Con el hilo conductor de la cerveza craft y los destilados ―principalmente el whiskey―, en menos de una década, Ye Olde Basset ha logrado convertirse en un lugar de referencia para todos los públicos, paladares y bolsillos en Pontevedra. Un proyecto que vio la luz en el casco antiguo de la Boa Vila gracias al tándem formado por Alberto Cousillas y David Peón. "La idea incial era crear un espacio para el afterwork", aseguran ambos. "Somos autodidactas, nuestra formación es de lectura desde hace muchos años. Antes incluso de entrar en el sector ya éramos grandes bebedores de cerveza", añade Alberto en tono jocoso.
De puertas para dentro, el local sigue la estética y filosofía del los clásicos pubs ingleses. "Desde las lámparas de araña a los sofás, pasando por los cuadros e incluso la música", comentan sus propietarios. De hecho, el nombre del local mantienen la misma fórmula tradicional que uno de los bares de copas favoritos de Cousillas en el país exntrajero: el Ye Olde Cheshire Cheese, el pub más antiguo de Londres. En las Rías Baixas, este establecimiento dispone de un variado catálogo de bebidas alcohólicas, con grifos y referencias rotativas que buscan sorprender tanto a entendidos como amateurs de este extenso mundillo.
Las entrañas de un "pub inglés" en Pontevedra
Como cualquier pub inglés que se precie, la oferta de cervezas artesanas en el Basset de Pontevedra supera las 120 referencias en nevera, con clásicos que se mantienen fijos y otros rotando en función de las novedades o temporadas. Además, cuentan con seis grifos diferentes que suelen ir cambiando todas las semanas. Lo mismo sucede con los destilados, cuya especialización recae sobre los whiskeys. Disponen de un grueso de licores escoceses, pero las etiquetas de lugares como Estados Unidos, Japón, Gales o Taiwán también se dejan ver en el establecimiento. Pero sin lugar a dudas, el filtro para todos ellos es la calidad. "La variedad es muy grande y queremos seguir creciendo, que el cliente siempre tenga algo nuevo que probar", sentencia Alberto.
Para David, el cliente ideal es aquel "que entra por la puerta afirmando que no le gusta la cerveza (…) y el que no tiene miedo a probar es el que mejor se lo pasa". El reto de conquistar los paladares más difíciles parece sencillo de la mano de estos expertos en tipos, texturas, sabores y demás matices de los alcoholes. "Aquí el 90% de la venta es sugerida", confirma David. "No tenemos carta de cervezas ni destilados en las mesas, funcionamos preguntando, hablando con cada cliente y buscando lo que quiere", agrega. Los precios de cada vaso o chupito están marcados en las botellas de los diferentes alcoholes, pues a pesar de que hay tragos más económicos, algunas bebidas alcazan los 350 euros de copa (la más cara del local ahora mismo).
Por todo ello, la experiencia en el Ye Olde Basset da comienzo cuando el visitante pone un pie en el local y continúa hasta el momento en el que degusta la primera caña o copa ―o Glencairn, el chupito oficial para la cata de whiskeys―, esperando conocer los entresijos del trago que acaba de llevarse a la boca… Al fin y al cabo, Alberto y David también aprovechan para cumplir una labor instructiva de forma totalmente desinteresada. "Para estar en este mundo, sobre todo cuando trabajas con artículos de mucha calidad, es condición sine qua non tener pasión por lo que haces", asegura David.
Además, la preparación de cada bebida también sigue una metodología específica en el Basset: "nuestras copas van medidas, es algo en lo que incidimos mucho. Al final es como una receta. La copa la preparamos en barra, se lleva a la mesa y damos la explicación de por qué", explican. De esto modo consiguen lo que ellos denominan como un perfect service.
Los eventos y otras ramas de Ye Olde Basset
Más allá de su labor esencial como establecimiento especializado en cervezas artesanales y destilados, en los últimos años, las raíces del proyecto de Ye Olde Basset han ido creciendo en múltiples direcciones. La organización de catas y otro tipo de eventos relacionados son un recurrente a lo largo de todo el año en el local, así como también las colaboraciones con otros negocios de la zona. Además, según aclaran ambos propietarios, el asesoramiento a espacios hosteleros que buscan introducir una selección de cervezas craft y destilados a su oferta habital se encuentra del mismo modo entre sus servicios.
"Tratamos de programar un evento cada mes. Con esto lo que intentamos hacer es poner en perspectiva a la gente sobre cómo funciona el mundo de la cerveza y el destilado (…) y dar también una visión más gastronómica de estas bebidas", explica Alberto. Para sus dueños, el objetivo principal de estas catas y maridajes es acercar a la clientela a productos exclusivos y de máxima calidad. El próximo sábado 25, por poner un ejemplo, preparan una cata de whiskeys de más de 18 años. "Son productos caros, a lo mejor estamos hablando de chupitos de 60 euros o copas de 100 (…) con esto tenemos la oportunidad de hacerlo más accesible. Por el precio de un chupito probarías un abanico de 3 whiskeys muy distintos", precisa David. También, de forma regular, en el local ofrecen la posibilidad de acceder a una cata de este licor, desde los 20 euros por cabeza, para probar una variedad de bourbon, otro whiskey japonés y dos escoceses.
Y otra de las grandes apuestas de la empresa pontevedresa recae en la concepción e importancia de generar sinergias. "La ciudad es un ecosistema y tiene que funcionar con locales de muy amplio espectro", afirma Alberto. "Dentro de estos locales, nos interesa hacer colaboraciones con los más afines a nuestra filosofía", agrega. Así, negocios como Juncal, La Artesa o Mar de Fóra engrosan la lista de cooperaciones en la Boa Vila. Con todo, no es de extrañar que Ye Olde Basset haya conseguido afianzar su marca de tal manera que incluso, a día de hoy, disponen de una pequeña línea propia de ropa, bolsas y gorras (a la venta en el local), que les permite trasladar su esencia más allá de las paredes de este pub de estética inglesa y alma gallega.