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Cómo está siendo la "vuelta al cole" para las empresas de Vigo: ¿teletrabajo sí o no?

Una nueva normalidad y una nueva legislación conforman un escenario laboral inédito: ¿cómo se adapta la provincia de Pontevedra al trabajo a distancia?

23 octubre, 2020 06:00

Desde que empezó el año nuestra vida ha cambiado radicalmente, así como nuestro entorno laboral: muchas empresas han tenido que remodelar sus oficinas, adaptar sus horarios de atención al público e incluso cambiar sus metodologías de trabajo para evitar los contagios entre sus empleados. El trabajo a distancia se impuso en marzo y ahora ir a la oficina cinco días a la semana es una realidad que a muchos les queda lejos. ¿Se han adaptado las empresas gallegas al teletrabajo? ¿Cómo están volviendo los vigueses a sus puestos? Y, lo que más preocupa: ¿ha venido el teletrabajo para quedarse?

Actualmente nadie ha encontrado la clave del éxito en lo que a trabajo a distancia se refiere, y por eso cada empresa tiene un modelo de "vuelta al cole". Sin tener en cuenta las empresas que mantienen los ERTE, en Vigo coexisten varios modelos de vuelta a la normalidad laboral:

  • Hay oficinas que dividen a los trabajadores en grupos y alternan la presencialidad, puesto que así solo un 50% de los trabajadores estaría en la oficina de forma física cada día.
  • También puede ocurrir que cada trabajador vaya unos días a la semana (dos o tres es lo más habitual), sin coincidir siempre los mismos empleados en cada departamento, asegurando así la rotación y el contacto con todo el equipo.
  • Algunos empresarios han decidido, de forma temporal, mantener a los trabajadores en sus domicilios hasta que la situación se normalice, realizando reuniones y consultas a través del teléfono o videollamada.
  • El modelo más recurrente es el que ha ido incorporando a los trabajadores de forma escalonada, primero un día a la semana y poco a poco llegando a los cinco días, hasta que toda la plantilla vuelva a trabajar presencialmente la semana completa.

Lo que está claro es que no existe un modelo único y muchos funcionan mediante "prueba y error", la situación es tan nueva para los trabajadores como para los empresarios o incluso los gestores de personal.

El trabajo a distancia llegó y funcionó

"En el auge del confinamiento, cuando solo funcionaban servicios esenciales, llegó a haber un 45% de puestos de trabajo que se ejecutaban a distancia en la provincia de Pontevedra". Jorge Cebreiros, Presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), explica que la gran mayoría de las empresas se adaptaron enseguida al modelo de trabajo a distancia "e incluso hay muchas que lo han conservado porque han visto incrementada su productividad".

Si bien es cierto que hay sectores en los que el trabajo a distancia es casi imposible (hostelería, construcción, comercio…), "en la época en la que vivimos es raro que las empresas no tuviesen ya deslocalizado a algún trabajador o incluso departamentos enteros". Cebreiros habla de la especial facilidad de adaptación que han tenido las tecnológicas, financieras o consultorías, por ejemplo, pues muchas ya contaban con infraestructura y "a pesar de que este modelo se instaló por obligación, ha resultado ser un descubrimiento muy positivo para muchos empresarios de la zona".

"Hay empresas que mejoraron su productividad gracias al trabajo a distancia"

Jorge Cebreiros, Presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra

Hablando de cifras, desde la CEP señalan que en 2019 solo un 6% de las empresas de Pontevedra contaban con trabajadores a distancia de forma habitual. Todo cambió el 14 de marzo: "de viernes a lunes, cientos de empresarios se encontraron con que sus empleados no podían acudir a los puestos de trabajo, y cientos de trabajadores se encontraron encerrados y sin el material adecuado para trabajar desde casa. Fue una coyuntura complicada, pero podía haber ocasionado una catástrofe mayor si las empresas pontevedresas no se hubieran adaptado tan bien al teletrabajo: la productividad no se ha visto tan afectada como cabía esperar gracias al buen uso de esta herramienta crucial".

