El ascensor-mirador Halo ya es una realidad y a partir de mañana, viernes 16 de febrero, los vigueses podrán hacer uso de él. La monumental obra entrará en funcionamiento a las 12:00 horas de la mañana, sin acto de inauguración oficial debido al periodo electoral, conectando el entorno de la calle Serafín Avendaño y García Barbón con Vía Norte.

Según ha explicado el alcalde de Vigo, Abel Caballero, habrá diversos trabajadores de la empresa encargada del proyecto en el punto para ayudar a los ciudadanos a utilizar el Halo mientras la estructura sea aún una novedad.

El Halo aspira a convertirse en un emblema de la ciudad de Vigo (de hecho, en algunos carteles del Concello se muestra un skyline vigués donde el mirador ya está integrado). La obra comenzó a dar sus primeros pasos allá por el año 2021, cuando se redactó el proyecto. Antes de ser una infraestructura tangible, el ascensor fue reconocido por los LOOP Design Awards.

El Halo en cifras

El ascensor Halo ha costado más de 15,7 millones de euros (un sobrecoste de más de tres millones de euros sobre el presupuesto inicialmente planteado), financiados en su mayoría con fondos europeos y remanentes. Las obras comenzaron en el año 2022 con un plazo de ejecución de 12 meses, lo que apuntaba al pasado verano como momento de inauguración.

Sin embargo, la gran infraestructura sufrió diversos retrasos que provocaron también inconvenientes en la apertura del nuevo túnel de Lepanto, que conecta el centro de Vigo con la AP-9. Así, aunque se anunció su puesta en marcha tanto en el verano de 2023 o el pasado mes de diciembre, finalmente su inauguración será mañana.

El Halo mide 50 metros de altura y su gran corona circular tiene un diámetro de 90 metros. La obra tiene una doble función de elevador y mirador; dispone de dos ascensores con capacidad para 17 personas cada uno y en su parte superior se extiende el mirador acristalado con forma circular, que ofrece una panorámica de la ría de Vigo. Además, está equipado con 8.800 puntos LED que pueden proyectar colores y formas sobre sus placas de vidrio, convirtiendo el Halo en un espectáculo nocturno.