Los abogados de la familia de Déborah Fernández-Cervera han presentado un escrito de alegaciones a raíz de "determinadas actuaciones llevadas a cabo en la instrucción de la causa" que aseguran que únicamente producen "malestar e incredulidad".
En este comunicado, lamentan que la defensa del único investigado, el exnovio de la joven hallada muerta en O Rosal en mayo de 2002, "se oponga a la declaración del doctor Aitor Curiel, autor del informe presentado por la acusación que determina que la causa de la muerte de Déborah es homicida". El informe de este forense desmentía la hipótesis de la muerte accidental de la viguesa y fue uno de los principales motivos por los que la jueza decidió citar como investigado al acusado poco antes de que prescribiera el caso. La familia apunta que "si el investigado nada tiene que ver con los hechos, tal y como ha declarado, ¿qué interés tiene en que no se escuche al doctor Curiel?".
Se refieren, además, al silencio del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional sobre el análisis del disco duro y el correo electrónico de la joven, hallada muerta en O Rosal en mayo de 2002. La familia afirma que sobre esta declaración solo se puede hacer dos lecturas: o la Policía está "tomando el pelo a todos los actuantes" o "faltó a la verdad" cuando dijo que había analizado el mail desde el teléfono móvil. La familia tacha de "inadmisible" que la Policía no permita estar presentes a los peritos de las partes en la diligencia de análisis del móvil para intentar acceder a su contenido, por lo que han reclamado al juzgado que requiera esa presencia de peritos.
Por otra parte, han solicitado que se unan como pieza de convicción los vestigios enviados por la Policía tras el hallazgo de un legajo sobre la causa el pasado mes de septiembre en el que se encontraron cintas de vídeo.