"Adolescencia: Período de la vida humana que sigue a la niñez y precede a la juventud". Así define la RAE esa etapa vital por la que todos alguna vez transitamos y que en muchas ocasiones preferimos dejar guardada como una parte del pasado. Con más o menos cariño, pero guardada, como si quienes pasaron por ella no hubieran sido los mismos que ahora ejercen su papel adulto.

La adolescencia es un proceso de cambios, de conformación de opiniones y puntos de vista. Suele asociarse con sentimientos de confusión, rabia, incomprensión. Y es que cuando se está en el limbo entre la dulce infancia y las puertas a unos años de cierta independencia, lo habitual es creer que nadie respeta que uno ya tiene (o cree tener) una personalidad propia. Todos, tengamos la edad que tengamos, queremos sentirnos escuchados.

Por poner alguna franja de edad, se consideran adolescentes los niños de entre 12 y 19 años. En la ciudad de Vigo, de acuerdo con los últimos datos del INE publicados (2014), hay 24.691 jóvenes de entre 10 y 19 años; 11.938 de ellos tenían entre 15 y 19. Es decir, representan en torno el 8% de la población, una cifra que puede resultar ínfima. Sin embargo, todos ellos son los adultos del futuro. ¿Cómo se sienten estas jóvenes generaciones de vigueses? ¿Cómo es a sus ojos la ciudad? Para saberlo, nada mejor que dejar que sean ellos mismos quienes lo cuenten.

Todos conocen al alcalde

Abel Caballero en una visita al IES A Guía. Foto: Concello de Vigo

"Es un buen alcalde, se preocupa mucho por la ciudad y por los ciudadanos". Quien habla es Marta, una joven viguesa de 19 años, vecina del centro, y a quien se refiere es a Abel Caballero. Parece crucial empezar el retrato adolescente de la urbe preguntando por su visión del Concello y su regidor, cabeza visible de todo el gobierno municipal.

No hay duda de que Caballero ha logrado darse a conocer entre quienes, aparentemente, pueden no tener tanto interés en la política; quienes ni siquiera tienen todavía la potestad de ir a votar. Incluso los más pequeños saben quién es el alcalde de Vigo gracias a su presencia en múltiples eventos (por ejemplo, el famoso baile swish swish de 2018 junto a un millar de niños). Marcos, vecino de Teis de 12 años, reconoce saber quién es, pero no conoce mucho sobre él: "Lo he visto solo una vez porque vino al colegio".

Izan tiene 17 años y es de la zona de O Calvario. Cuando le preguntan por Abel Caballero, lo primero que le viene a la cabeza son las luces de Navidad. "Me gusta mucho esa idea porque por el centro ayuda mucho al pequeño comercio, trae muchos turistas. Lo que pasa es que se debería de esmerar más y no poner y focalizar todo en el centro de Vigo", opina, "Por lo demás, veo que es una persona que se preocupa por su ciudad".

Sergio, de 15 años, vive entre el barrio de Travesía de Vigo y Rosalía de Castro y concuerda con Izan en que Caballero "se preocupa" por la ciudad. Con todo, se muestra algo más crítico que sus coetáneos: "Creo que aunque se preocupe por Vigo exagera demasiado el personaje que él mismo ha construido". También lo es Gabriela, que tiene la misma edad que Sergio y reside por Rosalía de Castro: "Creo que intenta hacer las cosas bien, pero desde mi punto de vista es más importante arreglar las cosas viejas para que funcionen que hacer cosas nuevas".

Vivir aquí

Plaza de Vialia, en la que se encuentra el auditorio y diversos locales de restauración. treintayseis

Una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizada en 2021 señaló a Vigo como la urbe española con mayor calidad de vida. Los resultados estaban basados en las respuestas de los habitantes de la ciudad. Los vigueses destacan como motivo la seguridad, la limpieza, la educación o cuestiones relacionadas con el medioambiente. Además, resaltan que Vigo es ideal para familias con niños por su oferta de ocio, cultura y deporte.

Lo cierto es que en este sentido los jóvenes vigueses opinan, mayoritariamente, como la encuesta del OCU. "Me gusta vivir en esta ciudad porque tiene bastantes habitantes pero no es una cosa exagerada y tienes todo muy cerquita", apunta Izan. Marta coincide con ello y añade que "es una ciudad muy segura", donde hay "todo lo que necesitas para vivir". La sensación de seguridad también la destaca Sergio.

Tanto Marta como Izan creen, además, que se tiene en cuenta a la gente de su edad en el proyecto de ciudad. "Sobre todo a la hora de hablar de deporte", reflexiona Marta, "Se están creando más canchas de baloncesto y de fútbol". Izan opina que sí hay variedad de campos para jugar, por ejemplo, al fútbol, pero como asiduo visitante de estos espacios denuncia que "hay muchos a los que deberían darle una pequeña reforma porque están rotos o van viejos".

Los jóvenes destacan eventos como O Marisquiño y espacios como la zona de actividades deportivas situada en la terraza superior del Vialia. De hecho, Sergio pone como ejemplo el centro comercial para basar su opinión de que, efectivamente, se les tiene en cuenta. Este lugar sale a flote en las respuestas de prácticamente todos ellos: es el espacio predilecto para los adolescentes de todo Vigo. Otros enclaves que frecuentan son el propio corazón de la ciudad, las playas de Samil o Vao y demás centros comerciales.

Cambios y futuro

Todos estos adolescentes han afirmado que les gusta vivir en Vigo, ¿pero quiere decir eso que no cambiarían nada de la ciudad? "Haría más espacios verdes, parques con más árboles, y menos centros comerciales", explica Gabriela, de 15 años. Parece que las nuevas generaciones están más concienciadas sobre el medioambiente y la sostenibilidad como modo de vida. Marta, por ejemplo, nos cuenta que si pudiera modificar algo, "añadiría más carril bici".

Izan, por su parte, dice entre risas que cambiaría "el tema de las cuestas" y Sergio incide en el hecho de que "hay continuamente obras". Sin embargo, casi ninguno de ellos duda cuando le preguntamos si se ven en Vigo en el futuro; cada uno con sus intereses, sus sueños, sus propias metas, responden que sí. Parece que en ese sentido, la ciudad olívica puede respirar tranquila: hay relevo generacional para mucho tiempo más.