Desde hace unos años, Vigo se ha convertido en una ciudad mediática a nivel nacional. Las luces de Navidad, el Dinoseto o Abel Caballero han copado minutos de televisión y publicaciones en diarios de papel y online que antes parecerían imposibles. Pero la ciudad olívica ha tenido tirón mediático en otras ocasiones.
Para empezar, pocas pueden presumir de haber sido la que menos tiempo estuvo ocupada por los franceses allá por el año 1809 y haberlo convertido en una fiesta que se celebra por todo lo alto en la ciudad. Las hazañas de aquella todavía villa fueron narradas por el resto de la península y le valió para lograr el título de Ciudad Leal y Valerosa.
Más de 50 años después, Vigo hizo acto de presencia en una novela que pasaría a la historia, Veinte mil leguas de viaje submarino. En ella, su protagonista, el Capitán Nemo, se hacía con el botín de la batalla de Rande en lo más hondo de la ría para financiar sus viajes. Lo escribió Julio Verne sin haber pisado la ciudad; para eso, tendrían que pasar diez años desde la publicación de su novela. En 1878, para refugiarse de un temporal, el escritor francés atracó en el puerto de Vigo y pasó unos días mezclándose con los vecinos. En 1884, una avería en su barco le devolvió de nuevo al puerto en lo que fue su segunda y última visita.
Otra gran personalidad, en este caso de la ciencia, hizo parada en el puerto de Vigo en su visita a España. Fue Stephen Hawking en 2014, que desembarcó del Independence of the seas y probó los manjares propios de la ría. En este caso, lo hizo en la zona de A Pedra, en el restaurante La Espuela, donde comió unas ostras.
Un tren de la ‘Movida’ y una Cabalgata disparatada
Tirando del hilo temporal, Vigo sería portada de los diarios por la gran huelga general de 1972, que paralizó la ciudad y desafió al franquismo, seguida de la ‘Movida’ local, que hizo frente al movimiento cultural y musical que se desató en Madrid a principios de los ochenta y que llamó la atención de todo el país hasta el punto de unificar ambos movimientos en un viaje en tren que partía de la capital con destino Vigo y que terminó con una mujer herida, la policía interrogando a Fabio McNamara y una promesa de devolver la visita que nunca se dio.
Aunque hay momentos que se han vivido en la ciudad que han tenido repercusión mediática tiempo después. Es el caso de la Cabalgata de Reyes más disparatada de la historia, que tuvo lugar en el año 1987 en Vigo, pocos meses después del ‘tren de la Movida’. Una historia que recuperó el periodista Eduardo Rolland en el 2017 y que el programa de radio ‘La vida moderna’ dio a conocer a toda España.
En ella, Manquiña y Morris en el papel de Melchor y Gaspar, acompañados de un desconocido Baltasar, casi se cargan la ilusión de los niños vigueses montados en un globo que les llevaba desde la ría hasta el Náutico, pero que se estrelló en el agua. Por suerte, no hubo que lamentar víctimas, más allá de los terrores nocturnos que sufrieron aquellos pequeños que pensaron que los Reyes Magos habían muerto.
Niños también fueron los que impresionaron en su participación en el programa de Telecinco Got Talent. Concretamente, los alumnos de la escuela de danza viguesa Media Punta, con una actuación en la que fusionaban el baile gallego con el baile moderno. Gracias a su coreografía que mezclaba tradición y modernidad, conquistaron al jurado (menos a Risto Mejide) y a las redes sociales. Una actuación, por cierto, que les llevó a ser subcampeones de la Dance World Cup de 2018.
Las luces y el alcalde más mediáticos
Ese año, 2018, fue en el que comenzó a hacerse viral el encendido de las luces de Navidad. Lo fue gracias a un discurso del alcalde, Abel Caballero, que no sólo se repitió en infinidad de programas a nivel nacional, sino que dejó para siempre la frase "With the lights and the music". El crecimiento exponencial del número de luces LED y su cada vez más temprana colocación en las calles se ha constituido en un foco informativo para los medios de todo el país, incluyendo una cruenta batalla por tener más adornos lumínicos y encenderlos lo antes posible.
