Ventanas que miran hacia el horizonte y balcones astronómicos para observar el firmamento desde las Rías Baixas, así son los espacios que conforman la red de miradores de las comarcas de O Condado y Paradanta, entre los concellos de Ponteareas, Covelo y As Neves. De las tres zonas habilitadas―con bancos, marcos, miradores y otros elementos―, una de ellas se encuentra situada a más de 1.100 metros de altura, en el Alto del Faro de Avión (Covelo), el punto más elevado de la provincia de Pontevedra. Las otras balconadas se localizan en el Alto de San Nomedio (As Neves) y el Alto de San Cibrán (Ponteareas). 

En conjunto, la red de miradores de O Condado-Paradanta supone un verdadero paraíso para aquellos cazadores de instantáneas, panorámicas y, sobre todo, estrellas. Al fin y al cabo, estos rincones del interior de la provincia de Pontevedra gozan de excelentes cualidades para la contemplación de los cielos nocturnos: protegidos de la contaminación lumínica y que representan todo un ejemplo de protección y conservación. En definitiva, un destino starlight en toda regla.

Mirador Castelo do Faro de Avión (Covelo)

Mirador Castelo do Faro de Avión, Covelo. Foto: gdrcondadoparadanta.gal

A principios del año 2020, el punto más alto de la provincia de Pontevedra quedó coronado ―además de por un vértice geodésico― por el observatorio astronómico del mirador Castelo do Faro de Avión, en Covelo. El mirador en cuestión está situado a unos 1.150 metros de altura sobre el nivel del mar y rodeado por las gigantescas siluetas de cientos de molinos de viento, que se distribuyen en varios parques eólicos a lo largo y ancho de la sierra. En lo que respecta a su faceta astronómica, el lugar está dotado de todos los elementos necesarios para la observación, como asientos y pies de metal para telescopios o un planisferio, entre otros. 

Desde el mirador Castelo do Faro de Avión los visitantes podrán disfrutar de unas auténticas vistas de 360 grados. En los días más despejados, con la mirada puesta en el horizonte, el océano Atlántico, las islas Cíes e incluso el estuario del río Miño pueden verse de forma nítida. El Monte de Santa Trega, el valle del Tea, el norte de Portugal y las sierras de O Suído o de Galiñeiro, son sólo algunos de los puntos que se aprecian desde la zona. 

Mirador de San Cibrán de Guláns (Ponteareas)

Mirador de San Cibrán de Guláns. Foto: Wikiloc

El mirador de San Cibrán de Guláns fue una de las últimas incorporaciones del proyecto de miradores de O Condado-Paradanta, cuyo hilo conductor ―estructuralmente hablando― es un marco de cemento, rodeado de otros elementos decorativos, naturales y astronómicos como bancos, bolos graníticos (como el Penedo Pé de Porras) o planisferios. Desde esta posición, las vistas reflejan una panorámica perfecta de la comarca de O Condado y el valle del río Tea.

La balconada de Ponteareas se ubica en un entorno repleto de historia, muy próxima al Alto de San Cibrán y el Área recreativa de A Picoña. Allí se encuentra también una ermita datada del siglo XVIII y varios vestigios de un antiguo castro. En el camino que nos dirige hasta la iglesia se localiza el observatorio astronómico Couso-Guláns, dotado de un planisferio de metacrilato sobre una base rocosa y rodeado en el suelo de varios círculos que se emplean para apoyar del instrumental de observación.

Mirador San Nomedio (As Neves)

Planisferio. Foto: gdrcondadoparadanta.gal

A unos 700 metros de altura en los montes de A Paradanta, en los límites del concello de As Neves, el mirador de San Nomedio se alza en un punto de excepcionales paisajes, repleto de historia, magia y leyendas. Desde el lugar la panorámica nos permite recorrer la extensión de la localidad y zonas como Salvaterra do Miño, Ponteareas, Covelo, A Cañiza e incluso el curso del Miño y la frontera con Portugal. Además, el observatorio interactivo instalado permite comprobar las constelaciones sobre nosotros, según la fecha y hora del momento, para así tratar de localizarlas en el cielo.

En la zona, al igual que con el mirador de San Cibrán, se ubica un área recreativa y una pequeña ermita, de principios del siglo XX, ligada a una leyenda ―aunque existen varias sobre el entorno― que sitúa un ara romana cementada bajo el altar del templo de San Nomedio. También la historia acompaña a las cimas de esta montaña, pues los relatos populares ubican el escenario de la batalla final contra los romanos en este punto, del que se dice, habría surgido el nombre del "Monte Medulio".