La Audiencia Provincial de Pontevedra acogerá el próximo martes, día 9, el juicio contra un hombre acusado de pegar de forma habitual, amenazar, humillar, acuchillar, violar e incluso rociar spray insecticida sobre la cara de su pareja, a la que sometió a continuas agresiones y vejaciones "casi desde el inicio de la relación".
Fiscalía pide para el acusado penas que suman más de 20 años de prisión, así como otros tantos de alejamiento, como autor de los delitos de violencia habitual, cinco de maltrato, uno de lesiones leves, uno de amenazas y un delito continuado de agresión sexual.
El escrito de acusación fiscal recoge que el procesado mantuvo, desde finales de 2018, una relación sentimental con la mujer, con la que convivía en un domicilio de Pontevedra junto con la hija de seis años de ella. La relación se mantuvo hasta diciembre de 2019.
"Casi desde el inicio", apunta, el acusado "sometió a su expareja a continuas humillaciones y menosprecios" por motivos como la buena relación con el padre de su hija o su trabajo como camarera. Le controlaba las salidas, sus redes sociales y sus contactos con amigos y familiares "con una actitud sumamente celosa y agresiva" que provocaba en ella "un clima de terror" y "profundo miedo".
Agresiones constantes
Entre las agresiones que narra el escrito, el acusado le hizo en una ocasión un corte en una pierna con un cuchillo de cocina y, en otra, le roció spray insecticida en la cara, alcanzándole los ojos, mientras se maquillaba para ir a trabajar, diciéndole que no quería que nadie la mirara.
En enero de 2019 golpeó a la víctima en la cabeza y le dio una patada en las costillas, un episodio por el que necesitó asistencia médica. También fue atendida en el PAC de A Parda el 21 de junio del mismo año, a causa de los dolores derivados de un golpe que el acusado le propinó en la cabeza.
Fiscalía apunta también en su escrito que, desde el inicio de la relación, el procesado "casi todas las noches le solicitaba mantener relaciones sexuales" y, en las ocasiones en las que ella se negaba, la agarraba y le obligaba a mantenerlas.
Ya finalizada la relación, las situaciones de violencia se mantuvieron. En concreto, en diciembre de 2019 se presentó en su casa y, tras insultarla, intentó forzarla a mantener relaciones sexuales, llegando a arañarla en la cara. Ese mismo día, en presencia de la hija menor de ella, le dio un puñetazo y varios bofetones.
Poco después de la medianoche del 20 de febrero de 2020, la esperó a la salida de su trabajo para agarrarla por el cuello y obligarla a ponerse de rodillas. Posteriormente, la golpeó. Ese mismo mes, la mujer recibió por whatsapp mensajes en los que amenazaba con acuchillarla.
El "continuo comportamiento agresivo y violento" del procesado, prosigue el escrito, llevó a que la mujer "viviese la vida en común con su entonces pareja y viva en la actualidad con un miedo constante a las reacciones" del acusado, por lo que ha tenido que recibir tratamiento psiquiátrico.