El puerto y la actividad pesquera, las importantes canteras de piedra natural de la provincia y un sector de automoción de relevancia internacional han hecho de Vigo un importante motor para el sector logístico. Uno de los grandes protagonistas de esta actividad en la ciudad olívica, que celebró el pasado ejercicio 45 años de historia es la compañía Kaleido.
Esta firma pontevedresa de origen familiar y conocida como Vasco Gallega hasta 2014, cuando se decidió dar un giro de 180º a su marca, ha vivido en estos últimos años, y según afirma su consejero delegado Xoán Marínez, una tensión nunca vista hasta la fecha en el sector y en la propia empresa, con gran cantidad de factores que se unieron para generar la tormenta perfecta. Aún así, desde la compañía ven el futuro con optimismo.
Las organizaciones que suman décadas a sus espaldas, pertenezcan al sector que pertenezcan, suelen contar con varios aspectos que destacan en su quehacer diario y en su buen hacer: la adaptación a los cambios y una cultura empresarial marcada que se transmite de generación en generación. El éxito de Kaleido se entiende, además, por una visión de futuro realista y mucho esfuerzo.
"Tras 45 años, el equipo siempre ha determinado lo que podíamos conseguir, y la cultura ha sido clave para que cada nuevo miembro se integrara y luchara por un proyecto que es el de todos. Gracias a ello podemos ver nuestro futuro con mucha esperanza. Otro aspecto clave iniciado hace décadas fue el entender el mundo como nuestro territorio; siendo hoy en día fácil para nosotros poder desarrollar nuestro negocio en cualquier geografía si es que lo necesita nuestro cliente o si vemos una oportunidad en él", explica el CEO de la compañía, Xoán Martínez.
Segunda generación
Xoán y Xosé Martínez, CEO y director general de Kaleido, han seguido los pasos de su padre, Juan, quien asume hoy la presidencia de la compañía. Uno de los grandes legados de quien recorrió parte del camino antes que ellos fue, según explica la segunda generación de esta multinacional, precisamente la dedicación y una visión amplia del negocio. "Mi hermano y yo, así como todos en nuestra casa, hemos vivido la dedicación, el esfuerzo, y la visión sin fronteras de nuestro padre. No hizo falta que nunca explicara nada para entender y asumir una forma de enfrentarte a los retos, a los problemas y a las oportunidades", cuenta Xoán.
"Nuestra generación, con esa base, trata de sumar nuevas capacidades y puntos de vista que creemos enriquecen su legado. Ese legado, el presente y el futuro en todo caso no son de una, dos o tres personas, sino de todos los compañeros que conforman este proyecto", añade el directivo.
Ahora, en palabras de Xoán, el quipo trata de asegurar esa cultura, aumentar las capacidades en ingeniería, digitalización e innovación, y "seguir haciendo de nuestra empresa la mejor plataforma posible para cambiar el mundo. Sabemos de nuestro tamaño, tenemos los pies en la tierra, pero precisamente por ello sabemos que podemos cambiar las cosas a nuestra escala. No vamos a dejar de intentarlo. Es la motivación más profunda que tenemos", sostiene.
El 2014 la compañía se aventuró con un cambio radical de imagen. Un giro de 180º a su marca que, si bien sus impulsores asumen que fue un cambio atrevido, sin duda obtuvo el resultado deseado. "Xosé y yo empezábamos a asumir la responsabilidad de dirección tras iniciar la diversificación e internacionalización del grupo. Teníamos muchas marcas diferentes y con nombres complejos. Necesitábamos una marca única, fresca, que fuera diferente y trasmitiera en un primer impacto lo que éramos y lo que somos. Debía encajar bien en todo el mundo", apunta el CEO de la firma gallega.
Fue así como la empresa se sumergió en un cambio total de aspecto, marca, nombre, color, imagen… "El proceso fue toda una experiencia, y echando la vista atrás estamos encantados con el resultado. Al principio chocó por lo atrevido, pero enseguida se entendió por la coherencia. Esa fue una de las claves. La nueva marca y la nueva forma de comunicar corresponde perfectamente con lo que somos y como hacemos las cosas", apunta Xoán Martínez.
