidad.

La mayor parte de la industria ya ha integrado como parte de su estrategia empresarial la necesidad de reducir su impacto en el planeta. Además, el desarrollo de energías renovables se han convertido en un sector clave, y atractivo para muchas compañías, que, en gran medida, marcará el rumbo en este recorrido hacia la economía verde.

El vicepresidente primero de la Xunta de Galicia, y conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, manifiesta el compromiso de la administración con este cambio de modelo, si bien asegura que debe realizarse una transición justa y ordenada, donde el nuevo mix energético resultará clave para su consecución.

Las energías renovables son un motor fundamental de la industria sostenible. ¿En qué momento se encuentran las energías verdes en la comunidad? ¿Cuáles se espera que tengan un mayor recorrido en los próximos años?

Galicia avanza con paso firme en el impulso de las energías renovables y en la transición energética. Así, la comunidad superó ya en 2020 algunos de los objetivos que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) fijaba para el final de la década. Es el caso de la contribución de estas fuentes en la generación de energía eléctrica: establecida en el 74%, ya fue del 74,2% en Galicia.

Desde el Gobierno gallego se está apoyando, tanto en la industria como en los hogares y administraciones, la progresiva utilización de todo tipo de fuentes renovables. Uno de nuestros objetivos es conseguir un modelo sostenible y un nuevo mix energético con nuevas tecnologías -como pueden ser el hidrógeno verde, los gases renovables, los biocombustibles, el almacenamiento energético o la eólica marina-. Siempre desde la compatibilidad con el medio ambiente y otras actividades económicas, como puede ser el sector primario.

No ser sostenible ya no es una opción para ninguna compañía o sector. En Galicia, ¿qué industrias están apostando más por minimizar su impacto medioambiental? ¿Quién lo está haciendo mejor?

Precisamente porque no ser sostenible no es una opción, vemos que el grado de compromiso de la industria es cada vez mayor y en todos los sectores estamos apreciando que se consolida este cambio. Sin duda, ya es una realidad.

Desde la Xunta de Galicia estamos apoyando este proceso y, por ejemplo, estamos viendo los frutos en el sector de la minería, donde este año hemos lanzado, por primera vez, ayudas para que las empresas realicen inversiones destinadas a los procesos de implantación y certificación de un sistema de gestión  de minería sostenible. Pues bien, Galicia ya tiene 10 empresas certificadas o en proceso, lo que nos va a convertir en la comunidad autónoma con más compañías certificadas. Es solo una prueba del carácter pionero de nuestra región.

El compromiso del Gobierno autonómico resulta fundamental para poder avanzar en la transición energética. ¿Cuáles son las principales medidas que se están adoptando para dar pasos en este proceso?

Galicia aprobó este año su Agenda Energética hasta 2030 con el objetivo de caminar hacia la neutralidad climática. Nuestros objetivos son que el 85% de la generación eléctrica proceda de fuentes renovables; reducir un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero; y alcanzar un 40% de mejora de la eficiencia energética en el consumo final.

Para conseguirlo estamos trabajando ya en torno a siete ejes de actuación: desarrollo de las energías renovables, economía circular, movilidad sostenible, descarbonización de los sectores, innovación, transición justa y búsqueda de financiación a través de la colaboración público-privada.

Los grandes desafíos

¿Cuáles son los mayores retos en la comunidad para avanzar hacia la industria verde?

Necesitamos conseguir ese nuevo mix energético que, con la ayuda de las nuevas tecnologías, nos permita realizar una transición ordenada y justa hacia un modelo más sostenible.

En este sentido, es necesario ofrecer a la industria seguridad y certeza, un marco estable que les permita afrontar esa transición de un modo que no resulte traumático, como venimos reclamando al Gobierno central desde hace tiempo. Lamentablemente, estamos viendo que los elevados precios energéticos y las medidas adoptadas a nivel estatal hasta la fecha están provocando el efecto contrario.

¿El momento actual con una elevada inflación, guerra de Ucrania, incertidumbre económica… está siendo un freno, o lo será en el futuro, en el avance de la industria hacia la sostenibilidad?

Resulta evidente que el contexto no es el idóneo, sin embargo, a pesar de todo, vemos que la industria tiene proyectos en Galicia y realmente tiene interés por afrontar esta transición. En paralelo, Europa cuenta con la respuesta para apoyar el cambio a través de un instrumento como los fondos Next Generation. El problema es la mala gestión que de ellos está realizando el Gobierno central. Es necesario que esos fondos lleguen a nuestro tejido productivo, porque será también la mejor manera de apoyar a nuestras pymes y de generar nuevas oportunidades en el ámbito laboral.