Pequeña cascada junto a la playa fluvial del río Verdugo

Pequeña cascada junto a la playa fluvial del río Verdugo Shutterstock Terras de Pontevedra

Escapadas

Recorriendo el río Verdugo: 8 rincones mágicos que merece la pena descubrir

Puentes colgantes, playas fluviales y espectaculares cascadas dan forma al recorrido del río Verdugo desde su nacimiento en Forcarei hasta su desembocadura en la ría de Vigo

25 agosto, 2024 05:00

Entre los muchos riachuelos que emergen y serpentean por los vastos territorios de la provincia de Pontevedra, hay uno que destaca sobre el resto por su importancia y encanto especial: el río Verdugo. Este tesoro fluvial enmarcado en las entrañas de las Rías Baixas nos invita a descubrir la magia y la belleza natural que envuelve a cada rincón del río en su camino hacia el océano Atlántico. Cabe recordar que el Verdugo encuentra su nacimiento en las tierras altas del municipio de Forcarei, en los límites de la pequeña aldea de Cernadelo, a más de 760 metros de altitud sobre la ladera de Outeiro Grande. 

A lo largo de sus cerca de 41 kilómetros de recorrido, el Verdugo se abre paso entre frondosos bosques de ribera, cruzando pasarelas colgantes o pasos de piedra, y deslizándose junto alguna que otra playa fluvial de aguas cristalinas antes de juntar sus aguas con las de la ría de Vigo, entre las localidades de Arcade y Ponte Sampaio. Lo cierto es que cada recoveco de este curso fluvial revela una parte única de la arquitectura popular y el patrimonio gallego, fusionando naturaleza y cultura en un itinerario para disfrutar con los cincos sentidos.

Fervenza de A Fírveda (A Lama)

Fervenza de A Fírveda

Fervenza de A Fírveda Turismo de Galicia A Lama

Una de las muchas maravillas naturales que esconde el río Verdugo en su descenso hacia el mar se encuentra enclavada a muy pocos kilómetros de su nacimiento. A su paso por el municipio de A Lama, en plena Serra do Cando, este riachuelo pontevedrés dibuja un enclave de ensueño donde la Fervenza de A Fírveda es la gran protagonista. El salto de agua presenta una caída en escalera de unos 15 metros, descendiendo entre rocas y bosques de ribera, y formando a sus pies una pequeña poza de aguas cristalinas. Además, el mencionado salto de agua también puede ser contemplado desde las alturas, pues en su parte más alta se localiza un mirador natural y varios molinos abandonados que ofrecen una panorámica preciosa del valle y la cascada. 

Puente viejo y playa fluvial del río Verdugo (A Lama)

Pequeña cascada junto a la playa fluvial y el puente medieval del río Verdugo

Pequeña cascada junto a la playa fluvial y el puente medieval del río Verdugo Shutterstock A Lama

En el lugar de Sucastro, dentro del término municipal de A Lama, se encuentra otro rincón de ensueño compuesto por una playa fluvial y un antiguo puente de piedra que cruza el río Verdugo. La citada pasarela fue construida en el siglo XIX con el objetivo de facilitar el tránsito de vehículos entre ambas orillas, si bien en la actualidad existe otra más moderna a escasos pasos. El entorno de la playa fluvial se encuentra enmarcado en un espacio de la Red Natura, rodeado de grandes arboledas que proporcionan sombra en los días más calurosos del verano. Además, en las proximidades también podremos encontrar un bar con terraza y en la propia zona existe un área recreativa dotada de parrilladas y un gran merendero con mesas de piedra y madera. 

Pasos da Fraga (Ponte Caldelas)

Os pasos da Fraga

Os pasos da Fraga Wikimedia Ponte Caldelas

La riqueza patrimonial y etnográfica del río Verdugo se hace evidente en lugares como el entorno de los Pasos da Fraga, enmarcados en una vieja encrucijada donde también se sitúa un antiguo molino y un singular peto de ánimas. En lo referente a este caminito de piedras, antaño era muy habitual colocar bloques verticales sobre el lecho del río para poder cruzarlo y superar la corriente. Un sistema arcaico, pero efectivo, que permitía a los lugareños con su ganado atravesar estas zonas de baja profundidad. Por su parte, el peto de ánimas ―también conocido como almiñas do río―  fue construido en el siglo XIX por devoción de unos vecinos de Laxoso de Abaixo, albergando en su interior un bonito retablo de madera policromada que representa en su escena a San Antonio liberando a las almas del Purgatorio. 

