Una tienda de Pontevedra denuncia un fraude telefónico: "Hoy nos han estafado 3.375 euros"

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Pasaban algunos minutos de las 10:30 horas de esta mañana cuando una de las dependientas de Tiger en Pontevedra salía de la tienda con "algo más de 3.000 euros" en la mano. Desde ese momento, hasta casi dos horas después, la joven no volvió a su puesto de trabajo.

Mónica Gómez, directora de negocio de Tiger Stores, cuenta que llegaron a pensar que la empleada había sido secuestrada "porque este no es un comportamiento habitual en ella y no tiene autorización para acceder a la caja fuerte", de donde cogió 3.375 euros.

Gómez explica que fue la otra dependienta presente durante el turno de mañana quien llamó a la encargada, que entraba por la tarde, para alertar del extraño comportamiento de la joven. "Creemos que tenían estudiados los horarios de nuestra encargada para llevar a cabo la estafa mientras ella no estuviese presente, porque si hubiese estado ya no se habría accedido a la caja fuerte".

Fraude con tarjetas de Google Play

La estafa comenzó con una llamada telefónica de una persona que se identificó como repartidor de DHL, empresa de transportes con la que trabaja habitualmente la tienda. "En ese momento dijeron a la dependienta que se había paralizado una mercancía porque faltaban 5.200 euros por abonar y, en caso de no pagarlos de forma urgente, se perdería el material y se multaría a la tienda", explica Mónica Gómez.

En ese momento, se pidió a la joven que comprobase cuánto dinero en efectivo había en la caja fuerte del establecimiento, "algo para lo que no tiene autorización", y que saliese de la tienda con todo lo que hubiese. Tras llamarla a su móvil personal, se le encargó acercarse a varios estancos repartidos por toda la ciudad y adquirir tarjetas de regalo de Google Play".

Al comprar cada una de las tarjetas, por valores de entre 25 y 100 euros, a joven enviaba una fotografía al supuesto trabajador de DHL en la que se veía el número pin con el que se podían realizar las compras con esa tarjeta. "Así, hoy nos han estafado 3.375 euros", cuenta Mónica.

Una denuncia "inútil"

Tras recibir una llamada de su madre en la que la alertaba de que la estaban buscando en la tienda, la dependienta volvió a su puesto de trabajo y contó lo que había pasado. "Ella está destrozada, se siente fatal y para ella también ha sido horrible", explica Gómez.

Por el momento, es la Policía Nacional la que ha abierto una investigación, aunque poco se puede hacer en este caso: "no podemos siquiera cobrar por el seguro porque no es un robo ni un timo, sino que ella entregó el dinero voluntariamente". Del mismo modo, Google les ha comunicado que no podrán paralizar el uso de las tarjetas adquiridas ni recuperar el dinero.

"Todo lo que podemos hacer es comunicarlo a los medios y, de algún modo, evitar que pase en otras tiendas, no se puede hacer más", confiesa Mónica Gómez.