Dos pescadores en el puerto de Vigo.

Dos pescadores en el puerto de Vigo. Istock

La tribuna

¿Por qué la pesca debe ser considerada por parte de la Unión Europea como un sector estratégico?

El presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi), Javier Touza, reflexiona sobre la importancia de la pesca en la economía global y su especial relevancia en Galicia

3 julio, 2021 13:53

1º Aprovisionamiento de un alimento necesario y saludable.

Solamente el hecho de que un sector económico garantice el aprovisionamiento de un alimento o un servicio básico debe bastar para considerarlo estratégico. Como sucede con la energía, las comunicaciones, el suministro de agua,  la salud o la educación.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que cada persona coma pescado al menos dos veces por semana. Los efectos de los ácidos grasos del pescado en la prevención de enfermedades cardiovasculares están perfectamente estudiados y contrastados y son múltiples los estudios que recomiendan su consumo en mujeres embarazadas para el buen desarrollo del feto. También están estudiados los efectos del pescado en el correcto desarrollo cerebral en niños y jóvenes.

Y no es difícil calcular que las proteínas del mar, bien gestionadas y una vez garantizada su sostenibilidad, son la única esperanza para una alimentación correcta y suficiente para la humanidad.

2º Dependencias sociales y económicas

En casos como Galicia, la pesca es además un sector estratégico desde el punto de vista socio-económico. En Galicia tiene su base más del 48 por ciento de la flota pesquera española, la pesca representa en  Galicia un relevante 10,7 por ciento del Producto Interior Bruto. Una ciudad como Vigo (con unos 300.000 habitantes) es el paradigma de zona altamente dependiente de la pesca. Una de cada diez de estas personas depende directamente de la pesca extractiva. Si consideramos que Vigo mueve más de 800.000 toneladas de pescado al año destinadas al consumo humano (más que cualquier otro puerto europeo, recordemos que la producción pesquera anual de la UE es de unos 4 millones de toneladas) y que además es la primera concentración europea de industria de transformación y comercialización de productos de la pesca tendríamos que multiplicar esta cifra. Además tal como señalan las tablas imput-output de la pesca gallega hay 73 ramas de actividad relacionadas con la pesca. Desde la industria de construcción naval, los suministros a buques, la tecnología de conservación, formación, seguros marítimos, etc., etc.

Igualmente la pesca es una actividad muy arraigada en nuestra sociedad, donde existe un vínculo emocional y, en muchos casos familiar, entre las personas y las empresas. Nuestros padres construyeron una industria fuerte, aprendieron a pescar mejor que nadie y nos transmitieron ese conocimiento y ese entusiasmo. Pescar es lo que queremos hacer. Es lo que sabemos hacer. Y por eso hemos soportado unas adversidades que si fuéramos solamente inversores en busca de rentabilidad tal vez no habríamos afrontado. Y, sin embargo, gracias a ello, tenemos empresas que no solo son rentables, sino que son esenciales para el desarrollo de la sociedad en la que nos encontramos.

De esta forma, Galicia y otras regiones pesqueras europeas como Andalucía o Portugal, mantienen necesidades de convergencia. Promover y asegurar el futuro de un sector que genera este tipo de dependencias en regiones que todavía no han logrado igualar su nivel de vida al de la media europea debe ser un objetivo prioritario para las Administraciones.

3º Viabilidad y proyección de futuro

En el caso de la pesca gallega se trata además de un sector económicamente viable y maduro desde el punto de vista del desarrollo estratégico.

Los cambios normativos operados en la segunda mitad del siglo XX:

  • Creación de las Zonas Económicas Exclusivas de las 200 millas por la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar en 1982
  •  Creación de la Política Común de Pesca en 1983, por la que la UE (a través de la Comisión) asume las competencias exclusivas en materia de gestión de los recursos pesqueros, las flotas, los mercados y la dimensión externa. Quisiera decir al respecto que una actualización del criterio de Estabilidad Relativa, que no se logró en la última reforma de la Política Pesquera Común es esencial para el desarrollo de la pesca en Europa. Recordemos que el objetivo buscado con este criterio era evitar que la PPC no distorsione la libre competencia .
  • Y el tercer hito: la aplicación de un enfoque ecosistémico en la gestión de las pesquerías, fijando en el año 1992 la Cumbre de Río un referente común para la explotación sostenible de los recursos naturales: el Rendimiento Máximo Sostenible y su consecuencia, la prohibición de los descartes.

Todos estos hitos normativos unido al carácter emprendedor de nuestros pioneros llevó a la industria pesquera a acometer un enorme desarrollo estratégico para convertirla en el sector competitivo que hoy conocemos .

1º A través del liderazgo en el desarrollo tecnológico. La flota pesquera española está formada por 9.871 barcos. No es el país con más barcos pesqueros de la UE. Grecia e Italia tienen bastantes más y Portugal, Francia u Holanda tienen un número similar. Sin embargo, tanto en cifra de negocios como de creación de empleo, el liderazgo de España en Europa en pescado para consumo humano es absoluto.

