Enmarcado en el corazón de la península do Morrazo, el municipio de Moaña es una de las joyas turísticas de las Rías Baixas. En este completo destino costero los grandes protagonistas son la gastronomía, la tradición y sobre todo la naturaleza, donde destacan sus playas paradisíacas y frondosos bosques repletos de vegetación y leyendas. Uno de los máximos exponentes naturales y etnográficos de la localidad lo encontraremos en el entorno que recorre la Ruta del río da Fraga, una caminata entre meandros, saltos de agua, pozas, especies arbóreas y diversos molinos que se van escalonando en las orillas del riachuelo.
El río da Fraga ―también llamado Rego dos Ladróns― nace a más de 600 metros de altitud en el Monte Xaxán, en una zona conocida como Gorgollóns. La senda atraviesa la localidad de norte a sur siguiendo el curso del río, que constituye la frontera natural entre las parroquias de Meira y Moaña. Se trata de un itinerario de lo más completo ya que el caudal del río da Fraga desciende a lo largo de unos 6,7 kilómetros, hasta desembocar en el entorno de la playa de As Xunqueiras, en la ría de Vigo.
Recorriendo Moaña de sur a norte
La Ruta del río da Fraga está formada dos recorridos en función de su longitud, uno largo de unos 9,7 kilómetros y otro circular de apenas 4 kilómetros. Así, este sendero natural en plena comarca do Morrazo puede iniciarse desde diferentes lugares, aunque de forma general, el punto de partida se encuentra en el entorno del arenal de As Xunqueiras. Además, la ruta del río da Fraga también se encuentra dividida en tres tramos: el bajo, medio y alto. De este modo, la dificultad de la senda aumenta a medida que ascendemos hacia el interior de la localidad.
La caminata por tierras moañesas nos adentra entre una naturaleza desbordante, paisajes idílicos y un legado etnográfico muy importante. A lo largo de la ruta podremos divisar hasta una treintena de molinos de agua, muchos de ellos rehabilitados ―y aún hoy en funcionamiento― y otros tantos en estado ruinoso. Estos molinos son en su mayoría de planta cuadrada o rectangular, con cubiertas de tejas del país y sin apenas ventanales. La mayoría de ellos conservan las ruedas en su interior y mantienen en buen estado los canales que conducen el agua hasta el mecanismo utilizado para la molienda.
La orografía del terreno y el torrente del río dejan a su paso numerosas cascadas, pequeños saltos de agua e impresionantes pozas. Pero sin lugar a dudas, el árbol de los deseos es el elemento natural más singular de toda la senda. Se trata de una especie centenaria donde los visitantes podrán implorar por sus mayores anhelos. La panorámica general de esta ruta también nos muestra una abundante vegetación en todo su itinerario, con un nutrido catálogo de especies arbóreas de Galicia, como ameneiros, carballos o castiñeiros.
Naturaleza en su máximo esplendor
Los bosques de ribera y la diversidad de su vegetación marcan el paisaje general de la Ruta del río da Fraga, creando una atmósfera mágica en todo el entorno. Los amantes de la naturaleza y el senderismo disfrutarán de este tranquilo paseo en Moaña, en el que podrán diferenciar distintas especies autóctonas de los bosques gallegos, como los carballos, castiñeiros, ameneiros, bidueiros, loureiros o salgueiros. También las especies invasoras mantienen su presencia a lo largo del recorrido, en algunos tramos incluso ganando terreno a los árboles de la tierra. Entre estas especies destacan sobre todo las acacias, los eucaliptos o las mimosas.