Drink safe, de Femupo.

Drink safe, de Femupo. EP

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Drink safe: un coletero gallego contra la sumisión química

El colectivo feminista Femupo ha ideado una forma "divertida y diferente" de enfrentarse a una de las situaciones que más miedo produce a las mujeres que disfrutan del ocio nocturno

7 septiembre, 2022 06:00

Para muchas jóvenes, salir de fiesta es sinónimo de pasarlo bien, de disfrutar y de desconectar durante algunas horas. Para otras, sin embargo, este bienestar debe ser compatible con permanecer alerta, vigilantes y todo el tiempo pendientes de que nadie toque nuestra copa. Este miedo no es extraño a ninguna mujer, como tampoco lo es para los hombres, aunque en este caso suele venir por otras razones.

La histeria y el pánico que se desató a principios del mes de agosto con la popularización del denominado "método del pinchazo" no fue más que otro toque de atención para demostrar que este miedo no está, ni de lejos, superado. Los cambios en la legislación, los avances en educación y el aumento de conciencia de los jóvenes (y no tan jóvenes) hace que la tranquilidad aumente, pero debemos ser conscientes de que la violencia cero jamás va a alcanzarse.

Este pensamiento es el que llevó a Raquel Touriño, presidenta de la Federación pola Igualdade das Mulleres da Provincia de Pontevedra (Femupo), a crear un curioso dispositivo que pretende, de una forma un poco más distendida, animar a las mujeres a proteger sus bebidas cuando salen de fiesta. ‘Drink safe‘, explica, nace hace ya mucho tiempo, cuando el apoyo de sus compañeras hizo que Touriño se decidiese a diseñar el coletero. "Teníamos un miedo enorme a que saliera porque es muy difícil patentar todas sus posibles versiones, pero con la ayuda de mis compañeras y el apoyo de la gente que me rodea me animé", reconoce.

"El dispositivo pretende protegernos de la sumisión química ‘de toda la vida‘, de aquellos que quieren echarte algo en la copa con rédito sexual o con el fin de robarte o cometer otros delitos", explica. "Está pensado para mujeres y para hombres, pensando en los casos que conocemos de cerca de jóvenes que sí ha sufrido violaciones tras una sumisión química".

"Lo mismo ocurre con las violaciones: una enorme cantidad de denuncias no llega a término"

Raquel Touriño, junto a Femupo, lleva años trabajando con los Centros de Información a la Mujer de Pontevedra, con otras asociaciones, con fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, con psicólogos… "con gente que conoce estos casos, que no podemos negar que existan pero sí que es muy difícil que salgan a la luz y por eso no se conocen".

"Normalmente nos enteramos de la violencia de género por una muerte, pero sorprendería conocer la cantidad de mujeres que sufren estas situaciones", lamenta: "lo mismo ocurre con las violaciones, pues una enorme cantidad de denuncias no llega a término porque se retiran antes, no llegan a formalizarse por miedo o por vergüenza o incluso han sido cometidas por personas del entorno y no llegan a hablarse siquiera".

Por ello, Femupo ha creado este dispositivo "que de una manera divertida y diferente se puede utilizar para protegernos cuando somos más vulnerables", que es cuando se baja la guardia de fiesta y bajo los efectos del alcohol, normalmente rodeadas del entorno cercano. "Nos gustaría no tener que utilizar el ‘Drink safe‘ y sabemos que no es superinseguro salir, pero partimos de la base de que la violencia cero no existe y no la vamos a conseguir nunca, porque hay gente mala en el mundo y eso es inevitable".

Este objeto es personalizable y se realiza de forma artesanal en la provincia de Pontevedra. Actualmente, está en período de lanzamiento pero, según ha señalado la federación, la previsión que tienen es de llegar a 5.000 unidades en lo que queda de año.

La educación, la base del respeto

La verdadera clave para lograr acercarse a esa violencia cero, asegura Raquel Touriño, es la educación. "Es muy importante educar en valores, en respeto, en entender que las personas no tienen que ser obligadas a nada que no quieran hacer", explica, "pero el coletero nos sirve para hablar del tema y ponerlo encima de la mesa de una manera serena, educando a los más jóvenes y reeducando a los no tan jóvenes".

Ahora, reconoce, "se habla más de la sumisión química y de las violaciones y la violencia de género, pero no se tiene en cuenta en muchos casos a los médicos, psicólogos, juristas o agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad, que son los actores principales que tratan todas estas denuncias". Para Touriño también es un gran problema que se esté legislando y haciendo política "sin tener en cuenta qué está fallando y en qué debemos centrarnos en corregir".

Por eso insiste en la necesidad de centrarnos en los más jóvenes, tanto en ellas como en ellos, "porque los colegios son mixtos y la educación debe ser igual para todos, sin generar alarma social y desde un punto de vista siempre técnico". Incide en que está estadísticamente demostrado que los casos de violencia de género en la adolescencia están repuntando, "en mi opinión, porque no se está trabajando donde se tiene que trabajar".

También alerta de que "cada vez hay más menores en el ocio nocturno y con 13 o 14 años ya hacen botellón y salen de fiesta", por lo que hay que ser conscientes de que esas niñas, "que creen que se comen el mundo como a todas nos ha pasado, van muy valientes y parecen no saber que el mal existe", lamenta. Aunque insiste en que es una opinión personal, lo cierto es que la estadística respalda su criterio y demuestra que la violencia de género y el acoso está creciendo entre los adolescentes.

"La exposición es muy difícil de controlar: muchos niños de 10 años tienen acceso a un móvil y los padres no tienen tiempo para explicar educación sexual"

"La exposición, actualmente, es muy grande y muy difícil de controlar: muchos niños y niñas de 8 o 10 años tienen acceso a un móvil y los padres no tienen tiempo muchas veces para sentarse a explicar educación sexual", asegura Touriño. "El acceso a la pornografía es muy sencillo y es un campo muy amplio, en el que muchas veces los adolescentes no distinguen que se trata de una película y que las relaciones sexuales no son así: son temas que debemos afrontar aunque sean incómodos", insiste, "aunque las familias van con el agua al cuello y no se paran a explicarlo".

Raquel Touriño, desde su punto de vista, afirma que "nos hemos olvidado de transmitirles ese respeto que teníamos nosotras, el conocer las consecuencias que puede tener salir a emborracharse a los 13 años y que te echen algo en la copa". La presidenta de Femupo, gracias a su trabajo en la asociación, asegura haber visto "muchos casos de agresiones a menores, que no siempre se denuncian porque ni siquiera se lo quieren contar a los padres o porque los padres deciden que es mejor dejarlo correr y olvidarse del tema".

"La sociedad viene muy cansada y muy saturada, con acceso a la información de muchas formas", reconoce, "por eso hay que dar una educación sexual de manera técnica, no hace falta dar detalles, sino que también tenemos que recordar que una parte importante del aprendizaje es la exploración". Touriño recuerda que se está registrando un aumento de contagios de infecciones de transmisión sexual (ITS) en adolescentes, "porque utilizan la píldora como anticonceptivo sin tener pareja estable, porque no se habla de cosas prácticas y se está sobreprotegiendo a la infancia dejando de hablar de preservativos o de enfermedades de transmisión sexual".

Con su ‘Drink safe’, que se presentará oficialmente el próximo 10 de septiembre en la Fiesta del Alivio de Tomiño (Pontevedra), Femupo ha querido poner todos estos temas sobre la mesa "e insistir en que hay que educar en sexualidad desde un punto de vista técnico para evitar producir rechazo y las situaciones de burla ante las que nos encontramos muchas veces".