El misticismo y las leyendas recorren Galicia de principio a fin: desde los paisajes litorales más salvajes hasta las aldeas más recónditas del interior, entre piedras y naturaleza, la magia cobra vida. En el corazón de la provincia de Pontevedra, entre los valles del río Lérez y el Verdugo, A Serra do Cando conforma una extensa cordillera montañosa que abarca hasta cuatro localidades (Cerdedo-Cotobade, Forcarei, A Lama e Beariz) y alcanza picos que van desde los 600 a los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Es en este punto donde se localiza el Monte Seixo y su misteriosa vía de entrada al más allá, conocida por todos como A Porta do Alén, o simplemente Portalén.
Este reducto mágico del interior pontevedrés se encuentra situado en los límites del municipio de A Lama y se puede acceder a él tras un agradable paseo por las escarpadas faldas del monte, en un entorno de naturaleza agreste y climas extremos en los que la niebla se convierte, la mayoría de las veces, en un elemento más del paisaje. Altares, santuarios y ancestrales enterramientos se esparcen por todo el lugar, manteniendo vivo su pasado celta. Pero sin lugar a dudas, el componente más destacado de O Seixo sigue siendo el monumento megalítico de la mítica Porta do Alén, que según la tradición popular ejerce como barrera entre el mundo de los vivos y los difuntos.
La leyenda de A Porta do Alén
Espacio de leyendas e inspiración, la cumbre del Monte Seixo conforma un fiel reflejo de la historia más mística de Galicia. De hecho, A Porta do Alén resulta un conjunto tan enigmático que incluso el famoso escritor Manel Loureiro se basó en ella para escribir uno de sus últimos thrillers de misterio ―el séptimo para ser exactos―, titulado La Puerta. Esta especie de monumento funerario lleva siglos en uso, avivando con cada cambio de década la idea de que estas piedras superpuestas sirven de entrada al mundo de los muertos.
Según cuenta la leyenda, durante la noche de Samaín se abren las puertas del más allá y es posible entrar en contacto con el mundo de los muertos desde A Porta do Alén. Existen varias versiones al respecto, pero el rito más difundido aclara que todos aquellos que deseen hablar con las almas de los difuntos tendrán que traspasar la puerta de norte a sur, depositar una ofrenda en el lugar ―en forma de pan, vino, flores o una vela encendida― y guardar silencio. Después, el viento otorgará las respuestas a los visitantes; respuestas que nunca nadie debe saber, bajo la pena de perder la voz o la salud de no seguir estas directrices. Y ya para terminar, será preciso volver a traspasar la puerta para evitar así quedar atrapado en un mundo que no nos pertenece.
A día de hoy, la naturaleza de Portalén es un auténtico misterio. Aunque lo más probable es que se trate de un monumento creado por la mano del hombre, otros mitos vinculan su origen a un milagro obra de algún Dios, haciendo alusión al hecho de que en épocas remotas apenas existían herramientas como para construir dicho conjunto. De cualquier modo, esta roca fracturada en tres partes (la piedra redondeada habría sido colacada de manera intencionada simulando una puerta) sigue despertando el interés y la curiosidad de aquellos que, por voluntad o por sorpresa, se topan de frente con A Porta do Alén.
El Monte Seixo más allá del misterio
Muy cerca del entorno de A Porta do Alén se localiza otro conjunto rocoso de igual singularidad: Marco do Vento, cuyo origen se suele vincular a la época romana. Se trata de un menhir de cerca de 6 metros de altura y que, según varias leyendas, es el punto de confluencia de las fuerzas del universo. Pero más allá del misterio que envuelve el grueso de esta cordillera montañosa, en el Monte Seixo encontraremos otros interesantes atractivos para disfrutar de una jornada en plena naturaleza.
Cerca de la cima del Monte Seixo, ya en los límites del municipio de Forcarei, se localiza el mirador de Outeiro do Couto, a más de 1.000 metros de altitud y muy próximo a una pequeña caseta-refugio construida en piedra. Está balconada está considerado el punto más alto de A Serra do Cando y desde el lugar podremos obtener una espectacular panorámica de las comarcas pontevedresas e incluso del océano Atlántico en el horizonte.
Cabe destacar que a principios del siglo XXI se colocaron casi un centenar de aerogeneradores (97 para ser exactos) en la comarca de Terra de Montes, sobre los terrenos que abarca A Serra do Cando. Por ello, en la actualidad, el paisaje general de esta sierra pontevedresa se encuentra marcado por las figuras de estos imponentes molinos.