Cómo afecta la nueva regulación del trabajo a distancia

Aunque la legislación se ha acelerado por la situación actual, Roberto Vázquez, Responsable del Área Laboral de Cuatrecasas en Galicia, asegura que el teletrabajo ya estaba regulado en el Estatuto de Trabajadores y ya existían normas al respecto. Desde el despacho dicen que es una normativa que llevaba tiempo gestándose, pero que no consigue satisfacer todos los puntos de vista: "se ha acelerado demasiado y se ha creado una norma bastante restrictiva, por lo que muchas empresas no podrán llegar a aplicarla".

"Toda la norma está basada en la negociación empresa-trabajador y las condiciones del acuerdo serán siempre reversibles, pero serán acuerdos muy difíciles de alcanzar en empresas pequeñas", afirma Vázquez. La dificultad radica, entre otras cosas, en que "el trabajo a distancia no puede costarle dinero a la persona trabajadora: ¿hasta qué punto puedo canjear dietas de desplazamiento por dietas por instalación y mantenimiento de fibra? Es un acuerdo al que deben llegar ambas partes, y es muy difícil encontrar el término medio". Este es solo un ejemplo, pero tanto el abogado como Jorge Cebreiros coinciden en que no es fácil para cualquier empresa o para cualquier empleado aceptar unas condiciones "a medio camino entre tu beneficio y el mío".

"Muchos laboralistas coincidimos en que se ha legislado demasiado rápido y se ha creado una norma excesivamente rígida"

Roberto Vázquez, Responsable del Área Laboral de Cuatrecasas en Galicia

"De todos modos, es muy importante diferenciar entre teletrabajo y conciliación familiar, puesto que esta última se rige por unas reglas diferentes y es más permisiva con el trabajador", asegura Vázquez. También las medidas de prevención derivadas de la COVID-19 están excluidas de esta nueva norma: "prevenir el contagio siempre va a prevalecer sobre el beneficio de la empresa o del trabajador".

¿Qué va a pasar ahora?

Cebreiros reconoce que seguirá habiendo muchas empresas "clásicas" en las que los empleados tendrán que fichar cada mañana y permanecer ocho horas sentados, independientemente de que las cifras de productividad mejorasen o empeorasen durante la etapa del confinamiento. Vázquez, por su parte, habla desde la perspectiva de numerosos abogados laboralistas cuando afirma que la legislación es demasiado estricta para que todas las empresas puedan afrontar las exigencias de sus trabajadores.

"Últimamente tendemos a hiperlegislar y creamos problemas donde no los había: la normativa se ha escrito desde la perspectiva de las grandes empresas. Evidentemente, si yo tengo veinte empleados a mi cargo y me ha afectado esta crisis, será muy complicado que pueda instalar veinte oficinas individuales en veinte domicilios, sobre todo desde el punto de vista económico". Cebreiros hace así referencia a la dificultad que tendrán las pymes para afrontar la subida de gastos que supone aceptar que una mayoría de los empleados trabaje a distancia.

"Probablemente, lo que llegue sea un modelo híbrido que combine trabajo presencial y a distancia"

Cebreiros y Vázquez coinciden en sus predicciones

Será muy complicado que todo el tejido empresarial pueda adoptar una norma "rígida y muy exigente", en la que se garantizan unos derechos al trabajador que no todos los empresarios pueden cumplir, sea por dificultades económicas o logísticas. "Una oficina, aunque esté en tu casa, implica una instalación de fibra, un ordenador, una silla ergonómica, quizás una impresora… y hay que tener en cuenta también la prevención de riesgos laborales o los derechos adquiridos, por ejemplo, de dietas. Es mucho más complicado de lo que creemos para las pymes, que conforman más del 90% del tejido empresarial de Pontevedra", lamenta Cebreiros.

Tanto la nueva normativa como ambos expertos presentan la posibilidad de un modelo híbrido, semipresencial, que quizás sea el que mejor se adapte a las empresas españolas. Ahora toca esperar a que las empresas y los trabajadores se adapten a la nueva normativa y, por supuesto, a la nueva normalidad que nos ha dejado la pandemia.