Los 2.400 socios del gimnasio Budo de Pontevedra tendrán que decir adiós a estas históricas instalaciones el próximo 30 de junio. Así lo anunciaba la dirección del centro hace unos días en su web y en sus redes sociales, indicando que el "endeudamiento" de la pandemia y otras contingencias "hacen imposible la continuidad".
Tras más de tres décadas en la ciudad, el establecimiento se ve obligado a cerrar a raíz de los problemas que arrastra tras los cierres derivados de la crisis del Covid-19, que ocasionaron problemas económicos a muchos negocios de este tipo. Con esta clausura, Pontevedra se queda con una única piscina, la municipal de Be One Campolongo, puesto que el centro de la Fundación Rías do Sur en Pontemuíños está abierto únicamente para clubes deportivos.
Los usuarios del centro han querido agradecer a la dirección y al personal su trabajo con cientos de mensajes de apoyo que demuestran que la ciudad de Pontevedra sufrirá una enorme pérdida con este cierre. El gimnasio, además, ha pedido a sus socios que no dejen de entrenar: "seguid cuidando vuestra salud".