La Unión Europea cuenta con una de las legislaciones más proteccionistas respecto de los datos personales de sus ciudadanos; el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD o GDPR) aplica al tratamiento de datos personales que realicen empresas situadas en la UE, pero también a las empresas de fuera que dirijan su actividad al público con ciudadanía de la UE.
Se trata de una norma que establece un estándar de protección alto para el tratamiento de datos personales: exige que se apliquen una serie de principios así como que se respeten determinados derechos y garantías para los titulares de los datos. Y establece reglas específicas y más restrictivas para datos especialmente sensibles (por ejemplo los de carácter biométrico, únicos e irrepetibles de cada individuo, como las huellas dactilares, características faciales o el iris), o que pertenezcan a personas menores de edad.
En este contexto, la actividad de Worldcoin ha hecho saltar todas las alarmas en la Unión Europea, e incluso en otros territorios con un estándar de regulación diferente como Kenia o Argentina.
El proyecto Worldcoin pertenece a la empresa Tools for Humanity Corporation GMBH, una multinacional con sedes en Berlín y San Francisco que fue fundada junto con otros socios por Sam Altman (CEO de OpenAI, empresa titular de ChatGPT). El objetivo final del proyecto es desarrollar una ID o un "pasaporte de humanidad digital" que permita a las personas identificarse en servicios de internet de forma unívoca, de modo que no puedan ser suplantados por una inteligencia artificial o por otros humanos que puedan haber accedido a sus credenciales.
Bajo este pretexto, Worldcoin está recorriendo el mundo con su dispositivo Orb para escanear el iris, que se puede encontrar en localizaciones permanentes y también en ‘pop-ups’ que ubican en sitios como centros comerciales, con un tránsito alto de gente. El objetivo es que cualquier persona que quiera escanee su iris para cederlo a Worldcoin, que en base al mismo le expedirá su ‘World ID’ o pasaporte universal para verificar su identidad. A cambio y como incentivo, Worldcoin paga al titular del iris y respectivo World ID aproximadamente 10 tokens de una criptomoneda propia (WLD) -que en función de la cotización se calcula que convertiría a entre 10 y 40 euros-. Esta cantidad podría incrementarse si el "escaneado" promociona el proyecto o invita a otras personas a que participen.
Según datos de Worldcoin, alrededor de 360.000 españoles escanearon su iris durante 2023 con esta empresa, cifra que sube de los 400.000 si sumamos los primeros meses de 2024. Aunque se desconoce el porcentaje, una parte importante de estas personas eran menores de edad. Worldcoin no verificaba la edad de los "escaneados", ni les ofrecía información suficiente sobre el tratamiento del escaneo de su iris (aunque sí decía que podría cederlo a terceros); información que resulta imprescindible para obtener un consentimiento válido del titular de los datos a que estos sean tratados. Tampoco se garantizaba a los "escaneados" el derecho de acceso a su iris escaneado, ni la opción de solicitar el borrado definitivo del mismo de la base de datos de Worldcoin.
Estos incumplimientos del RGPD motivaron varias denuncias en España ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), que acabó por imponer una medida cautelar contra Tools for Humanity Corporation ordenando cesar en la recogida y tratamiento de datos personales en el marco de Worldcoin en España, así como el bloqueo de los datos ya recopilados.
Tools for Humanity Corporation recurrió esta suspensión ante la Audiencia Nacional alegando que podría causarle perjuicios económicos irreparables, si bien la Audiencia Nacional refrendó la decisión de la AEPD porque debe prevalecer "la salvaguarda del interés general que consiste en la protección del derecho a la protección de datos personales de los interesados frente al interés particular de la empresa recurrente de contenido fundamentalmente económico".
Esta medida de suspensión impuesta por la AEPD expirará el próximo mes de junio. Entretanto, desde el proyecto Worldcoin se han anunciado "mejoras" relativas a la privacidad que podrían encajar con un cumplimiento de los principios más básicos del RGPD. Principalmente, se comprometen a verificar la edad de los escaneados para asegurar que sólo cedan su iris personas mayores de edad, y permitirían además la retirada de consentimiento o el "borrado" o supresión de los datos a solicitud del titular.
Más allá del debate respecto de la titularidad de los datos personales, la legislación que los regula o la opción de monetizarlos como un capital personal de cada individuo, el proyecto Worldcoin quiere marcar el paso de lo que las grandes tecnológicas entienden como el futuro de Internet.
Hace ya años que Facebook defendía una "identidad ciudadana digital" que nos llevaría a tener una "identidad digital única". Según esta idea, los ciudadanos deberíamos contar con un ID o DNI digital que sería un trasunto de nuestra ID en el mundo analógico para operar en Internet, ya sea para suscribirnos a servicios, tener perfiles en redes sociales o hacer compras online. Esta identidad permitiría asociar todas las acciones de una persona en Internet a un individuo, restringiendo la posibilidad de interactuar anónimamente, bajo seudónimos o avatares.
El proyecto de Worldcoin materializa esta idea de identidad digital, a la vez que se arroga la potestad de ser quien "verifique" esta identidad, expidiendo los oportunos pasaportes o "World IDs". Esta función ya la venían desempeñando Facebook o Google, por ejemplo, a través de su servicio de Sign In, que usamos cuando decidimos suscribirnos o darnos de alta en un servicio a través de nuestro perfil en estas plataformas, que comparten nuestro nombre, datos de contacto o foto de perfil con el servicio en cuestión.
Worldcoin ha ido más allá, vinculando esta identidad digital a un dato biométrico, personalísimo y unívoco, que no facilitamos al estado para que nos acredite como ciudadanos y que puede revelar condiciones de salud del individuo.
De modo que la cesión del iris a Worldcoin es un paso en la dirección de otorgar un poder que hasta ahora monopolizaba el estado –con su sistema de contrapesos de poder- a una empresa privada, sin posibilidad de control y en manos de personas con una agenda propia. Para cuando se levante la suspensión y Worldcoin vuelva a escanear iris y expedir World IDs, démosle una vuelta a esta cuestión antes de pasar por el Orb.