El deporte y la salud mental
La psicóloga del Centro Lingoreta hace hincapié en la importancia de incoporar hábito saludables como el deporte en las rutinas de los más pequeños, sin olvidar que se trata de una práctica con numeroso beneficios a cualquier edad
Todos sabemos que hacer deporte es bueno para la salud a nivel físico, pero, ¿qué pasa si hablamos de salud mental?
Pues como no iba a ser de otra manera, el deporte también presenta beneficios para nuestra salud mental y nuestro estado de ánimo. Algunos de estos beneficios que muchos ya conocemos son: mejora la calidad del sueño, genera una sensación de bienestar con nosotros mismos, estimula funciones a nivel cerebral, ayuda a la relajación, permite generar relaciones sociales y juega un papel esencial en la gestión emocional.
En mi opinión, en la infancia, es fundamental fomentar este tipo de hábito de vida saludable. Animar a los niños a que prueben diferentes deportes hasta que den con uno que sea adecuado, que les guste y que les motive, que vayan con ganas. Incluir un deporte entre sus rutinas ayuda a desarrollar la capacidad de trabajo en equipo y la autoestima, fomenta relaciones con sus iguales, mejora la planificación y organización del tiempo, además de los beneficios nombrados con anterioridad.
Además, también podéis incluir en los planes familiares que realicéis actividades saludables, como por ejemplo: ir a dar un paseo, dar una vuelta en bicicleta, alquilar un día una pista de tenis y que prueben, jugar con ellos al aire libre… Es esencial que esos planes les motiven, y si no es así, buscar algún propósito que lo haga; con esto me refiero a que, por ejemplo, si elegimos el plan de ir a dar un paseo, que sería el menos atractivo, tener como propósito buscar conchas bonitas en la playa o elegir un lugar para hacer un picnic y merendar juntos.
Aprovechando la oportunidad de escribir este artículo, me gustaría recomendar a todo el mundo que, en su tiempo libre, deje un hueco para algún tipo de actividad física. Dependiendo de cada persona, el tiempo de dedicación puede ser mayor o menor, pero es importante que esté y que se mantenga, que no sea algo esporádico.
Con la recomendación de antes, no pretendo ni me refiero a que todos tengamos que practicar un deporte a nivel profesional, esa decisión está marcada por la importancia que cada uno le dé al deporte, el tiempo y los recursos de los que dispone. Es suficiente con tener una rutina de ir a caminar varios días por semana, practicar un deporte de equipo, ir a natación o a un gimnasio y un largo etcétera de posibilidades.
Me gustaría resaltar la importancia de las rutinas en el deporte, sobre todo, para evitar prorrogarlo para otro momento que, en ocasiones, se queda en no hacerlo. Además, es conveniente planificarnos y saber las horas de las que disponemos para las actividades que queramos realizar.
En conclusión, no importa la edad ni la condición física, todos podemos incluir de alguna forma el deporte en nuestra vida diaria y convertirlo en un hábito más de ella. Pensemos que es importante llenar nuestra vida de salud, tanto física como mental.