Imagen de archivo de una montaña rusa

Imagen de archivo de una montaña rusa Shutterstock

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El primer y único parque de atracciones que hubo en Galicia estaba en Vigo: así era 'Pluton Park'

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Seguro que si eres de Vigo y tienes de treinta para arriba te acuerdas con cierta nostalgia de aquel parque de atracciones que se construyó en Mos (Pontevedra), a tan solo 3 km del término municipal de Vigo. Conocido como el 'Pluton Park', este parque abrió sus puertas en febrero de 1998 para volverlas a cerrar en julio de 2002. Pensado para ser todo un éxito de afluencia y de recaudación, acabó convirtiéndose en un pozo de deudas por sus grandes costes de mantenimiento y la poca asistencia de público. ¿Conocías la historia de este parque de atracciones de Vigo? Te la contamos en Treintayseis

Partiendo de un presupuesto de 1.000 millones de las antiguas pesetas para la construcción de 26.000 metros cuadrados, este parque de atracciones era el espacio perfecto para que mayores y pequeños disfrutasen de su tiempo libre en compañía. Pero la ilusión duró poco. ¿Qué ocurrió con Pluton Park? ¿Cuáles fueron los principales motivos para durar tan pocos años abierto? Y, sobre todo, ¿cómo era el único parque de atracciones que ha existido en la historia de Galicia?

Toboganes gigantes y una enorme montaña rusa 

Hace más de 20 años que echó el cierre el único parque de atracciones que existió en Galicia. Su andadura fue tal cual como una montaña rusa: con cuidado y emoción al principio para ir allanando todos los detalles y subir hasta el punto más alto de su éxito, donde cayó de forma estrepitosa y abrupta hasta cerrar por completo sus puertas. 

Con un total de 40.000 metros cuadrados de terreno destinados a la pura diversión, este parque de atracciones contaba con un espacio cubierto con el laberinto gigante más grande de Europa por aquel entonces, un circuito de karting y varias atracciones para los niños. En su parte descubierta disponía de una gran montaña rusa acuática con cataratas de más de diez metros de altura.

Sabiendo que estaba situado en Galicia y que el tiempo no siempre acompaña, lo más destacable de este parque es que tenía un espectacular espacio cubierto con multitud de opciones para los más pequeños; desde coches eléctricos y zonas de bolas, hasta una laguna en la que conducir barcas a pedales. Diversión en estado puro. 

La ansiada montaña rusa que se había prometido en el 'Pluton Park' se hizo esperar hasta el año 2000 con el traslado del Looping Star desde el Parque de Atracciones de Madrid. Se trataba de una de las atracciones más grandes de Europa con sus casi seiscientos metros de recorrido, veinticinco metros de desnivel y un looping que se finalizaba en un minuto y veinte segundos a casi 80 km/hora. Fue todo un fenómeno de interés para Vigo y el resto de Galicia. 

Su inversión inicial, principal motivo de cierre

'Pluton Park' comenzó a enfrentar serios problemas pocos años después de su apertura, ya que la enorme inversión inicial no se estaba recuperando como se esperaba. A pesar del desembolso en el que participó la sociedad de capital riesgo Vigo Activo (participada por Zona Franca de Vigo, la Cámara de Comercio y Abanca), el parque no logró atraer a los 700.000 visitantes anuales que había proyectado, alcanzando solo 70.000

¿Las razones de la baja afluencia de público? Nunca se aclararon del todo, aunque en su momento se especuló que podía deberse al precio de la entrada de 2.000 pesetas (12 euros). Por ponernos un poco en situación durante esa época, decir que en el año 1997 el Parque de Atracciones de Madrid cobraba 1.800 pesetas por entrada, que ya se consideraba caro comparándolo con la oferta que ofrecía. Otros parques, como 'Isla Mágica' en Sevilla y 'Port Aventura' en Tarragona, tenían precios más altos, pero su oferta era mucho más completa. Por su parte, 'El Tibidabo' en Barcelona tenía un precio similar al de 'Pluton Park', pero contaba con muchas más atracciones. 

En abril de 1999 la junta directiva del 'Pluton Park' anunció más de 31 millones de pérdidas. Finalmente, en julio de 2002, el parque cerró sus puertas de manera permanente y con él se fueron las ilusiones de los gallegos por contar con un parque de atracciones en la comunidad. 

La historia del parque terminó con la compra de los terrenos por Horacio Gómez, presidente del Celta, quien se comprometió a saldar las deudas, aunque esto nunca fue confirmado oficialmente.