A medio camino entre las comarcas de Vigo y O Baixo Miño, las tierras altas del municipio de O Porriño albergan entre sus límites un mirador natural que brinda una panorámica excepcional que se extiende desde las Rías Baixas hasta la desembocadura del río Miño. Lo cierto es que este geodestino gallego enclavado al sur de la provincia de Pontevedra ofrece al viajero un un binomino perfecto entre el mar y la montaña, con los ríos y escenarios que conectan ambos puntos desde la costa al interior. De hecho, la gran riqueza paisajística y el valioso patrimonio arqueológico de esta zona es uno de los grandes atractivos de un destino conjunto que alberga enclaves y monumentos tan emblemáticos como el Castillo de Monterreal, el Monasterio de Oia o el monte y castro de Santa Trega, uno de los yacimientos castrexos mejor conservados del noroeste peninsular.
El bautizado como Banco del Rider ―pues fue instalado en esta cumbre por ciclistas de la zona― se encuentra situado a unos 450 metros de altura sobre el nivel del mar, muy cerca del Alto de Zampalón y la aldea de A Guía, en la parroquia de Atios, actuando al mismo tiempo como la divisoria natural con la parroquia de A Picoña, ya en los límites de Salceda de Caselas. De hecho, cabe destacar que la pista de tierra y ruta BTT que conduce hasta el mirador, converge más adelante con otros caminos frecuentados por ciclistas y senderistas que se dirigen a otros puntos de interés como el Faro de Budiño (el vigía pétreo de las Rías Baixas), el Alto de San Cibrao o el Castelo de Cans.
Ruta BTT para una panorámica de ensueño
El mejor banco de O Porriño descansa sobre una enorme mole de piedra en las zonas más elevadas del alto de Zampalón, a unos 450 metros sobre el nivel del mar. El asiento en cuestión, así como la barandilla de seguridad que lo rodea, se encuentran encajados sobre la piedra en mitad de un camino incluido dentro de una ruta de bicicletas de montaña. Desde este mirador instalado gracias al ingenio de los ciclistas locales se puede disfrutar de una panorámica expecional de los valles interiores de las Rías Baixas y buena parte de la comarca do Baixo Miño.
El acceso al conocido como Banco del Rider se puede realizar tanto desde su parte norte como sur. Los ciclistas que se aventuren desde la zona más septentrional pueden hacerlo desde la entrada que existe por O Confurco, desde la carretera N-120. Por su parte, los cicloturistas que prefieran hacerlo desde la entrada más meridional tendrán que buscar la entrada que se abre paso desde la carretera comarcal PO-407. Cabe recordar en este punto que se trata de una ruta de dificultad alta, con varios tramos de considerable empinación. En coche también es posible estacionar bastante cerca de la zona y recorrer un pequeño tramo a pie por una pista forestal hasta encontrar el mirador. Además, por si hubiera dudas, en el mashup de Wikiloc existen varias rutas georreferenciadas para visitar este excepcional mirador natural en O Porriño y otros puntos cercanos como el Vía Crucis o la iglesia de Santa Baia de Atios, A Fonte do Roupeiro y su área de lecer o la cima del Castelo de Cans entre otros.
Qué ver en las cercanías del Banco del Rider
Las tierras altas de O Porriño esconden muchos tesoros pétreos en forma de penedos como el caso del conocido "brócoli" de la parroquia de Atios. Esta curiosa formación rocosa cuyo semblante recuerda al de esta verdura se encuentra muy cerca del Banco del Rider, en una zona repleta de singulares figuras esculpidas sobre la piedra y de miradores naturales con vistas al corazón verde de las Rías Baixas.
Pero más allá de estos singulares penedos, a tan sólo cinco minutos en coche del entorno del Banco del Rider se encuentra el Observatorio Astronómico de Pé de Porras, enclavado en mitad de la red de miradores astronómicos de O Condado-Paradanta. El citado enclave forma parte del conocido como Mirador de San Cibrán de Guláns (Ponteareas) y está formado por un enorme marco de hormigón que realiza su función como ventana de observación a la comarca, un banco de madera y una especie de monumento megalítico que recuerda a un gran dolmen ancestral.