Playa de A Calzada (Ponte Caldelas)

Playa fluvial de A Calzada

Playa fluvial de A Calzada Concello de Ponte Caldelas Ponte Caldelas

El río Verdugo presume de albergar entre sus aguas la primera playa fluvial con Bandera Azul de España, reconocimiento que recibió por primera vez en el año 2015. La famosa playa de A Calzada se extiende a lo largo de 250 metros en el entorno de una presa de piedra enmarcada entre bosques de ribera. El entorno dispone asimismo de una amplia explanada para descansar, una zona con merenderos y césped, así como también parque infantil, parque biosaludable, cancha de voley y aparcamiento gratuito entre otros servicios. 

Fervenza da Roca (Ponte Caldelas)

Fervenza da Roca en el río Verdugo

Fervenza da Roca en el río Verdugo Concello de Ponte Caldelas Ponte Caldelas

Tres saltos de agua consecutivos el uno del otro dan forma a la recóndita Fervenza da Roca en Ponte Caldelas. Se trata de una las cataratas más inaccesibles de toda Galicia, aunque los que logran llegar hasta ella reconocen el valor natural y paisajístico que tiene este mágico paraje enclavado entre las aguas del río Verdugo. Lo cierto es que no existe un camino como tal para llegar hasta la espectacular Fervenza da Roca y el recorrido no es accesible para todo el mundo, si bien la mejor alternativa es tratar de alcanzar la zona subiendo a contracorriente desde la central hidroeléctrica o descender desde la parte más alta de la misma y seguir el trazado hasta la cascada. 

Puente colgante de Soutomaior

Puente colgante de Soutomaior

Puente colgante de Soutomaior Terras Atlánticas Soutomaior

El puente colgante de Soutomaior se ha convertido en uno de los grandes emblemas del río Verdugo, enclavado en un paraje idílico rodeado de bosques de ribera y naturaleza salvaje. La estructura de este espectacular puente se encuentra suspendida a unos seis metros sobre las aguas del curso fluvial, convertido en un escenario perfecto para fotografiar o disfrutar del paisaje. Además, la pasarela se encuentra en un muy buen estado de conservación que permite el paso de lugareños, pescadores y visitantes. Cabe destacar que muy cerca del entorno del puente colgante también se encuentra una pequeña playa fluvial de arena fina. 

Puente medieval de Camboa (Soutomaior)

Puente medieval de Comboa

Puente medieval de Comboa Wikipedia Soutomaior

El río Verdugo a su paso por Soutomaior nos regala una bonita estampa protagonizado por el puente medieval de Camboa. Se trata de una pasarela de origen incierto, aunque muchos expertos creen que este hunde sus raíces en la época romana e incluso que podría haber estado ligado a la construcción del Castillo de Soutomaior, fortaleza perteneciente a uno de los linajes más poderosos de Galicia durante la Edad Media. El puente de Camboa presenta tres arcos en su estructura, dos de ellos poseen una luz de 9,50 metros, mientras que el arco principal supera los 16 metros. Cabe destacar que hace apenas unos años se llevaron a cabo varias obras de restauración y mejora del puente, instalando pavimento de jabre y recuperando el entorno mediante la eliminación de especies invasoras

Illa de Medal y puente medieval de Ponte Sampaio (Pontevedra)

Camino de entrada a la Illa de Medal

Camino de entrada a la Illa de Medal Shutterstock Ponte Sampaio (Pontevedra)

La silueta del antiguo puente medieval de Ponte Sampaio marca la llegada a la desembocadura del río Verdugo, escenario de la famosa batalla librada contra los franceses en el año 1809. Cabe destacar que si bien su origen es romano, la pasarela no conserva elementos de aquella época y está compuesta en la actualidad por diez arcadas entre las cuales se sitúan los tajamares. Justo enfrente del puente medieval emerge de las aguas un enclave de raíces ilustres conocido como la isla de Medal o Insuíña. Este precioso islote perteneció en el siglo XX al pintor y ceramista Antonio Medal Carrera, que convirtió la propiedad en un reducto de paz y lugar de encuentro para artistas e intelectuales de la talla de Castelao, Asorey, Laxeiro, Ramón Cabanillas o Valle-Inclán. En la zona ajardinada de la isla de Medal todavía se conservan varias edificaciones tradicionales como un hórreo gallego, un palomar y hasta un cenador-mirador.