Hacer de una afición tu profesión es el sueño de muchos. En el caso de los hermanos Andrés y Roberto Toledano, es una realidad. Ambos regresaron a Nigrán y aunque pertenecían a mundos totalmente diferentes al de la cerveza, comenzaron a fabricarla como pasatiempo. "La hacíamos para consumir nosotros, pero producíamos tanta que pensamos en cómo darle salida", señala Andrés.
El favor de los que la probaban, amigos y familiares, lo tenían, pero decidieron dar un paso más y que esa cerveza artesana se convirtiese en su modo de vida. Fueron estudiando, perfeccionando y evolucionando su fabricación para comercializarla. Los comienzos fueron en La Micro, el local que regentaban en el Mercado de Abastos de Baiona. Pronto se les quedó pequeño el espacio de fabricación y comenzaron a externalizar la producción.
‘Made in Val Miñor’
Desde un punto objetivo, se trata de una zona que "se está desarrollando mucho". "Se han juntado la gente local con los que han llegado de ciudades como Vigo, con profesiones liberales, y se ha generado una mezcla increíble", asegura Andrés. Un tejido industrial en constante crecimiento y una oferta de negocios locales que abarca todo tipo de productos hacen del Val Miñor el lugar perfecto para desarrollar su proyecto: "La zona tiene buenos productos, y una cerveza hecha aquí, cuanto menos tenga que viajar, mejor".
En el plano más personal, después de haber estado fuera y regresar, no se planteaban otro sitio para desarrollarlo, aunque oportunidades tuvieron. "Es una zona muy feliz", concluye.
Su pertenencia a Nigrán no pasó desapercibida para el Concello, que les ofreció su apoyo con una propuesta: cederles el nombre del lugar para desarrollar una cerveza. Así nació "Nigrán, equilibrio natural", una cerveza "rubia, suave, para todos los públicos, con regustos cítricos" perfecta para tomar "de cañeo, a medio día".
No es la única cerveza que han creado ex profeso para otros; "La Chela del Chac Mool" es el resultado de la colaboración con la taquería mexicana Chac Mool, situada en la playa de Patos. Además, grupos "amigos", como Dakidarria o The Soul Jacket, se han convertido en embajadores de la marca en sus conciertos.
Los hermanos Toledano, además, cuentan con otras cervezas, como "Summer Papa", "Caravan Lager", "Sufer Ipa" o "Apnea Pale Ale", y dos marcas que definen dos vías de negocio: la marca primigenia, Trisk-Ale, que ahora se "radicalizará" para acercarse al mundo de las tendencias cerveceras; y Banda, todavía en desarrollo, pero destinada para un público mayoritario, "para grifos de locales aunque no sean especializados en cerveza".
Nuevas instalaciones en Porto do Molle
Este recorrido de varios años los ha llevado hasta sus nuevas instalaciones en Porto do Molle, que inauguraron la semana pasada. Una nave de 1.100 metros cuadrados que les permitirá un crecimiento exponencial en los próximos años sin tener que modificar ni ampliar los espacios de fabricación.
Además, su nuevo "hogar" les ayuda a darse a conocer. "Nos permite localizarnos en nuestra zona, en Porto de Molle, que está creciendo mucho, y da la posibilidad a la gente de venir a vernos y a visitarnos". Además de la fábrica, donde se puede observar el proceso de creación de la cerveza, han habilitado un espacio de degustación donde "tomarse algo". El horario de acceso al público es de 11:30 a 19:30.
En dos o tres años, sus objetivos "razonables" son la producción de 400.000 litros anuales; a más largo plazo, podrían llegar al millón y medio de litros, que es la capacidad máxima de producción de su fábrica. De momento, dar el salto nacional e internacional no les obsesiona: "No tenemos una necesidad real de salir, esta es una zona muy turística, algo muy asociado a la cerveza, y cuánto más nos alejamos de la fábrica, menos competitivos somos", matiza Andrés. Lo prioritario, ahora, es consolidarse para poder seguir creciendo y "ampliar el círculo".
Una cerveza "honesta"
Lo que no dejan de hacer es "experimentar". "Esto consiste en probar, tener inquietudes, estudiar todos los días y actualizarte, porque es un mundo que crece muy rápido. Hay que partir de una idea, lo que queremos hacer, y poner los medios técnicos para lograrlo; es ensayo-error hasta que conseguimos lo que queremos". Y no todas las cervezas superan esta fase de prueba, "unas salen y otras se quedan".
Lo importante para Andrés de una cerveza es que esté hecha con ingredientes naturales, que no lleven procesos químicos que desnaturalicen el producto, respetar sus tiempos y cuidar todo al detalle. "Que sea honesta", resume.
Andrés se despide para seguir con atención el proceso de fabricación de su cerveza, la de los hermanos Toledano, que lleva la "marca" del Val Miñor y que tiene un orgulloso sabor a Nigrán.