El origen de esta firma centenaria se encuentra en la industria conservera de Vigo, donde la familia Fadrique inició su actividad en 1908 como fabricantes de maquinaria y trabajando en la impresión de latas para los productos del mar.
En 1921, de mano de esta misma familia nace Alonarti Talleres Químicos, una sociedad que se dedicaba a la fabricación de goma caucho y cuya actividad se fue diversificando y especializado hasta, en los años 50, reorientar su negocio hacia la fabricación de envases de aluminio para diferentes sectores.
La compañía viguesa, que en la actualidad cuenta con unos 120 empleados, amplió ya en los años 50 su negocio de envases de aluminio con un centro de producción en la vecina Portugal. En 2007, por cuestiones de logística y espacio movió su sede y la fábrica viguesa, situada en la calle Tomás Alonso, al municipio pontevedrés de O Porriño. Y unos años después trasladó también su centro portugués de Valença a Monçao.
Así, esta histórica empresa, cuyo origen está vinculado al mar, se convirtió en una firma puntera y líder en su sector que forma parte de nuestro día a día desde hace décadas. "Trabajamos para grandes marcas desde hace muchos años, como es por ejemplo L’Oreal Profesional, para quienes fabricamos los envases de sus tintes. Es el primer fabricante a nivel mundial de tintes de cabello para salones de peluquería, y llevamos trabajando con ellos unos 40 años. A día de hoy, suministramos para esta marca a nivel europeo", cuenta Marta Fernández, directora comercial de la empresa.
En el sector de la cosmética, Alonarti cuenta con otros grandes clientes como Mercadona o Icon, la marca viguesa de productos de peluquería que ha dado la vuelta al mundo.
Además, otro de los principales sectores que consume sus productos es la industria farmacéutica. Para Pfizer crean productos oftalmológicos, y envasan productos tan conocidos como el Thrombocid, dentífricos, o productos dermatológicos de todo tipo. Pegamentos, colas y siliconas de Henkel y otras marcas y algunos productos del la industria alimentaria (como salsa de tomate en Portugal o paté de anchoa en España), completan la intensa actividad de esta longeva compañía, que fabrica actualmente 130 millones de tubos de envase cada año.
Resurgimiento
Según explica su directora comercial, hace 100 años el proceso era muy manual, muy artesanal y se ha ido automatizando y mejorando a nivel de controles de calidad, controles en proceso, velocidades en las máquinas, etc. Hoy, con décadas de experiencia, y dos centros de producción, son líderes en la venta en la Península Ibérica, pero cuentan también con grandes clientes en Europa, norte de África, y al otro lado del océano, como en Cuba o México.
"Estamos creciendo bastante en la exportación porque el mercado en España está bastante estable. Además, al estar situados en el Atlántico el envío marítimo de contenedores funciona muy bien, por lo que es una buena puerta de salida de productos", explica Marta Fernández.
Otra de las oportunidades que la empresa ha encontrado para crecer está relacionada con la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente. "Los tubos de aluminio son 100% reciclables y ahora que se está trabajando mucho en la reducción de plásticos vemos que tenemos una nueva oportunidad. Productos que se estaban envasando en botes de plástico, que en su día le comió terreno al aluminio, están valorando volver al material original; se puede decir que el aluminio está resurgiendo", sostiene Fernández.
Además de fabricar un producto reciclable, la compañía viguesa mantiene un firme compromiso por reducir la huella medioambiental de su actividad. Así, desde Alonarti han puesto en marcha diferentes campañas y medidas con este objetivo. Paneles solares en sus centros de producción, luces led en las plantas para hacer un uso de la energía más eficiente, utilización de aluminio reciclado del consumidor en vez de aluminio virgen o proyectos de reutilización de envases de plástico y cartón con los que realizan los envíos a sus clientes, son algunas de las medidas adoptadas por la compañía.
"Ahora tenemos en marcha un proyecto para recoger las cajas en las que enviamos nuestros productos, limpiarlas, colaborando con centros y escuelas de personas con discapacidad que realizan esa tarea de limpieza, y las reutilizamos otra vez en nuestro proceso. Un proyecto muy bonito que estamos presentando a nuestros clientes porque es una labor medioambiental y social colaborando con centros que necesitan trabajo y medioambientalmente porque logramos que no se desechen esos embalajes", señala Fernández.
Actividad esencial
La pandemia, como para la gran mayoría de las compañías, fue y es un momento difícil. Sin embargo, su trabajo con la industria farmacéutica lo convirtió en un sector esencial que no pudo parar su actividad en ningún momento. "En oficinas, teletrabajo, distancia social, medidas sanitarias en las plantas. Como servimos a farmacias nuestra actividad es esencial, no podíamos correr riesgos de problemas de producción, nosotros debíamos seguir suministrando a la industria farmacéutica", cuenta Marta.
La diversificación de productos de la compañía y la adaptación a las circunstancias de una empresa centenaria que tiene la resiliencia en su raíz y en su propia historia, lograron que 2020 fuera un año en el que se capeó con maestría el temporal.
La empresa, que facturó en 2019 unos 14 millones de euros, se quedó en el año de la pandemia rondando los 13 millones. "La industria cosmética cayó en picado y aunque nos estamos recuperando aún no hemos llegado a los niveles que teníamos pre pandemia. En el sector farmacéutico nos hemos mantenido. Hemos cumplido con todos los clientes, no hemos tenido problemas de desabastecimiento ni de tiempos de entregas porque hemos conseguido mantener la producción a los niveles necesarios", señala la directiva de Alonarti.
No obstante, si bien la firma viguesa especializada en envases de aluminio superó con gran acierto los momentos más duros de la pandemia, la actual crisis de materias primas constituye uno de los grandes retos de la compañía de cara al futuro más inmediato. Desde la empresa aseguran que algunos materiales han duplicado o triplicado su precio, además de contar con unos costes de transporte y energía al alza.
"De momento no hay problema ni riesgo de suministro, pero veremos cómo arranca el 2022. El aluminio ha duplicado el precio del año pasado a este, que es el principal material en nuestro envase, por lo que los costes se han incrementado muchísimo, costes que se están repercutiendo a los clientes y que estos tienen que repercutir, a su vez, en el producto final". "No te dan opción de negociar porque es una cadena. Esperemos que el consumidor siga consumiendo porque si no no sé qué va a pasar", explica la directora comercial de Alonarti.
La directiva asegura, además, que se está trabajando con mucha cautela a nivel de stock, con mucho control y seguimiento para no sufrir desabastecimiento y poder cumplir con sus clientes.
Producto y cercanía, claves del éxito
A lo largo de sus más de 100 años de historia esta compañía ha demostrado que adaptarse a los tiempos es ya una característica esencial de su éxito. Aunque en 2007 la empresa cambió de manos, pasando de la familia Fadrique a la familia Martínez Bello, se ha mantenido el espíritu de una compañía familiar con importantes valores que sus clientes admiran y reconocen.
Así, a pesar de ser una empresa pequeña que compite con gigantes de países como Alemania o Francia, su flexibilidad y el trato cercano con el cliente son algunos de sus puntos fuertes. "La calidad del producto está demostrada después de 100 años y con la cartera de clientes que tenemos, pero seguimos dando un servicio de cercanía y un trato muy orientado al cliente", concluye Marta Fernández.