Es una pregunta que me hubiese gustado hacer a aquellas mujeres que a lo largo de la historia han trabajado duramente a la sombra de sus compañeros, padres o esposos, cuyos méritos no fueron justamente reconocidos y desde luego, los premios se los llevaron ellos.
Unas son conocidas, como la matemática Mileva Marić casada con Albert Einstein, la física Lise Meitner considerada la madre de la fisión nuclear o la pintora Juana Pacheco esposa de Diego Velázquez; pero otras se quedarán para siempre en la sombra.
Hoy en día ya recibimos más premios e incluso poco a poco nos vamos postulando para ellos, pero los datos siguen siendo tercos: el porcentaje de mujeres que han recibido el premio Nobel es del 6%, el Cervantes del 13%, el Princesa de Asturias del 14%, y según un estudio de la consultora Grant Thornton en 2022, solo el 16% de los premios a CEOs en España fueron otorgados a mujeres.
Aún nos queda mucho por andar y muchos por recibir.
Entre las integrantes de la red Sumamos contamos con premios de Empresarias del año, Directivas del año, Top 100 Mujeres Líderes, Premios Nacional del Literatura, Estrellas Michelin… pero nos gustaría, y ese es uno de nuestros empeños, que cada vez haya más mujeres en puestos de liderazgo y en centros de decisión y que eso se refleje en el aumento de mujeres premiadas en todos los ámbitos y sobre todo, en los galardones más importantes a nivel económico, cultural y social.
Si les preguntásemos a las más de 700 personas que forman parte de la red Sumamos para qué sirve un premio, podrían contestarnos que para reconocer un trabajo bien hecho, para impulsar a quienes lo reciben y para darles visibilidad, pero por encima de esto, creo que contestarían que cuando una mujer recibe un premio sirve para que muchas otras tengan referentes femeninos y que también ellas puedan aspirar a recibirlos.
Aumentar el número de premiadas ayudaría a inspirar a las nuevas generaciones y a generar una sociedad más justa y equitativa; una labor de todos, tanto de jurados más igualitarios y sin sesgos de género como de candidatas convencidas de que se merecen el galardón.
Las redes de apoyo juegan aquí un papel principal, porque sentirte acompañada y valorada tiene un efecto multiplicador sobre tu confianza y estas estructuras formales o informales te ayudarán a conseguir tu objetivo.
Personalmente, creo que recibir un premio también sirve para sentir el cariño de quienes nos apoyan y emocionarte ante sus elogios.
Así lo sentí y me emocioné hace unos días, cuando las 4 fundadoras de la red Sumamos, Ana Fuentes, Marta Costas, Teresa Mariño y yo misma, recibimos el Premio Impacto Social de la Asociación Empresarias Galicia.
Supuso además asumir una responsabilidad, la de continuar organizando nuestras comidas/tertulias en las que las mujeres profesionales, mujeres referentes, son las protagonistas, y seguir sumando a nuestra red, mujeres merecedoras de reconocimientos y premios.