Lo primero de lo que presume Ángela Lago (Vigo, 1973) es de haber nacido en la ciudad olívica, junto al mar. Lo segundo, de haberlo hecho un 16 de julio, Día de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros. "No me parece coincidencia. Yo siempre lo he visto súper especial", asegura. "Siempre fui consciente de mi vínculo y mi amor al mar. Creo que haber nacido ese día fue una señal", añade.
Esta licenciada en Derecho afincada en Madrid decidió apostar, como muchas personas en la era de la pandemia, por su pasión: En su caso, el diseño de joyas. "Me vine a Madrid por motivos personales, y el único 'pero' fue renunciar a estar cerca del mar, por eso, todo lo que hacía, siempre estaba un poco relacionado con él", relata Ángela.
Los primeros pasos los dio en 2018 sumándose al proyecto Just the Sea, una tienda española con productos inspirados y comprometidos con el mar. El trasfondo era contribuir a la conservación de los mares y, para ello, la marca inició una colaboración con la Fundación Ecomar, presidida por Theresa Zabell.
Poco después, animada por su entorno, y tras formarse para ello -además de Derecho, la viguesa hizo teatro, fotografía y otras disciplinas más artísticas, además de diseño en una escuela-, Ángela decidió fundar sus propias joyas y crear la marca Ángela Lago Sea Jewelry, inspirada en los elementos del mar.
Lo hace desde su pequeño y céntrico taller en Madrid -la fundición también es española- y, desde la capital, ahora quiere dar el salto para que se conozca su trabajo en el resto del mundo empezando por Galicia. "Mi taller está abierto con cita previa, es pequeñito, pero cercano a la Plaza Mayor de Madrid y a la Puerta del Sol. Tiene una energía especial", precisa la creadora. "Nunca fui consciente de tener esta destreza con las manos, pero para mí es como una meditación. Recomiendo a todo el mundo que haga cosas con las manos y en las que esté concentrado", apunta.
Desembarco en Sanxenxo
Sanxenxo es la primera parada de este proyecto. Hasta finales del verano, en el Puerto Deportivo -Marina Davila-, se podrá conocer la colección de la viguesa, que pronto empezará a tener presencia en lugares seleccionados.
Los elementos marinos que representa la diseñadora van desde cabos hasta anclas, pasando por olas o estelas de barcos. Sus piezas las elabora con plata de ley, baño en oro o latón, y una gran parte de las mismas son unisex. "Me fascina porque es como que las piezas conectan con quien las lleva", explica.
La pregunta es obligatoria, ¿cómo se vincula de esta manera con el mar alguien que no vive junto a él? Ángela explica que sus años más determinantes, los de la infancia, los pasó en el mar: "Yo empecé a navegar en el Náutico de Vigo desde pequeña, desde los seis años", recuerda. "Nunca dejé esa conexión con la vela ligera y siempre que puedo, la practico", añade. Además, la viguesa lee "mucho" sobre navegación y sobre este mundo, y busca la inspiración en sus escapadas al océano.
La artesana confiesa que vincularse a Galicia de nuevo con este proyecto, tras marcharse y vivir fuera, le proporciona una gran "harmonía", pues siente que cierra un círculo. "Este proyecto me está llevando a entender todo lo que viví antes y a estar súper orgullosa de mi lugar de origen", concluye.