A veces la inspiración llega cuando y donde menos te lo esperas. Albarari se gestó a miles y miles de kilómetros de Galicia, concretamente, en Dubai. Una noche bajo el firmamento, en una jaima arábe en mitad del desierto, fue más que suficiente para plantar el germen de este proyecto en las cabezas de Paula Fernández y Eduardo Guillén, fundadores de estos hoteles burbuja.
En estos alojamientos, según explican, encontraron la manera de compartir sus “valores de respeto por la naturaleza y traer la innovación a Galicia”. Y desde allí no solo se trajeron la idea, sino también su nombre: Albarari, que en árabe viene a significar “espacio natural” y que resume a la perfección el objetivo de sus dueños de poner en valor todos los recursos que ofrecen estos entornos.
Así, en el año 2017 crearon su primer Resort en A Coruña, con una acogida muy buena. Dos años más tarde le tocó el turno a la capital turística por excelencia de las Rías Baixas, Sanxenxo. “Nuestra empresa constituye un modelo de negocio en continua expansión”, explican. De hecho, actualmente están trabajando en un modelo de franquicias que podría hacer multiplicar estas cúpulas.
Las burbujas de las Rías Baixas desde dentro
El Albarari de Sanxenxo se encuentra en un enclave privilegiado, entre los viñedos de la Adega Buezas en Nantes, pertenecientes a la familia de Paula. Allí han formado una constelación de 5 burbujas: Australis, Centaurus, Borealis, Spica y Áuriga, cada una de ellas con su jardín privado y zona chill out.
El concepto del glamping, cada vez más de moda, es el de poder disfrutar al aire libre con todas las comodidades que ofrece un hotel. Y es que dentro de estas cúpulas podrás encontrar camas de matrimonio con dosel, baños completos y de diseño, amenities de baño, minibar, climatización, wifi… y por supuesto, su elemento estrella (nunca mejor dicho): un telescopio y su guía para poder vivir una experiencia astronómica completa. Todo ello a partir de 137 euros la noche. Además, en el caso de Sanxenxo, la reserva incluye un desayuno artesanal, 100% bio y orgánico. Sus responsables aclaran que “a pesar de no disponer de servicio de restauración, es posible disfrutar de una cena en su burbuja o jardín gracias a nuestro proveedor”, eso sí, previa reserva.
Comprometidos con el medio ambiente
Paula y Eduardo querían que sus huéspedes pudieran disfrutar de una experiencia respetuosa y sostenible con el medioambiente. Al inicio, en la búsqueda de diferentes formatos que pudiesen encajar con este concepto de alojamiento efímero, se hicieron con unas burbujas ya fabricadas, y en las que encontraron demasiados fallos. La solución a esto fue lanzarse con sus propios diseños, que ya han patentado. Estas burbujas hinchables cuentan con un “diseño eco- innovador y sostenible” y que permite disfrutar del entorno de forma inmersiva.
Además han apostado por introducir prácticas respetuosas con el medio, como “la no utilización de cementación en los resorts o la utilización de plásticos compostables en el desayuno”. A esto se suma una labor de concienciación sobre el consumo de agua responsable.
Turismo astronómico y enológico
El diseño de estos singulares alojamientos permite una panorámica 360º hacia el firmamento. Ver las estrellas desde la comodidad de una cama nunca había sido tan fácil. Aislarse del mundo y mirar al universo es posible dentro de estas burbujas. Y lo mejor es que, no hace falta ser un experto para disfrutar de esta experiencia, ya que Albarari pone a disposición de sus huéspedes “un telescopio astronómico y terrestre de gran precisión y un planisferio en cada burbuja, además de otros materiales como guías de astronomía”, e incluso recomiendan en su web el uso de la aplicación gratuita “Celestron SkyPortal”.
Aunque en un principio las experiencias estaban pensadas para disfrutar en pareja, desde Albarari han apostado por introducir actividades colectivas a su catálogo, que se pueden disfrutar en determinadas fechas a lo largo del año. Así, familias con menores pueden disfrutar de “cine al aire libre, charlas, talleres, seminarios y otros eventos divulgativos sobre la astronomía” según aclaran sus creadores.
A esta experiencia astronómica se suma la oferta enológica. Las burbujas, como ya comentamos antes, se encuentran entre las viñas de la adega, siendo posible disfrutar de eventos como la vendimia, no sólo como observador, sino participando en la pisada de la uva. Esta opción es un regalo perfecto para los wine lovers, ya que además de la experiencia se incluye una caja de 12 botellas de vino edición limitada y con etiquetado especial. También “un pedacito de viñedo puede ser tuyo” a través de la iniciativa “apadrina una cepa de albariño” por un ciclo de cultivo. La cepa estará “identificada en el viñedo con un cartel específico” con el nombre que el cliente elige. En la web de Albarari aclaran que se hace un seguimiento de la cepa y se le comunica al padrino o madrina, “en las diferentes estaciones hasta que esté lista para su recolección”.