El Concello de Vigo inicia mañana la poda del talud de Falperra, que afectará al tráfico

Mañana comenzarán los trabajos de poda de los árboles del talud de Falperra, el pequeño montículo que se alza tras la fuente homónima en el cruce entre esta calle, Cachamuíñas y Romil y que conecta en su parte alta con la avenida de Camelias. El Concello de Vigo había informado el pasado mes de marzo que se ejecutarían varias podas en la ciudad con el objetivo, explicaban, de eliminar especies invasoras que facilitan la propagación del fuego.

Concretamente, en la zona de Falperra se encuentran ejemplares de acacias negras, que serán sustituidas, según apuntaba el Concello, por "árboles frondosos y especies tapizantes resistentes a la exposición al sol, a la temperatura y a la contaminación". La poda comenzará a primera hora de la mañana de este jueves, día 2 de mayo, y obligará a cortar la circulación en ambos sentidos de la rúa Cachamuíñas.

Los trabajos se prolongarán el viernes y se producirán en horario de 9:30 a 22:00 horas ambos días. De este modo, no se podrá acceder hacia el Paseo de Alfonso desde la calle Camelias, Ecuador, Venezuela, Progreso ni Marques de Alcedo, habilitándose como desvío la calle Romil. Por otro lado, tampoco se permitirá entrar al Concello desde Romil ni Alfonso XII (el desvío será a través de Camelias) y se reconducirá el transporte público que pasa por la zona.

Protestas

La medida no ha gustado a la plataforma vecinal Amigas das Árbores de Vigo. El colectivo ha publicado en sus redes sociales una recopilación de imágenes del área arbolada que se va a poder, afirmando sentirse "impotentes" ante su inminente desaparición y convocando al resto de ciudadanos a acudir al punto a "pedir explicaciones" durante los días de la poda o a pegar carteles por la calle para "concienciar" sobre la importancia de los árboles.

Desde la plataforma afirman que los árboles se tallan "sin criterios científicos demostrados" y que en este caso, las acacias negras "no son invasoras" porque se hallen en un espacio restringido. Además, defienden que "funcionan protegiendo a los transeúntes de lluvia y viento", "retienen el suelo del talud con sus raíces para evitar desprendimientos" y "son refugio de diferentes especias de pájaros y animales".

Con todo, este no es el primer episodio de este estilo que levanta ampollas en la ciudadanía. En diferentes ocasiones, agrupaciones ecologistas y vecinos han criticado las talas ordenadas por el gobierno local, calificándolas como "violencia arboricida"; unas acusaciones a las que el Concello respondió explicando que eran medidas de seguridad.