Hay algo que caracteriza, sin duda, a la provincia de Pontevedra, y esto es la cultura de los furanchos. Tal y como indican los especialistas de la Guía Furanchín el nombre de furancho procede de furo-ancho o agujero ancho que se hacía con el espicho para poder probar el vino. Esta tradición se remonta al siglo XVII y nació en el exterior de las casas, según la misma fuente, ya que el bajo estaba destinado al Ganado. Hoy en día son, precisamente, los bajos de las casas los que se convierten en pequeñas tabernas.
Febrero y la conmemmoración de San Blas marcan el inicio de la temporada de furanchos en la provincia, y Marín es uno de los enclaves en donde la citada tradición está más arraigada. Allí, con la entrega de las licencias por parte del Consistorio, se dio por inaugurada esta semana la época para degustar el vino en taza y las tapas más propias de la gastronomía gallega. Fue Pablo Novas, edil de Medio Rural, el que escenificó la entrega de la primera licencia al furancho Chámpalle unha gaseosa, que ya abrió sus puertas.
Precisamente, el Concello ha habilitado un enlace en el que se muestran todos los furanchos activos actualmente en Marín -así como la información relativa al contacto telefónico- y que se puede consultar aquí.
En el municipio de Marín hay 13 furanchos. Este es el listado completo, acompañado de las direcciones de cada local:
- Furancho A Palmeira (Miñán, 8)
- Chámpalle unha gaseosa (Cernello, 13)
- Amancio (Ameal, 42)
- Pouca cousa (Bouzón, 41B)
- Óscar (Pardavila, 54)
- Furancho do Chanco (Pastoriza, 9)
- Furancho do Maño (Brea, 4)
- Furancho Víctor (Castro, 41)
- Casa Lino (Casás, 10)
- O Quinteiro (Cadrelo, 1)
- A do currante (Moledo, 39B)
- O Alboio (Ruanova, 3B)
- A de Charo (Ruanova, 8)