Del alcalde y su figura se han hecho eco también varios medios. Desde las repetidas alusiones de Buenafuente en Late Motiv, imitación incluida, pasando por las entrevistas en programas de máxima audiencia, Caballero se ha forjado una popularidad que excede las fronteras de Galicia. Por ejemplo, un tatuaje con la cara del regidor rodeado de luces se considera una noticia de suficiente alcance para hacerse un hueco en un informativo.
Vigo también se hace mediático a través de otros vigueses. Desde la portada en la revista Time de la medallista paralímpica Susana Rodríguez Gacio hasta las menciones de la periodista y ‘Viguesa Distinguida’ Carlota Corredera en Telecinco. Pero no hace falta ser de Vigo para regalar imágenes de la ciudad por el mundo; un claro ejemplo es James Rhodes, que vive un idilio con Galicia y su cultura y en concreto con la ciudad de Vigo. Desde defenderla en Twitter ante un comentario que afeaba la ciudad hasta fotografiarse con el Dinoseto o refrendar que Vigo es la ciudad de España con mejor calidad de vida. Un medio de la misma nacionalidad que el pianista, el británico The Guardian, también ha dedicado sus páginas a la ciudad y a sus playas, como la de Rodas, de las islas Cíes, que seleccionó como la mejor del mundo, e incluso a su producción audiovisual.
El Dinoseto también tiene su espacio mediático. Más allá de ser uno de los elementos preferidos para sacarse un selfie de la ciudad y compañero de retrato de muchas caras conocidas que pasan por Vigo, también ha sido objeto del satírico humor de El Mundo Today. Una publicación que no ha dejado escapar tampoco las luces de Navidad, a Abel Caballero o la pintoresca historia del "no coma" de Manel Monteagudo, otro de los focos mediáticos más recientes de la ciudad.
El cine, la música y el fútbol
La gran pantalla también ha tenido hueco para dar cobertura a Vigo. Desde ‘Botón de Ancla’, pasando por ‘Canciones de amor en Lolita’s Club‘, ‘Lena’, ‘Siete mesas de billar francés’ o ‘Los lunes al sol’, entre otras, localizaron sus escenas en la ciudad. En el caso de la película dirigida por Fernando León de Aranoa, hacía además hincapié en la crisis vivida tras la reconversión naval, un hecho que marcó a la ciudad y a los vigueses durante los años 80. Otro gran ejemplo es ‘La playa de los ahogados’, que lleva al cine la novela del vigués Domingo Villar; en ambos casos, Vigo y sus alrededores forman parte imprescindible del relato. Más recientemente, Vigo se ha convertido también en plató de grabación de varias series.
Y en la música, los representantes de la ciudad son destacados a nivel nacional y todos tienen en común que hacen patria chica de la ciudad allá por donde van. Vigo sonaba siempre que lo hacía Siniestro Total en sus conciertos y el desaparecido grupo Los Piratas, con Iván Ferreiro a la cabeza, que empezaba sus conciertos con un "Somos Los Piratas y somos de Vigo".
Si miramos hacia el fútbol, el deporte rey también ha situado a la ciudad en el mapa. Más allá de aquel EuroCelta que conquistaba a los aficionados, algunos de sus futbolistas fueron también una razón para poner los ojos en Vigo. El ruso Mostovoi, que en su primera temporada quiso abandonar el campo en medio de un partido contra el Sporting, acaparó los programas deportivos de la época ante lo insólito de la situación; el fichaje de Guidetti, el delantero sueco que hasta tenía canción propia, consiguió que Vigo y el Celta fuesen trending topic en Suecia; y más lejos, en Corea del Sur, el nombre del equipo celeste sonó repetidas veces con el fichaje de Park Chu-young, que hasta llevó hasta Balaídos periodistas de su país para seguir sus (pocas) hazañas en el campo.
Hasta aquí habría que hacer un punto y seguido para, precisamente, seguir: ayer, Vigo volvió a ser referencia en los medios con el encendido de las luces de Navidad por cuarto año consecutivo y Caballero será el invitado en el Hormiguero este lunes. Y no hay duda de que la ciudad volverá a captar la atención ajena en cualquiera de sus formas y manifestaciones. El punto y final, de momento, tiene que ser el de una expresión que, en este caso también, se ha convertido en referencia: el exaltado "¡Viva Vigo para siempre, me cago en tal!".