Desde hace unos años, los patinetes eléctricos se han convertido en un elemento habitual en las ciudades, un medio de transporte más que, cada día, gana más adeptos. La novedad en el mercado implicó la ausencia de una regulación para su circulación, al igual que muchos vacíos legales y preguntas sin respuesta que, progresivamente, encuentran un hueco en ordenanzas y normativas, que no siempre están colmando las expectativas de los usuarios de estos vehículos de movilidad personal, los VMP.
En Vigo, de manera reciente, se ha creado una asociación que ha nacido al albor de la ordenanza municipal que se aprobaba en la Xunta de Goberno Local. Pero la reglamentación de estos vehículos no ha dejado satisfechos a los miembros de la asociación Vigo VMP, unos 200 en total, "y más simpatizantes", como confirma a Treintayseis su presidente, Bernardo Rey.
A la espera de una reunión ya solicitada en diversas ocasiones con la concelleira de Empresa, Economía, Seguridad y Organización Municipal, Elena Espinosa, y que esperan que se lleve a cabo "lo antes posible", desde Vigo VMP presentan varias alegaciones al texto aprobado en pleno; un primer defecto es, asegura Bernardo, que "no han contado con los usuarios".
Una "sobrerregulación" de los VMP
Consideran que se está "sobrerregulando", que incluye la creación de un registro, algo que ven "inviable", y que esta ordenanza genera incongruencias que perjudican, por ejemplo, a los monociclos, ya sea "el de un niño que no alcanza los 6 kilómetros por hora" o uno con una autonomía de 60 kilómetros y mucho más veloces; es decir, se engloba en un término una amplia gama de vehículos de una sola rueda.
Otro de los caballos de batalla es el seguro obligatorio de responsabilidad civil con una cobertura de 500.000 euros, "una exageración". "Estamos de acuerdo en que se exija un seguro, pero que eliminen la cantidad mínima", insiste el presidente de Vigo VMP. Además, añade, muchos seguros del hogar cubren daños a terceros provocados por la conducción de este tipo de vehículos.
Entre sus propuestas, ya que se les excluye al carril bici, al considerar que en esos casos hay una alternativa de movilidad, está la de habilitar en calles como Gran Vía el antiguo carril bus como multimodal, que puedan usar los VMP y otros vehículos. "Dicen que van a generar retenciones, pero ¿qué estorba más el tráfico, un patín eléctrico o un coche aparcado en doble fila?", razona Bernardo.
"Lo ideal", insiste, "es que se hiciese una equiparación con las bicicletas", regular las mismas conductas prohibidas sobre el vehículo, como no circular por las aceras, no conducir bajo los efectos del alcohol y la prohibición de llevar cascos o manipular un dispositivo mientras se maneja, señalan como ejemplos, y sancionar a aquellos que infringiesen la normativa.
Contra el Real Decreto de la DGT
Además, desde Vigo VMP critican el Real Decreto aprobado el año pasado por la DGT, en el que se establecía la creación de un manual de características técnicas que definen como "rocambolesco", porque limitarían la potencia a 1000 vatios, lo que provocaría que, por ejemplo, costase circular por una ciudad con cuestas como las de Vigo, entre otras medidas. En el texto, también se exige la expedición de un certificado que será necesario para poder vender los VMP a partir del 21 de enero de 2024 y, tres años después, será obligatorio para circular. "Eso supone que tres millones de vehículos se vayan a la basura", explican.
Estas reivindicaciones tendrán un reflejo en la convocatoria que, a nivel nacional, se ha lanzado para este domingo, 27 de febrero, que se celebrará en 14 ciudades, Vigo entre ellas, por los usuarios de VMP. En la ciudad olívica se han citado en Praza do Rei a las 11:00 para, desde allí, realizar un recorrido circular por el entorno urbano que terminará en el mismo punto, a las puertas del Concello.
Desde Vigo VMP quieren consideran que la imagen que se tiene de sus usuarios es errónea. "La gente está acostumbrada a relacionar los VMP con gente joven que conducen vehículos baratos, pero la mayoría somos gente de 30, 40 y 50 años, profesionales que hemos descubierto una nueva forma de movilidad", además de señalar que los vehículos que conducen rondan una horquilla de entre 3.000 y 6.000 euros. Lamentan que, con determinadas noticias, se trate de desincentivar el uso de los VMP, de "criminalizarlo", en lugar de poner en valor la movilidad sostenible.
Hace poco que han llegado a las ciudades, pero parece que los VMP se han convertido en una referencia para aquellos que defienden la movilidad sostenible, en pleno proceso de alejar a los coches del centro de las urbes. El choque con las instituciones parece que solo acaba de abrir su primer capítulo, y desde Vigo VMP prometen dar guerra por sus derechos.