Hay un dato sobre la flota pesquera española que resulta revelador de su carácter. Un 3,65 por ciento de los barcos, que son los que faenan en aguas de la UE no españolas y en caladeros internacionales, concentran el 34,95 por ciento de la capacidad de pescar.

2º La diferenciación en la calidad de los productos . El sistema de primera venta en lonjas y el trabajo de las Organizaciones de Productores garantiza el mantenimiento del estándar de calidad que permite que un mercado como el de Vigo sea la principal concentración de oferta y demanda de Europa. Vigo es además el mercado de referencia para los precios , llegando a plantearse la posibilidad de crear un mercado de futuros. En cualquier caso, Vigo funciona ya como la gran bolsa del pescado europeo.

3º La Integración tanto vertical como horizontal. Al respecto podemos decir con orgullo que la Cooperativa de Armadores de Vigo (que este año cumple sus bodas de oro) es el caso más exitoso de integración horizontal de Europa, lo que nos ha permitido optimizar costes y ejercer una influencia decisiva en la toma de decisiones, al formar parte de los principales órganos de consulta de las administraciones autonómica, naciones y europeas, y en las Organizaciones Regionales de Pesca como NAFO o ICCAT.

4º La Internacionalización, a través del Acuerdos Pesqueros, de la flota comunitaria que faena en áreas reguladas por Organizaciones Regionales de Pesca y mediante las Sociedades Mixtas.

Respecto a estas últimas quisiera detenerme un momento. Estas empresas europeas invierten para crear sociedades en terceros países y participar en el reparto de los recursos de las aguas de sus Zonas Económicas Exclusivas. En este caso, el pabellón de los barcos no es europeo, sino que pertenece al país en el que se ha invertido. La actividad queda, por lo tanto, fuera del amparo de la Política Pesquera Común. Sin embargo, son empresas europeas, el pescado que producen se vende o se distribuye en Europa y una parte del personal de a bordo es comunitario. Además, los cuarteles generales de estas sociedades están en Europa.

En concreto en Vigo, donde trabajan en tierra para estas empresas 412 personas, descargan sus capturas 185 grandes buques de sociedades mixtas, que generan más de 5.500 empleos en el mar. Esta es una cifra que no computa en las estadísticas comunitarias, pero que tiene una enorme importancia. Sobre todo si tenemos en cuenta que la flota española que faena en aguas internacionales con bandera comunitaria está formada por 221 barcos.

Además, se creó otra costumbre que pasó a formar parte de la identidad de nuestro sector: la capacidad para las relaciones internacionales. Hoy este comercio no se limita al acceso a las posibilidades de pesca en el mar, sino también a los mercados de los productos de la pesca. Como dato en este sentido podemos decir que la pesca es, tras la automoción, el segundo sector más exportador de Galicia. Gracias a los coches de Citroën y a la pesca, Pontevedra es una de las cuatro provincias más exportadoras de España. Además, la tasa de cobertura en la balanza comercial ha pasado del 45 por ciento de 2007 a estabilizarse en torno al 60 por ciento en los últimos años. Es decir, las exportaciones han ganado peso con respecto a las importaciones, con lo que ello significa de positivo en un entorno de aguda crisis económica.

Y podemos sentarnos ahora ante un mapa del mundo para comprobar qué papel pueden jugar los océanos en nuestro futuro. Eso sí, bajo criterios estrictos de sostenibilidad que sepan conjugar la supervivencia de un recurso renovable como es el pescado con las necesidades de desarrollo social y económico y bienestar de las personas.

Por último destacar el importante papel que desempeña la pesca en el ámbito de la ayuda al desarrollo y la cooperación internacional. Hace unos meses se presentó un informe elaborado por el Seminario de Estudios Europeos Salvador de Madariaga de la Universidad de A Coruña en el que participó la Cooperativa de Armadores de Vigo que analiza la coherencia de las políticas en el marco del sector pesquero empresarial y el desarrollo socioeconómico sostenible. En concreto estudia el caso de Namibia como un ejemplo de la adaptación de las empresas pesqueras españolas a las necesidades de responsabilidad social. El trabajo incluye una guía para la aplicación de estrategias de responsabilidad social en las empresas pesqueras.

El proceso de creación de sociedades mixtas enseñó a la industria pesquera gallega que el desarrollo industrial debe ir parejo a la garantía del bienestar y la calidad de vida de las comunidades en las que las empresas desarrollan su actividad. Al tratarse de países en vías de desarrollo, las empresas tuvieron que garantizar la creación de empleos locales de calidad, la creación de infraestructuras en las poblaciones portuarias, los patrocinios y mecenazgos de actividades deportivas o culturales o las actividades de formación.

Hoy podemos decir que las exigencias de responsabilidad social en nuestras empresas son también un síntoma de madurez y una seña de identidad para nosotros.

P.D.: Este artículo lo escribí en 2014, seis años antes de declararse el Covid-19 como una pandemia por la Organización Mundial de la Salud, ustedes juzgarán si tienen o no vigencia estas aseveraciones y si realmente en todos los niveles de la Administración se nos trata realmente como un sector esencial.

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