Música, sol, mojitos y quizás una tapa de croquetas caseras. Esta es la descripción de los muchos chiringuitos que han clavado sus sombrillas en las playas de la ría de Pontevedra. Aguas cristalinas, arena blanca y finísima y un cóctel fresquito harán que cualquiera sienta que se ha ido de vacaciones al Caribe.
Cartas que se renuevan cada temporada, cócteles ingeniosos y con ingredientes naturales y frescos y, sobre todo, vistas espectaculares con los pies puestos en la arena. La oferta es la más amplia de las Rías Baixas y la calidad de los establecimientos es indiscutible.
Hemos intentado reflejar en esta lista los locales más populares de la ría, aunque probablemente haya decenas de rincones mágicos que merece la pena visitar y disfrutar. ¿Los conoces todos?
Chiringo Atlántico (Playa de Francón, Cangas)
En la paradisíaca ría de Aldán, en el municipio de Cangas, el agua es de un intenso color turquesa durante todo el verano y la tranquilidad de sus arenales invita tanto a relajarse como a practicar deportes náuticos en familia. Además, podemos disfrutar de algunas de las puestas de sol más espectaculares de la zona.
Todo esto se puede hacer también con un delicioso cóctel preparado a pie de playa en el Chiringo Atlántico, desde mayo hasta septiembre. Muchas tardes de verano, además, cuentan con música en directo, y disponen de un sistema de reservas que evita aglomeraciones y ofrece a los bañistas la opción de disfrutar de un rato más de playa mientras preparan su mesa.
Galifornia Beach Bar (Playa de Tuia, Bueu)
Sobre la arena de la playa, en Tuia, encontramos uno de los chiringuitos favoritos de los gallegos, ya sea por su situación o por su oferta gastronómica. Desde cañas heladas hasta riquísimos cócteles con y sin alcohol acompañan a una carta que poco se parece a lo que se suele ver en estos establecimientos.
Muchas tardes, un DJ en directo acompaña a los clientes. Imposible resistirse a sentarse en la arena y contemplar el atardecer con un refrescante mojito en la mano, esa es la verdadera sensación de verano.
Muiño Vello (Playa de Lapamán, Bueu)
No nos vamos muy lejos todavía, porque una de las playas más largas de la localidad tiene también uno de los chiringuitos más populares de la zona. El chiringuito Muiño Vello, que toma el nombre de la cala en la que se encuentra, se divide en una zona de barra y mesas sobre la arena y otra elevada sobre un pequeño espacio de césped, también a pie de playa.
Dispone de aparcamiento privado y sus mojitos son el mayor reclamo cada verano. Además, la zona del chiringuito que se encuentra en la playa es el sitio perfecto para ver cómo el sol cae entre la isla de Ons y la península de O Salnés cada atardecer de agosto.
Chiringuito Aguete (Playa de Aguete, Marín)
Escondido en la arboleda en una de las esquinas de esta playa marinense se encuentra este local, con sus mesitas de madera y sus riquísimos y frecos ‘poké bowls’. También disponen de un ‘brunch’ con el que aprovechar todo el día en la playa, acompañados de batidos de fruta fresca o zumos naturales.
Como buen chiringuito veraniego, tiene también una carta de cócteles e incluso su propia marca de zumos ‘cold-pressed‘ (un proceso que conserva intactas los nuetrientes y la fibra de la fruta). Además, en las noches de verano acompañan toda esta oferta con música acústica en directo, ¿alguien se resiste?
Chiringuito Sinas (Playa de Raxó, Poio)
Uno de los locales preferidos de los visitantes de las Rías Baixas es este de la playa de Sinás, en la parroquia de Raxó (Poio). Este año cumple 25 de actividad y no nos extraña el por qué: un espacio inmejorable aderezado con una carta muy cuidada y la promesa de fabulosos cócteles.
Deliciosa comida casera y música en directo completan el éxito de este establecimiento, que se ha convertido en un imprescindible para los turistas y para los pontevedreses.
Kiosko Aturuxo (Playa de Area de Agra, Sanxenxo)
En una pequeña calita del municipio de Sanxenxo, poco después de salir de Poio, encontramos este rinconcito de paraíso en el que la música, los zumos de fruta natural y el verano están asegurados. Entre grandes arboledas, este arenal está protegido del viento y goza de su propio ‘microclima’, incluso la temperatura del agua parece más alta que en otros lugares.
Tomarse un mojito con vistas al mar es la mejor sensación que se pueda desear, y en este establecimiento es posible. La poca disponibilidad de aparcamiento de esta playa, la convierte en un espacio casi exclusivo en el que disfrutar de largas tardes de sol mientras se escucha el sonido de las olas.