Yoya Blanco durante la inauguración del Marco de Perre

Yoya Blanco durante la inauguración del Marco de Perre

Pontevedra

Una parroquia de Pontevedra presenta su particular homenaje a los topónimos de la zona

Una gran escultura de piedra llamada Marco de Perre se ha instalado hoy en Cerponzóns para evitar que la toponimia de la parroquia caiga en el olvido

11 octubre, 2021 20:21

La concejala de Turismo, Yoya Blanco, se acercó esta tarde hasta el atrio de la iglesia de Cerponzóns para inaugurar el Marco de Perre, una obra escultórica realizada por el cantero Manuel Collazo Torres e impulsada por la Asociación de Vecinos O Chedeiro dentro de un proyecto para que los topónimos de la parroquia no caigan en el olvido y puedan incorporarse a nuestro patrimonio cultural. En el acto también participaron varios vecinos y los concejales Marcos Rey, Pilar Comesaña y Martín Martínez.

La instalación de este hito o marco (piedra cavada en el suelo para señalar las lindes de un terreno o al lado de una carretera para indicar lugares y distancias, o bien momentos o hechos importantes) fue posible gracias a la colaboración del departamento que dirige Yoya Blanco y al Servicio de Normalización Lingüística del Ayuntamiento de Pontevedra, que ayudó a recuperar los antiguos nombres de los lugares de la parroquia.

El Marco de Perre es un proyecto que comenzó hace dos años de la mano del cantero Manuel Collazo y que se enmarca en las acciones desarrolladas por el colectivo O Chedeiro para defender y dar a conocer el patrimonio cultural de Cerponzóns, entre las que se incluyen la instalación de dos cruceiros, la realización de un documental, la edición de un libro sobre la historia de la parroquia, diversas charlas impartidas durante la celebración del milenio, la colocación de una réplica del Miliario de Maxencio, la colocación de un hito informativo a un lado del Miliario (inaugurado por la propia Yoya Blanco en septiembre del año pasado) y la colaboración con la Concejalía de Turismo en un proyecto relacionado con el Camino Portugués denominado El Camino Contado.

De este modo, O Chedeiro recogió la testigo dejada desde 1997 por el antiguo cura de la parroquia, Don Manuel Míguez, que comenzaba a publicar en ese año en la Voz de Rons la historia de Cerponzóns, una gran labor de investigación efectuada durante años y que dejó una herencia de incalculable valor. En un de los capítulos publicados, Míguez hacía precisamente referencia la algunos nombres de pequeños lugares prácticamente desaparecidos y englobados bajo denominaciones más amplias: A Cachada Vella, A Cañota, A Chan do Monte, A Cruciña de Ponte Beán, A Ponte Beán, A Ponte Pomar, Bigaixo, Cachadiña, Campo, Casa Nova de Liborei, Casás de Meán, Castelo de Cerponzóns, Cernadelo, Igrexa, Laxe de Bascuas, Liviáns, Mendo, Mogos, Mouchos de Meán, O Cimbelo, O Taral, Porrelo, Pozo de Meán, Río da Barca, Santarandán, Soutelo de Meán e Soutelo do Bravo (usándose os nomes de O Castrado, Liborei, San Caetano, Balea, A Fonteiriña, Pidre, O Vigario, O Bravo, A Costa, Meán, A Bouz, Tilve, A Rons, A Ermida y O Cunchido).