La idea de abrir su propio restaurante ya rondaba en la cabeza de Jonathan Mota desde su más temprana adolescencia. Pese a esta incipiente pasión por la cocina, la vida terminó llevándole por el camino de las leyes y los números, al menos hasta su primera incursión en el mundo hostelero hace ya una década. Fue en Venezuela ―de donde es originario―, dirigiendo durante casi cuatro años una empresa de catering y eventos junto a su pareja. "La idea de Mijo nació allí", reconoce Mota. "En el momento de regresar, cuando aterrizamos en Vigo yo ya tenía la idea completa, desarrollada y definida de lo que iba a ser el restaurante", asegura.
Así, en mayo del año 2016, Mijo Minibiar abrió sus puertas por primera vez en un bajo de la céntrica Rúa de Luis Taboada. de Vigo En lo que respecta a la carta del restaurante, el recetario está basado en la experiencia vital de Mota a lo largo y ancho de países como Inglaterra, Italia o Estados Unidos. De esa serie de culturas gastronómicas absorvidas surge el concepto fusión de Mijo, que su propietario acierta a definir como "una cocina mediterránea con toques foráneos". ¿El resultado? Un viaje gastronómico, con el producto de cercanía como base, entre una auténtica dicotomía de texturas, olores y sabores que colman cada plato para conquistar a los paladares más variados y exquisitos.
Desde las entrañas de Mijo Minibar
La oferta de Mijo Minibar pasa por una carta reducida y alejada de las recetas clásicas, pero en la que el cliente podrá encontrar elaboraciones para todos los gustos. "Nosotros evidentemente enfocamos nuestra carta en un concepto, en un estilo que no cambia", comenta Jonathan Mota. Ese concepto, como ya aclaramos unas líneas más arriba, se encuentra a medio camino entre la cocina mediterránea y de fusión. "Es cierto que yo tengo una carta corta, por tanto para mantener a mi público satisfecho todo el tiempo voy cambiando el producto según la temporada", continúa el propietario.
Así, en una especie de consonancia con la cocina de mercado y del mundo, en el recetario de platos del local se han podido ir leyendo a lo largo de los años nombres como: ceviche kinilaw, focaccia de sardina ahumada, caballa & arroz cremoso, pizza de vaca a la brasa, bao de setas, pasta de trufa y parmesano o gallina ahumada son algunos de los ejemplos más destacados. "Mi carta es muy diferente, incluso los nombres y las descripciones no se parece a lo que la gran mayoría de restaurantes suelen ofrecer. No porque uno quiera sonar rimbombante, sino porque uno le da un trato al producto y a las elaboraciones distinto", aclara Mota.
De hecho, una condición inquebrantable de Mijo Minibar es el crear una experiencia gastronómica más allá de los sabores y las recetas tradicionales. "Ahora, sabiendo todo lo que he aprendido en los últimos años me atrevo a hacer cosas que a mi me apetecen hacer y los pongo como sugerencia en el fin de semena", reconoce. Es ahí ―en ese ápice de pleno rendimiento hostelero― cuando este emprendedor se permite dar una licencia creativa para sus recetas. "Das un nivel más de sabor", asegura. De las 10 o 12 elaboraciones que ocupan la pizarra, unos tres platos suelen modificarse cada poco tiempo para seguir sorprendiendo a nuevos y habituales.
La propuesta de Mijo Minibar se completa con una carta ―no carta, en realidad― de vinos perfectamente seleccionados. En su día también la coctelería londinense tuvo su espacio en el restaurante, aunque ahora mismo se encuentra relegada (por tiempo y diferentes motivos) a un tercer plano. "El vino sí que es algo importante para mi personalmente, profesionalmente y para el local", admite Mota. "El mundo del vino es infinitamente extenso y a mí lo que me gusta es que el cliente se deje aconsejar en ese sentido", añade.
Por esta razón, uno de los cambios más significativos que han introducido recientemente ha sido el eliminar la carta del restaurante. "La única carta que tenemos es una pizarra de comida. Yo te dejo elegir la comida pero la bebida te la elijo yo", declara Jonathan, no como una imposición, sino más bien como una manera de encontrar el maridaje perfecto en función del paladar de cada comensal. "Yo lo que hago es buscar un perfil de vino que encaje en tus gustos (…) He intentado desligarme de las marcas y que la gente no pida por el nombre de un vino", sentencia.
Un espacio para los eventos
Una de las facetas profesionales de Mijo Minibar abarca la realización de eventos privados de todo tipo, desde cenas de empresa o particulares a grandes citas y espectáculos del área metropolitana viguesa. "Estamos trabajando en poder ofrecerlo de manera más habitual", asegura Jonathan, quien apostó por convertir el restaurante en un lugar abierto a los grandes acontecimientos importantes prácticamente desde su apertura.
En ese sentido, Mota nos confiesa que una de las vertientes en las que Mijo Minibar se mantiene más activo es en la de los "eventos de calle". Y es que el restaurante ha podido trasladar su concepto culiniario en petit format hasta eventos del calibre de O Marisquiño, el Vigo Seafest ―en el que estarán por tercer año consecutivo― o incluso algún que otro festival de la zona. En definitiva, una ventana a través de la cual se puede descubrir la esencia de Mijo Minibar. "Es algo que quizás cosechas tarde, pero que ayuda", explica el propietario. Pues la realidad es que, cada cierto tiempo, en el restaurante reciben la visita de clientes que conocieron su cocina gracias a alguno de estos grandes eventos.