El proyecto Viñadores do Atlántico, promovido por Hijos de Rivera, busca impulsar el desarrollo sostenible y la economía local de las zonas vitivinícolas gallegas. Lo hace seleccionando bodegas y vinos que se desarrollan mediante la recuperación de cepas autóctonas, bajo unas prácticas responsables, y poniendo en valor la cultura de la tierra.

En una nueva ocasión, la edición 2023, la corporación ha escogido a la bodega EntreVideiras y a su vino María Soliño -de la IXP Ribeiras do Morrazo-, elaborado con uvas de los viñedos centenarios de las dunas de Cangas. "Mediante Viñadores do Atlántico buscamos establecer nuevas conexiones colaborativas con las bodegas gallegas con el propósito de impulsar la recuperación de cepas autóctonas y resaltar el potencial enológico presente en las diversas áreas vitivinícolas", señala Fernando Yáñez, responsable de la División de Vinos de Hijos de Rivera.

El vino María Soliño también se conoce como "el vino de la arena" y sus cepas crecen en el complejo dunar protegido de Nerga-Donón, en Cangas do Morrazo. Se trata de uno de los pocos viñedos prefiloxéricos que se pueden encontrar en España. Esta casuística fue la que permitió, tal y como recuerdan en Hijos de Rivera, que las vides sobrevivieran la plaga de filoxera que asoló las plantaciones europeas durante la segunda mitad del siglo XIX.

Las viñas, con raíces centenarias, se encuentran elevadas gracias a estructuras de madera realizadas a partir de materiales de la propia zona de cosecha, lo que los hace "especialmente respetuosos" con el entorno. "La Ribeira del Morrazo es muy importante natural y etnográfico, albergando un terreno no muy explotado que conserva una cultura vitivinícola ancestral, con variedades autóctonas tradicionales y sin híbridos. Agradecemos a Hijos de Rivera su apoyo y que nos hayan seleccionado en esta tercera edición del programa Viñadores do Atlántico", asegura César Alonso, enólogo y copropietario de EntreVideiras.

Por último, María Soliño, natural de Cangas do Morrazo, es la seleccionada para ser la imagen de este vino dunar. Fue acusada injustamente, junto a otras 8 mujeres, de actos de brujería en el año 1621. Su historia se recuerda a través de leyendas y romerías populares, convirtiéndose en un emblema del patrimonio cultural gallego que Hijos de Rivera, a través de Viñadores do Atlántico, también trata de proteger.

El vino María Soliño se elabora con uva de las variedades albariño y loureira vendimiada manualmente durante los primeros días de septiembre, fecha en la que la fruta se encuentra en su punto óptimo de madurez. El despalillado y la maceración de la uva entera se realiza a baja temperatura durante 10 horas. Tras una fermentación alcohólica controlada a 16ºC y su posterior crianza en depósito sobre lías, el vino es clarificado con arcillas y filtrado a través de placas de celulosa antes de su embotellado.