Los relojes de sol permiten medir el paso del tiempo observando la sombra que se produce sobre determinados objetos. Estas curiosas figuras, ampliamente extendidas, encuentran en Galicia un lugar ideal para aunar tradición, arquitectura y misticismo gracias a las construcciones de algunos maestros canteros. 

Estas figuras en su mayoría de piedra, construidas en uno de los materiales más emblemáticos de Galicia, son el mejor lienzo para que Relojes de sol en Galicia estudie las historias que esconde cada una de ellas. La página, que desde hace años recopila los lugares en los que se instalan estas construcciones y los secretos que guardan en cada uno de los detalles que las componen, ha descubierto ahora la Senda de reloxos de sol do Facho, la primera ruta de Galicia que persigue estos curiosos monolitos. 

Se trata, como cuenta en sus redes sociales, de una mágica ruta que une tres de estos monumentos, a los que recientemente se ha unido un cuarto integrante. Xabier Garrido, cantero, es el artífice de esta cuarta figura, también hecha en piedra, que remata la senda que discurre por el municipio pontevedrés de Ponteareas. 

¿Qué es un reloj de sol y por qué hay tantos en Galicia?

Un reloj de sol puede ser realmente cualquier cosa que emita sombra sobre una superficie y es una de las figuras que el ser humano creó para medir el paso del tiempo. La hora solar, que corresponde a la sombra que se crea con el movimiento de este astro, difiere de la hora que podemos consultar en los relojes habituales (tanto de agujas como los digitales). 

"Existen numerosos tipos de reloj de sol, pero básica y generalmente, casi todos ellos constan de dos elementos esenciales, un gnomon o estilo (encargado de señalar las horas) y una superficie o cuadrante donde se proyectan las sombras generadas por el gnomon", explica el responsable de Relojes de sol en Galicia. En el cuadrante suelen estar dibujadas las horas del día y, a medida que el sol se mueve, la sombra va proyectándose sobre cada una de ellas. 

En Galicia, los relojes de sol más numerosos son los verticales, que funcionan también como "rosa de los vientos" gracias a que, si están bien diseñados, a las 12:00 de la tarde marcan dónde estaría el sur. También puede funcionar como calendario, mostrando la inclinación de la Tierra por la forma en la que se inclina la sombra. 

En cuanto a materiales, predominan los de piedra o granito, que en la zona de Galicia y norte de Portugal suelen adquirir forma antropomórfica (de persona). En el interior de Lugo y Ourense también hay muchos relojes de pizarra o cuarcita, materiales mucho más habituales en estos lugares. 

Los relojes de sol deben estar diseñados para el lugar en el que se van a colocar, pues la latitud del lugar resulta determinante para su trazado, diseño y disposición. 

Estas herramientas suelen verse habitualmente en las zonas rurales y, concretamente, la provincia de Pontevedra concentra la mitad de los relojes de sol de Galicia: en la localidad de Bueu hay más de un centenar. "La mayoría de los relojes de sol están situados en las fachadas o remates de todo tipo de templos como iglesias, capillas, monasterios o en las catedrales, seguidos de los que suelen coronar los hórreos y de los que adornan viviendas", explica el experto.

La cantidad de relojes de sol de Galicia indica también la importancia que se le daba a estas construcciones, puesto que antiguamente añadían valor a cualquier edificación. Actualmente, aunque son más irrelevantes, algunos vecinos tratan de recuperar su valiosa historia señalizándolos o ayudándose de las redes sociales para llamar la atención del público.