Decidir qué no hacer es igual de importante que decidir qué hacer
El CEO de la firma de motos eléctricas Velca, Emilio Froján, ofrece algunas ideas acerca de una de las claves del emprendimiento: definir bien aquello en lo que se va a trabajar sobre lo que se va a ejercer todo esfuerzo
Han pasado casi diez años desde que Steve Jobs falleció el 5 de octubre de 2011, pero sus lecciones sobre la gestión del talento, la tecnología, la vida, el trabajo y el éxito aún son un ejemplo en muchos manuales de negocios digitales.
Walter Isaacson fue el biógrafo de Steve Jobs, y en su biografía escribió:
"Cuando Jobs volvió a Apple en 1997, la compañía estaba produciendo una serie aleatoria de ordenadores y periféricos, incluyendo una docena de versiones diferentes del Macintosh. Después de unas semanas de sesiones para revisar los productos, finalmente tuvo suficiente. Gritó: "Esto es una locura." Agarró un marcador, caminó hacia una pizarra descalzo y dibujó una cuadricula de dos por dos. "Esto es lo que necesitamos", declaró. "Consumidor" y "Pro" en la primera fila. "En la segunda fila escribió "Escritorio" y "Portátil". El trabajo, le dijo a su equipo, se centraría en crear 4 productos, uno para cada cuadrante. Hubo un silencio atónito, pero al hacer que Apple se concentrara sólo en fabricar cuatro productos, él salvó a la compañía. "Decidir qué no hacer es tan importante como decidir qué hacer", me dijo. "Es verdad para las compañías, y es verdad para los productos."
Jobs fue de los primeros que sentaron filosofía en qué para lograr un gran éxito y crear cambios revolucionarios en el mundo, debemos aprender a poner a las personas por encima de la tecnología porque así es como surgen las mejores ideas. Ya no es que haya que construir productos que las personas usen si no que vamos a construir productos con las personas.
Jobs tenía sus defectos como todos los seres humanos pero también tenía la humildad de saber escuchar y cambiar de opinión. Cuando Jobs presentó el iPhone por primera vez en 2007, por ejemplo, era un sistema cerrado: nadie fuera de Apple podía crear una aplicación para él. Un año después, Jobs dio un giro de 180 grados por completo. Abrió el sistema al público después de darse cuenta de cuánto más podía ofrecer el dispositivo a los clientes con aplicaciones escritas por cualquiera que tuviera una buena idea.
Para Jobs era tan importante crear un enfoque claro en la compañía que en su regreso a Apple, Jobs decidió llevar a sus principales empleados a retiros anuales. El último día de cada retiro, se paraba frente a una pizarra y les preguntaba a todos: "¿Cuáles son las 10 cosas que deberíamos hacer a continuación?"
Sus empleados luchaban por incluir sus sugerencias en la lista. "Jobs iba cogiendo post-it y escribía sus ideas, después tachaba las que decretaba como imbéciles", publicaba Isaacson en su biografía. Después de muchas maniobras en las pizarras, el grupo elaboraba una lista de 10 ideas. Luego Jobs eliminaba siete de ellas y anunciaba: ‘Solo podemos hacer tres’”.
La teatralidad de la actividad estaba destinada a enseñar a sus empleados sobre el enfoque. "Decidir qué no hacer es tan importante como decidir qué hacer".