Al llegar a Cambados (Comarca do Salnés, provincia de Pontevedra) pareciera que nuestros pies nos lleven directamente hacia uno de sus principales espacios urbanos: la Plaza de Fefiñáns. No hay mirada que resista el impacto de esta gran plaza señorial de más de 2.500 metros cuadrados, que antaño fue escenario del mercado local, donde sobresale el imponente edificio que le da nombre, el Pazo de Fefiñáns, ocupando los dos ángulos de la plaza con su forma de escuadra.
Antes de visitarlo, conviene posar la vista en uno de los extremos de la plaza, en la Iglesia de San Benito, en la que reposan los restos de la familia Valladares, en origen dueños del pazo que nos ocupa, y donde una inscripción reza lo siguiente: “La muerte es un dulce sueño para los justos”.
El Pazo de Fefiñáns es uno de los pazos más emblemáticos del patrimonio artístico gallego. Se construyó en el s. XVI, por obra y gracia de Juan Sarmiento Valladares, consejero de Felipe II, y combina de forma magistral el Renacimiento con el Barroco gallego. De su diseño original se hicieron varias reformas con añadidos, en especial en el s. XVII, encargados por Gonzalo Sarmiento de Valladares, vizconde de Fefiñáns, hasta que pasó a manos de sus actuales dueños, descendientes de los marqueses de Figueroa.
El lado de poniente del pazo está dedicado a Don Gonzalo, y el lado sur a su hijo, Don Fernando de Valladares y II Vizconde de Fefiñans.
En el exterior del pazo se observan numerosas puertas y ventanas, con balcones esquinados con decoración renacentista sobre sus ventanas, además de barandillas de hierro que parecen imitar al púlpito de una iglesia. Sobre el conjunto sobresale la Torre del Homenaje, en cuya fachada hay una curiosa inscripción que recoge los valores de los señores de Fefiñáns, y dos escudos de armas que rematan el pazo coincidiendo con las dos puertas principales y representando la heráldica familiar.
En uno de sus laterales destaca un llamativo arco-puente de trazado barroco. Tendría que haber tres más pero dos de ellos se perdieron y el último, por un despropósito, fue destruido para construir una carretera. Este puente o pasarela tiene la función de comunicar la vivienda con el bosque y con sus bonitos jardines, en los que encontramos los restos de un laberinto del s. XVIII y la bella Fuente del Pez rodeada de un gran estanque.
En sus antiguos viñedos, muchos centenarios, que producen vino blanco desde el s. XVII, sobrevive alguna vid despistada para elaborar albariño rosado. Un huerto ecológico y un bosque con árboles centenarios (robles, castaños) completan la zona verde de este fascinante palacio renacentista gallego.
El interior de Fefiñáns no sorprende, pues contiene todo lo que se pudiera esperar de una gran casona señorial: plata antigua, enormes chimeneas, valiosa porcelana de Sevres, tapices e interesantes pinturas de maestros como Corredoira. Estas antigüedades conviven con la presencia de elementos más modernos en sus tres grandiosos salones; no hay que olvidar que el pazo está habitado parcialmente por la familia propietaria, los Figueroa, que cuidan del edificio y los jardines con esmero.
La historia del Pazo de Fefiñáns está vinculada desde siempre a la producción vinícola. Alberga en sus bajos dos bodegas, la Bodega Joaquín Gil de Armada, y la prestigiosa Bodegas del Pazo de Fefiñáns, la primera que embotelló en Galicia vino de esta zona en 1928 bajo la marca “Albariño de Fefiñáns” y que produce sus caldos a partir de las uvas de la Fértil Comarca do Salnés. Aquí se dice que está plantada la primera cepa de albariño del Salnés, aunque no está oficialmente confirmado.
No sólo parte del interior del pazo es visitable, si no también sus bodegas, previo pago y reserva (consultar condiciones actuales en su web), donde es posible hacer catas, no sólo de vino si no también, en el caso de la Bodega Gil de Armada, de licor de orujo producido por ellos mismos.
Es tal la importancia del Pazo de Fefiñáns en la historia de Cambados y en la cultura gallega que en 2012 el majestuoso pazo fue declarado Bien de Interés Cultural, pasando a formar parte de la acreditada lista y convirtiéndose en uno de los bienes más preciados del patrimonio monumental, artístico y cultural de Galicia.
Emma Sexto