Una madre conociendo el cerebro de su adolescente
La logopeda y directora de Centro Lingoreta reflexiona sobre los cambios que viven los jóvenes durante la adolescencia y la importancia de ofrecerles apoyo, comprensión y también límites
Como madre, recuerdo la etapa de los 3 y 6 años de mi peque Anxo, aunque ya no es mi peque ni tampoco un adulto.
Hago el esfuerzo de entender que su cerebro está madurando poco a poco, sin embargo, tengo que entender su proceso. Ser consciente de que es otra etapa más, una etapa de nuevos retos, nuevos aprendizajes, nuevas conexiones cerebrales y nuevas formas de ver la vida.
La Organización Mundial de la Salud sitúa la adolescencia desde los 11-13 años hasta los 19-21 años.
Una etapa nueva que en realidad da vértigo, una etapa más en la que se forjará, sin duda, toda la educación y valores que se le ha ofrecido desde su nacimiento. Valores que espero que le sirva para convertirse en un adulto que sume a esta sociedad, con respeto, respeto hacia sí mismo, y respeto hacia los demás, sin distinción, respeto a las mujeres, respeto a los niños, respeto hacia las personas mayores, respeto hacia las personas con discapacidad…
Anxo, durante estos años no entenderá qué le pasa, pero yo "sí". Su cerebro está madurando. Ha sufrido cambios estructurales, aparecen nuevas conexiones, desaparecen otras y todo esto le repercute en el día a día.
A veces, me pregunto: ¿Por qué está tan rebelde? Pues, porque esta maduración del cerebro se produce desde la nuca hasta la frente. La última en madurar es la corteza prefontal, que es la ayuda a calibrar los riesgos, el control de impulsos y la toma de decisiones. Por ello es tan importante cuando respondan "indebidamente" respirar profundo y no saltar, hablar con ellos cuando estén en calma y dejar las cosas claras, que no debemos de gritarnos y respetarnos.
Yo, como madre de dos niños, uno de 7 años y otro de 13 años, me marco retos con ellos para estar a su lado en lo que sé que les gusta. Estoy mejorando mucho en fútbol y baloncesto, y eso que no me gusta mucho, sin embargo, lo hago para CONECTAR con ellos, y también porque me hace ilusión cuando me dicen: "mami, menudo chute has dado, cómo has mejorado", y yo siempre les digo, "gracias a vosotros".
Los adultos tenemos la responsabilidad de saber que un adolescente necesita seguir respetando el sueño de 8 a 9 horas diarias, hacer deporte para disminuir el estrés, mejorar su salud muscular, favorecer la concentración y memoria, mejorar las habilidades sociales y posibles conflictos, generar más neuronas y mejorar la autoestima.
Los adolescentes necesitan:
- El apoyo de un adulto, aunque digan que se les deje en paz
- Marcar límites, a veces negociables
- Comunicación, cuando estén en calma
- Su espacio, sabiendo que el adulto estará ahí
- Aprender a gestionar las emociones, rabia, amor, frustación… (mediante las experiencias)