Vanesa, Claudia y Almudena son tres madres con un mismo estilo de crianza basado en el juego libre y las ideas del método Montessori y la pedagogía Waldorf. El desarrollo artístico y creativo de los más pequeños y la potenciación de la empatía y el razonamiento son algunas de las características que estas jóvenes gallegas buscaban en los juguetes que compraban para sus hijos.
Así nace en julio de 2019 A Balea das cores, un espacio en el centro de Pontevedra en el que se pueden encontrar todo tipo de juguetes educativos, artesanales, naturales y originales. "Cuando creamos la juguetería no existía en la zona nada parecido, queríamos transmitir a otros padres y madres nuestro modelo de crianza a través del juego libre", cuenta Vanesa.
Las tres madres, ahora socias, han logrado poner a disposición de los pontevedreses un amplio catálogo de juguetes "que respeten el desarrollo natural del niño o niña a la vez que fomentan la creatividad, la imaginación y el ingenio".
Casi desde la apertura de la tienda física, además, cuentan con una tienda online que gestionan ellas mismas con su catálogo. "Empezamos con la tienda online muy pronto pero, por razones obvias, desde el confinamiento hemos ido dándole más protagonismo", dice Vanesa. Reconocen que siguen vendiendo más en la tienda física porque es un sector muy especial, en el que sus recomendaciones como expertas son muy apreciadas, pero trabajan para que la web esté también muy actualizada y ofrezca un buen servicio.
Juego libre e inclusivo
"Lo que buscábamos era crear un espacio en el que se pudiesen comprar juguetes de madera de calidad y que no fuesen los típicos juegos ‘comerciales’ que están en todas las jugueterías, pero sin que subiese muchísimo de precio", reconoce Vanesa.
En el pequeño local de la calle Castelao se pueden encontrar desde juguetes tradicionales de madera hasta juegos de mesa para todas las edades, pasando también por libros para niños o de crianza para los padres y madres que quieran conocer más sobre los métodos educativos que tratan de divulgar las tres socias de A Balea.
Para ellas también hay un pilar muy importante que centra muchos de sus esfuerzos: el juego inclusivo y sin diferenciación por género. "Cuidamos mucho la elección de las marcas y la mayoría de las que vendemos no tienen un packaging diferencial, los rosas son para los niños y los azules para las niñas y viceversa, a la mayoría de los clientes que vienen a nuestra tienda no les importa el género para el que estuviese fabricado ese juguete". Así, venden preciosas cocinas de madera para futuros chefs y completísimos cinturones de herramientas para futuras inventoras.
Formación, esfuerzo y mucho cariño
Vanesa explica que ellas mismas se han ido formando para poder asesorar perfectamente a cualquiera que entre por la puerta de su juguetería. "Tenemos clientes que vienen sabiendo qué juguete quieren, pero hay padres y madres que nos cuentan qué edad tiene su niño y nosotras tratamos de darles el juego que mejor se adapte a la edad y capacidades del pequeño".
Por eso cuentan con juegos que se pueden usar desde los primeros meses hasta la vida adulta, "dependiendo de quién los use acaban siendo juegos diferentes, sobre todo los juegos de mesa: tenemos algunos a los que pueden jugar solo niños, familias enteras o solo los adultos", dice Vanesa, que comenta que en función de la edad de los jugadores acabará jugándose de diferentes maneras igualmente divertidas.
También cuentan que escuchan mucho a los padres y madres que van por la tienda "tanto cuando vienen a preguntarnos por un juguete que todavía no tenemos en el catálogo como cuando nos hablan de algo que han leído o les han recomendado. Pasamos mucho tiempo informándonos, haciendo trabajo de documentación y buscando el modelo perfecto del juego antes de venderlo", reconocen.
Todo este trabajo de documentación y formación de las tres socias se traduce en talleres para los niños y niñas o para los padres y madres, "aunque desde que empezó la pandemia no hemos podido impartirlos, porque nuestro local es muy pequeño y queremos asegurarnos de que cumplimos al 100% con las medidas de seguridad", dice Vanesa. "En cuanto nos dejen, volveremos a la actividad presencial y seguiremos transmitiendo a los pontevedreses todo lo que vamos aprendiendo".