Entre las calles de la ciudad más poblada de Galicia se reparte una amplia riqueza patrimonial, histórica y paisajística. Una riqueza que pone voz y configura de la manera más precisa posible la historia de Vigo. Y es que, el relato de vida de la Ciudad Olívica se entiende mejor a través de su pasado: de las tradiciones y costumbres de su sociedad; de las raíces industriales, culturales, artísticas―o cualesquiera que sean―, que han permitido moldear su figura de forma única.
Vigo tiene una idiosincrasia propia y particular que lleva construyéndose durante siglos. Esta evolución histórica está presente en muchos aspectos y lugares de la metrópolis, desde los yacimientos arqueológicos del Monte de O Castro, hasta el principal Museo Etnográfico de Vigo o incluso en una de las colecciones fotográficas más importantes de la historia de la ciudad: el Archivo Pacheco. Todos ellos son puntos de interés de una ruta etnográfica propuesta por el Concello de Vigo, que permite aportar una visión más completa de la transformación de la ciudad en los últimos tiempos.
Yacimiento de Monte do Castro
El turismo arqueológico es una de las mejores opciones a la hora de comprender más de cerca nuestros orígenes y promover al mismo tiempo la conservación de estos importantes lugares históricos de cada territorio. El yacimiento del Monte do Castro, de entre los siglos II a.C y III d.C, permite a sus visitantes acercarse a la historia de la cultura castrexa en la Ciudad Olívica. Este yacimiento arqueológico musealizado cuenta con unos 1.800 metros cuadrados dedicados a la reconstrucción de uno de los poblados más evolucionados de Galicia.
El parque urbano incluye entre sus límites tres edificaciones castrexas rehabilitadas y muestra cómo era la forma de vida de estos habitantes hace más de 2.000 años. Desde este punto también parten diferentes sendas que alcanzan la cima del monte, donde se encuentran los restos de la antigua ciudad amurallada y un imponente mirador desde el que divisar toda la ría de Vigo.
Villa romana de Toralla
Situada en el barrio de Oia, entre las playas de O Vao y Canido, la Villa romana de Toralla ―datada entre los siglos IV y V d. C― es la única villa romana de toda Galicia que se encuentra excavada íntegramente y puede ser visitada. El terreno también es conocido como Finca Mirambell, pues la superficie sobre la que se sitúa pertenecía a dicha familia, que de hecho, fue la que halló los primeros restos ya en los años 20 del siglo pasado.
Esta exposición-museo visitable puede ser recorrida de dos formas diferentes: la primera, mediante un itinerario visual y exterior, a través de los paneles informativos que se encuentran sobre el emplazamiento; y otra interior, paseando entre los restos de la villa, donde se pueden llegar a apreciar las diferentes estancias de la vivienda principal, las salinas e incluso un complejo y avanzado sistema termal.
Salinae – Centro Arqueolóxico do Areal
La Ciudad Olívica cuenta entre sus límites con la primera salina marina de evaporación solar, en funcionamiento durante los siglos I-III d.C, conservada y musealizada de todo el Imperio Romano. Un interesante recorrido histórico para conocer de primera mano todo aquello que engloba al mundo de la sal y su historia, el funcionamiento de una instalación salinera, así como el nacimiento y el desarrollo de toda una industria romana de estas características en este rincón de las Rías Baixas. Además, Salinae forma parte, junto al yacimiento del Monte do Castro, el Museo del Mar y la Villa romana de Toralla, de un completo itinerario arqueológico por los orígenes de la ciudad de Vigo.
Museo Liste
La joya de la corona de esta improvisada ruta etnográfica recae en el Museo Liste de Vigo, un espacio que nació con el objetivo principal de ofrecer a sus visitantes una visión globalizada del patrimonio etnográfico gallego, al mismo tiempo que se difunde su legado en cuanto a pasado, tradiciones y costumbres de Galicia. Instalado en una vivienda unifamiliar remodelada, el museo pretende ser un lugar abierto al diálogo y el análisis, por lo que incluye visitas guiadas y diferentes actividades didácticas que van más allá de la pura observación de los elementos.
El espacio museístico cuenta con hasta nueve salas de exposiciones permanentes, distribuidas en tres plantas que abarcan los siguientes aspectos temáticos: la cultura del centeno, la rueda tradicional, la simbología de los oficios (más de 50 empleados representados en un marcado carácter conceptual), "o peche" o la creación de lo íntimo, los tejidos, la madera excavada, la luz, la materialidad de la fe y el arte de curar son los principales aspectos a tratar y observar en estas colecciones invariables del Museo Liste.
Museo Quiñones de León
El Museo Municipal de Vigo ocupa el lugar del antiguo Pazo de Quiñones de León, enclavado entre los terrenos del precioso Parque de Castrelos. Esta casa señorial tan típica de Galicia fue construida durante el siglo XVII, y reformada ya a finales del XIX. El museo contiene una de las mejores y más importantes colecciones permanentes de pintura gallega del siglo XX. En total, unas 29 salas componen esta exposición fija, donde la planta baja mantiene un clásico ambiente de corte señorial, respetando la antigua residencia y los elementos decorativos de los siglos XVIII al XX.
También la mansión acoge una imponente colección de lienzos europeos datados de entre los siglos XVII y XVIII, en la que se incluyen pinturas llegadas desde el Museo del Prado y el antiguo Museo Nacional de Arte Moderno. En uno de los edificios contiguos se esconde una interesante sección dedicada a la arqueología, con piezas procedentes de toda la comarca de Vigo, que van desde el Paleolítico hasta la Edad Media. Además, los exteriores del Pazo de Quiñones son otro de los atractivos de este singular rincón vigués, un recorrido adaptado a personas con deficiencias de visión ―reconocido por la Unión Europea con un premio al patrimonio cultural―, que se realiza a través de estímulos táctiles y olfativos.
El Archivo Pacheco
Con sede en la Casa das Artes, el Archivo Pachos es una de las colecciones visitables de titularidad pública más importantes de la historia de la ciudad, con más de 140.000 imágenes de Vigo entre finales del siglo XIX y principios del XX. La mayoría de estas instantáneas fueron hechas por diferentes generaciones de fotógrafos de la familia Pacheco.
La colección permite a sus visitantes hacer una radiografía completa de la vida en la metrópolis durante esos dos siglos: desde aspectos de la arquitectura local, a escenas cotidianas de la vida política y social, o los cafés y tertulias. Incluso la industrialización o las fiestas populares tienen su espacio en esta compilación, así como estampas más duras que van desde las escenas de despedidas de migrantes en el puerto, a imágenes de la guerra civil y la posterior dictadura.