En la actualidad, Kaleido es un operador logístico global de referencia en el sector de las energías renovables, de grandes proyectos, y en el transporte de piedra natural a lo largo de todo el mundo, "siendo estas tres actividades una parte muy importante de nuestro negocio", señala Martínez. Actividades que se suman al transporte y la logística de otras materias primas como productos siderúrgicos o los componentes de automoción a los que la firma dedica también importantes esfuerzos e inversiones notables; no obstante hay muchos otros sectores con que trabaja esta compañía gallega, como la pesca, la maquinaria industrial, retail, naval o alimentación, entre otros.
Una logística diferente
Desde la compañía aseguran que la organización se encuentra en un momento apasionante, en el que su apuesta por la ingeniería, la digitalización y la innovación está dando sus frutos, así como por la sostenibilidad. "Somos un operador logístico global, con equipo, tamaño, salud y visión como para acometer grandes retos. Nos encanta lo que hacemos y creemos que podemos hacer realidad hoy más que nunca nuestro propósito: hacer del mundo un lugar mejor gracias a una logística diferente", destaca Xoán Martínez.
En el ámbito de la sostenibilidad, un campo que ya no es ajeno a ninguna compañía, independientemente de su tamaño y sector, el directivo asegura que desde Kaleido entienden la sostenibilidad en su sentido más amplio. "Para nosotros significa perdurar en el tiempo, el arraigo al territorio, ser competitivo, ser social, y respetuoso con el medio ambiente. Significa sobre todo ser honesto y hacer en vez de solo decir. Desde el inicio siempre hemos sido muy particulares, haciendo nuestro propio camino. Facturamos más de 100 millones de euros anuales gracias al trabajo de más de 250 compañeros en oficinas y centros logísticos en cuatro continentes. Sin embargo, nuestro capital y la sede social sigue estando donde nacimos, en Vigo, manteniendo el centro de decisión y el talento aquí".
El pasado ejercicio, con la celebración de su 45º aniversario, la empresa llevó a cabo la creación de su Fundación, con la que busca "ordenar todas nuestras iniciativas culturales, deportivas, sociales y medioambientales para ser más eficientes y lograr un mayor impacto con nuestro esfuerzo".
En cuanto al desarrollo y el cuidado del talento, la firma pone en valor un equipo diverso constituido por personas de más de una decena de nacionalidades. Además, facilitar la vida familiar a través de una conciliación bien entendida en la medida de sus posibilidades o asegurar la igualdad de oportunidades forma también parte de su cultura empresarial.
Futuro optimista
La pandemia del Covid-19, que pronto cumplirá los dos ejercicios completos y que ha supuesto un auténtico descalabro para muchos sectores de la economía, no ha sido ajena tampoco a esta compañía gallega. Además, derivados o no de esta crisis sanitaria, otros factores han generado lo que muchos han definido como la tormenta perfecta para algunas actividades económicas.
"Estos últimos años han sido muy complejos. Como operadores logísticos formamos parte de un sector calificado como esencial, con un alcance global y por lo tanto viéndonos afectados por medidas y regulaciones en España pero también en China, Estados Unidos o Brasil por poner algún ejemplo. Hemos sufrido cierres de fábricas, congestiones en puertos, y un incremento fortísimo en los costes del transporte o incluso la falta de contenedores marítimos o la falta de espacio en barcos", señala el CEO de la firma gallega.
Además, la compañía cuenta con una división especializada en automoción y la problemática de la cadena de suministro le ha afectado también directamente. "A pesar de todo ello, seguimos creciendo en volumen de negocio y en la generación de valor de nuestras actividades. Esto último es fundamental para nosotros, ya que asegura nuestro futuro. Nunca hemos vivido una tensión como ésta, pero ha refrendado nuestro modelo de negocio", sentencia Martínez.
Según el directivo, el 2021 ha sido muy duro y muy complejo para la compañía con una presión muy alta en la actividad. "El primer cuatrimestre fue el peor momento del año ya que el transporte marítimo dio un giro brutal. La falta de espacio en buques, la falta de contenedores, y un incremento de fletes pocas veces visto complicó enormemente nuestro día a día. Esta situación unida a los fallos de las cadenas de suministro a nivel global y el encarecimiento de la energía generaron una tormenta perfecta. A pesar de todo ello hemos cerrado un buen año gracias al trabajo del equipo y la fortaleza de nuestros clientes. Con esta base, vemos con optimismo el año 2022. Estas tensiones deberán reducirse poco a poco y surgirán oportunidades. Estaremos atentos a ellas", concluye.