Los líderes equivocados
La cofundadora del grupo se mujeres profesionales Sumamos reflexiona sobre los tipos de liderazgo y la necesidad de poner en valor aquellos en los que priman la sensatez y la confianza
¿Se han preguntado alguna vez qué pasa si realmente estamos siguiendo a los líderes equivocados? ¿Si estamos ensalzando cualidades de liderazgo que realmente no nos aportan al colectivo, al equipo, a la organización, a la sociedad y resulta que sólo aportan al individuo que las destila?
A los que tenemos esta funesta manía de pensar, se nos ocurren estas cosas mientras disfrutamos de la última charla que organiza Sumamos Red de Profesionales en la que Sara Rodríguez, presidenta de Hermasa, es el centro de la tertulia. En realidad, no es nada original, sólo conectas cosas que has leído, ponencias a las que has asistido, o experiencias de la vida profesional. Y es que si coges aisladamente a la invitada podrías caer en el error de considerar que simplemente es una mujer, joven y preparada, que hereda una posición privilegiada en una empresa familiar líder en tecnología conservera en cualquier lugar del mundo. Pero después de tantos años de acompañar a empresas, de vivir en ellas, de aprender en ellas, ya sabes que no es así. Sara pertenece a la casta de las líderes sensatas, las que transmiten confianza. Si transmites confianza también generas confianza; no pretende controlar a su equipo, sólo escucharlo activamente y apoyarlo. Como diría el maestro Xavier Marcet, "una organización sin confianza es una organización sin alma".
Total, que entonces me pregunto por qué estamos ensalzando a líderes que no representan precisamente este modelo de sencillez y sentido común. Si además le añado que a las mujeres, que en los últimos años se incorporan al selecto mundo de las directivas y consejeras, se las está educando con ese modelo, con un listado infinito de áreas de mejora, para que se asemejen a esos líderes exitosos, entonces me asalta el vértigo de pensar: ¿qué pasa si estamos siguiendo a los líderes equivocados?
Se nos dice que las mujeres somos, o nos mostramos, más inseguras y tenemos que trabajar nuestro umbral de seguridad, de autoconfianza. Supongo porque los que triunfan son los líderes que no dudan. Pero, ¿y si estamos equivocados? ¿Y si los líderes que no dudan son peligrosos? ¿Y si dudar es humano? Mi tesis es que, en realidad no dudan porque a ese perfil no les importa el futuro, sólo importa tomar decisiones y actuar en el corto plazo. ¿Dónde queda la prudencia y la humildad? ¿Será que resultan características tan adorablemente femeninas?
Se nos dice que los líderes que triunfan son los que demuestran fortaleza, "con un par", expresión muy común en la cacha y en los foros masculinizados. ¿Qué pasa si hemos confundido fortaleza con arrogancia, si confundimos mandar con liderar? La eterna pregunta: ¿es más valiente el que no tiene miedo, o sólo es un inconsciente?
A las directivas se les recuerda que las mujeres suelen tener aversión al riesgo y que hay que trabajar la valentía, y arriesgar, para crecer hay que arriesgar. Y ellas, las que han llegado hasta ahí, vienen con el sentido común de serie; y el sentido común no siempre tiene soluciones para todo, pero la mayoría de las veces no te estropea lo que ya está creado. El sentido común se va a ocupar de las personas y de la caja, o lo que es lo mismo, de la familia y la despensa. Poco glamur para brillar en el olimpo de los líderes de éxito.
*Para más inspiración sobre el tema: Are we celebrating the wrong leaders? Es una charla TED de Martin Gutmann. Y siempre Xavier Marcet y sus libros: Esquivar la mediocridad, Management Humanista o Crecer haciendo crecer.