El lugar que la vio nacer y crecer en la Illa de Arousa es también el escenario donde la artista Andrea Fernández decidió desatar todo su talento bajo el mantra de "el futuro es ahora". En una isla marinera, en pleno epicentro de las Rías Baixas, empezó a germinar el fruto de La Platanera, un proyecto que invita a las personas a descubrir y conectar con su lado más creativo, a regalarse tiempo y a desconectar del ritmo frenético de la vida con una herramienta tan potente como es el arte.
"Quería hacer lo que me hacía feliz. Y lo que me hacía feliz era ilustrar, dibujar y contar historias", afirma Andrea. En el 2012, esta joven arousana decidió desafiar al miedo y a la incertidumbre laboral con la que se topó cuando regresó a España tras su etapa de estudios, y como ella misma dice: "a apostar por mí", al darse cuenta de que "nunca hay un momento perfecto. Quise darme esa oportunidad que no estaba encontrando".
La casa de infancia de Andrea y sus abuelos se convirtió en el hogar de la artista, y su pequeño "alborio" ―nombre con el que designan en la Illa de Arousa a los alboios o alpendres―, que unas décadas atrás había albergado un almacén de aparejos pesqueros, se transformó en el espacio creativo donde se terminaría instalando La Platanera. "Al final no se trata de metros cuadrados, ni de esperar el momento perfecto, sino de aprovechar los recursos", relata.
De taller personal a residencia artística
Lo que empezó como un proyecto personal para crear y dar a conocer sus obras, acabó evolucionando hacia una manera de entender y compartir el arte que va mucho más allá de la individualidad. Andrea pensó que en vez de ceñirse sólo a vender lo que hacía podía dar un paso más: "¿Por qué no enseñar lo que hago si a mí me hizo feliz?". La idea se materializó en un primer momento en talleres impartidos por ella misma, pero sus ganas de seguir creciendo pronto la llevaron a querer acercar a su "isla pequeñita", a personas a las que admiraba y a otras creadoras de Galicia y de otros lugares de España. "Empecé a invitar a gente, y así fue como poco a poco fue convirtiéndose de mi taller personal en un espacio abierto para crear", recuerda.
Pero La Platanera no es una residencia artística al uso, sino que conforma un lugar donde vivir una experiencia íntima, personal y reveladora está por encima de la formación en sí misma. "Quería no sólo enseñar esta técnica que tanto me había dado, sino permitir a la gente por unos días sentir lo que es vivir en esta isla", dice Andrea. Al final, tal y como nos explica, se trata de buscar un equilibrio "para no robarme tiempo y poder seguir creciendo como artista, experimentando y cuidándome también a mi".
Un espacio por y para el arte
"Talleres, retiros artísticos, workshops intensivos o residencias creativas", las opciones para vivir y experimentar el arte en La Platanera son casi infinitas, pues ni siquiera los meses del confinamiento consiguieron frenar la actividad de esta arousa. "El tema de los talleres lo tuve que parar, pero luego intente darle una vuelta a lo que hacía", explica. Así nació "Cuenta tu historia", un nuevo servicio que tiene como fin el ayudar a otras personas a encontrar su voz y contar con palabras (o imágenes) sus relatos de vida.
Aunque se formó como comunicadora audiovisual y publicista, casualidades de la vida, un panfleto sobre el Centro Internacional de la Estampa Contemporánea (CIEC) acabó en sus manos y transportó a esta arista arousana de la capital madrileña a Betanzos para descubrir el universo de la serigrafía, un arte de grabado sobre textil, cerámica y papel que ahora enseña en su taller de la Illa de Arousa. "Ahí estuve 8 horas al día durante 8 meses, todos los días dibujando, trabajando con las manos, en piedra, en madera. Fue muy enriquecedor", cuenta.
Además de la serigrafía, en La Platanera conviven todo tipo de artes, técnicas y personas que añaden un importante valor añadido para el proyecto. Al lugar asisten de forma continuada creadores invitados para compartir sus experiencias en este oasis artístico de la Illa de Arousa. Libros pop-up con Ana Pez; Xilografía con Iria do Castelo; Macramé de la mano de Slooow Project o Joyería Creativa a través de Liab Studio, son sólo algunos de los talleres intensivos de fin de semana que se han podido vivir en este espacio creado por Andrea Fernández.
De forma complementaria, y durante los meses de verano, tienen lugar las Residencias Banana: cuatro días de retiro creativo en un ambiente muy mágico y especial, con talleres pensados para desconectar e inspirarse, para descubrir nuevas técnicas e incluso a uno mismo, y "volver a casa con tus propias creaciones". Un formato que Andrea Fernández ha querido desestacionalizar y adaptarlo a cada persona y situación: "hace unos meses lancé la opción de retiros personalizados para personas o grupos que quieran venirse un fin de semana a la isla y hacer algo diferente", explica la artista.
Estos talleres personalizados son una manera de demostrar, tal y como nos recuerda Fernández, que cualquier momento del año es bueno para visitar Galicia e inspirarse. El carácter de la ría de Arousa en invierno, entre lluvias y temporales, le confiere a la isla una identidad muy potente para este tipo de formatos creativos. Además, tanto los talleres como los retiros están pensados para todo tipo de perfiles sin importar el nivel, la edad e incluso la formación. "Siempre se aprende de todas las personas con historias muy diferentes, y se crean grupos muy chulos", añade.
Después de un balance rápido, Andrea nos confiesa que "la mitad de las personas que vinieron no tenían nada que ver con este mundo, y muchas encontraron la sorpresa de que descubrieron una parte creativa que pensaron que no tenían". Así, a este pequeño rincón de las Rías Baixas, han llegado gentes desde todos los puntos de España, especialmente "Barcelona, País Vasco, Madrid y las islas", pero también del extranjero desde países como México o Italia.
Un verano en las Residencias Banana
Cuatro días en la Illa de Arousa, talleres, inspiración, naturaleza, gastronomía… un pack creativo tan completo como único. Es la experiencia que ofrecen las Residencias Banana de La Platanera, que este año arrancan el 6 de julio y que se extenderán durante las siguientes semanas hasta mediados de agosto, con grupos reducidos de cinco personas (al menos por este año). "Me quedan plazas en la primera de julio (2), del 3 al 6 de agosto (1) y después del 10 al 13 de agosto (1)", aclara Andrea, que espera poder completar antes de que arranque esta séptima edición. Toda persona interesada puede encontrar la información detallada en la página web de La Platanera (laplatanera.com) y reservar una plaza "para que te centres en el ahora y saques la creatividad que llevas dentro".
Este retiro creativo de verano ofrece la posibilidad de respirar, desconectar y conocer de cerca la serigrafía creativa, participar en talleres experimentales, hacer yoga y meditación o recorrer la isla sin prisas sobre dos ruedas. Además esta experiencia incluye alojamiento con desayuno y comida, un pack de bienvenida y todos los materiales necesarios para las actividades en el taller de La Platanera.