Esta historia empieza como muchas otras: fruto de la casualidad, o tal vez de la causalidad. En cualquier caso, el modelaje llamó a las puertas de Fer Fraga (Sanxenxo, 1999) hace sólo un par de años, cuando su carrera futbolística empezaba a despegar en el equipo juvenil del Pontevedra CF. Una llamada de camino a entrenar, una voz amiga al otro lado del teléfono (la del escritor, actor y también modelo, Pablo Piñeiro) y una inusual propuesta que no aceptaba negativas ―el desfilar en Pontevedra para Esdemga, el centro de Estudios Superiores de Deseño Téxtil e Moda de Galicia― fueron la confluencia perfecta de sincronicidades que llevaron a este joven gallego a cambiar los terrenos de juego por las pasarelas allá por 2019.
"Pablo para mí es como un hermano mayor y le debo mucho. Por él hice mi primer desfile y también me interesé por la actuación", reconoce Fraga. La primera vez que desfiló una voz en su interior le gritaba que aquel era su lugar. Poco después, la oportunidad de entrar en el mundillo llegaría de la mano de David Cabaleiro y The Tribe Model (su actual agencia en España), quienes supieron reconocer en él un magnetismo y talento innatos para la industria. En cuestión de meses, el gran debut de este gallego como modelo profesional quedaría marcado en una de las pasarelas más importantes del país: la Madrid Fashion Week, un evento que resuena incluso más allá del mundo de la moda. Más allá del modelaje, su estreno en las pantallas llegará en los próximos meses con el rodaje de una serie en Madrid para una importante plataforma de streaming.
Madrid, el impulso para alcanzar Milán
Después de la Fashion Week vendrían otros trabajos y motivaciones para este joven modelo y actor, como los desfiles para Pedro del Hierro, en Cortefiel y Springfield. "Yo seguía viviendo en mi casa, pero mi mente ya estaba en Madrid", relata Fer. "Obviamente creo que mi sitio está en Sanxenxo, o en Dorrón con mi abuela, pero en aquel momento me apetecía vivir nuevas experiencias, salir de mi zona de confort y para ello necesitaba irme a la capital", continúa. Madrid fue el lugar que empezó a abrirle las puertas del modelaje y la interpretación; pero también ese entorno donde ha podido formarse profesionalmente (Central de Cine, Estudio Juan Codina, Theatre For The People…) y desconstruirse a nivel personal, trabajar frente a los flashes y cámaras, y encontrar al mismo tiempo un propósito que a estas alturas ya ha empezado a cumplir: el de convertirse en un modelo internacional.
Fer Fraga acaba de fichar por "Why Not?", una de las mejores agencias de modelos que existen en Milán. Este mes de febrero aterrizó en la capital de la región de Lombardía para empezar a tomarle el pulso a la ciudad y darse a conocer ante los potenciales clientes. "Ahora no es una fecha donde se mueva muchísimo trabajo, pero a mí me sirve para adaptarme y para que cuando empiece a funcionar este ya instalado y acostumbrado a estos nuevos ritmos", explica con emoción. "La agencia está apostando mucho por mí y han querido que estuviera aquí (…) vamos a hacer todo lo posible por trabajar al máximo y que esto sea una carrera de fondo".
Alejado del ruido mediático vivido, con la mente serena y los pies bien clavados sobre la tierra, Fer Fraga reconoce que desde que se introdujo en el modelaje la idea de dar el salto internacional y volar a Milán siempre había estado entre sus planes. "Aunque es ahora cuando realmente me veo preparado", admite. "Ya no sólo a nivel físico, sobre todo a nivel mental. Estoy listo para vivir en un país nuevo, también para pasar mucho tiempo solo y permitirme disfrutar de ello", reflexiona el gallego sobre una industria a menudo idealizada y cuya "cara B" está cada vez más en el foco. "Esta vida es muy inestable en todos los aspectos, es como una rueda que siempre gira y tienes que pasar por todo (…) Hay un reconocimiento efímero y si no te preparas para cuando no lo tengas, ese es un monstruo que irá siempre en contra tuya".
A pesar de tener su nueva residencia a miles de kilómetros de Madrid, Fer no descarta seguir trabajando para campañas, marcas y diseñadores españoles. "Elegí Milán porque puedo ir y venir en un día si me quieren ver para hacer alguna prueba o para cualquier trabajo en concreto", explica. De hecho, el próximo mes de marzo arranca una nueva edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid en la que el gallego pretende volver a desfilar. "Todavía no se han confirmado algunos desfiles para los que estamos pendientes, pero espero estar", asegura.
Mientras tanto en Milán, la etiqueta de modelo internacional parece haberse adherido ya tras las letras de su nombre y apellidos; aunque el objetivo a largo plazo, según reconoce el propio Fraga, es "conseguir tener una agencia en cada país, al menos en las ciudades más importantes", y establecer su residencia en Madrid ― en la medida de lo posible― para así compaginar las carreras profesionales como actor y modelo. De momento, al menos durante el mes de mayo, este polifacético joven tendrá que regresar a la capital para sumergirse en su primer gran proyecto interpretativo. Los detalles son todavía una incógnita, pero Fer asegura estar "muy contento e ilusionado" con la oportunidad: "es la primera vez que voy a grabar algo a nivel serie o película, y eso para mí ya es un gran paso".
El trabajo como actor y su proceso de deconstrucción
Hay una frase de Osvaldo Santoro que dice que "ser actor es estar en una búsqueda constante de uno mismo". Unas palabras que para Fer Fraga cobraron todo el sentido al descubrir la interpretación en primera persona. "Lo que me he conocido durante estos dos años estudiando interpretación, pudiendo trabajar… es abismal. Para ser actor hay que deconstruir muchas cosas", afirma este gallego. Un viaje experiencial y profesional que le ha brindado la oportunidad de encontrarse a sí mismo entre las líneas de un guión; y a ser, de la manera más visceral y honesta posible, en la piel de iguales y polos opuestos. "En la vida siempre estamos condicionados por algo", expresa Fraga. "El poder meterte en un personaje, volar con él, entenderlo y experimentarlo durante semanas o meses… Eso no te lo puedes permitir en ningún otro aspecto de la vida, sólo actuando".
Un proceso de introspección que le ha permitido salirse de los moldes y las limitaciones de unas imposiciones sociales que nos acompañan desde la cuna. "Poco a poco, a medida que vivimos, vamos deconstruyendo todos esos pensamientos", comenta Fraga. "A normalizar el ir a un psicólogo o el hablar sobre una enfermedad mental, que alguien tenga ansiedad o depresión", prosigue. "A que el hombre se muestre vulnerable, que es maravilloso y a mí me parece que es donde realmente reside el atractivo". En definitiva, una interminable lista de aprendizajes que le han enseñado a darse cuenta de que su valía en la industria va más allá de las críticas o los estándares de una campaña; que las redes sociales son demasiadas veces el reflejo de una realidad distorsionada o, entre otras cosas, a abrazar las diferencias que hacen especiales a cada persona.
Con todo, el camino de Fer Fraga no acaba más empezar: de Sanxenxo a Madrid. Ahora, Milán; y puede que más adelante sean también las ciudades de Londres, París, Nueva York o Hong Kong. Como una ficha en un clásico juego de mesa conquistando cada casilla, en este caso las del modelaje internacional. Quién sabe si quizás pasadas varias décadas, en una exposición como la de "Untold Stories" (todavía presente en A Coruña), con las mejores capturas de un fotógrafo de moda a la altura de Peter Lindbergh ―dígase Mario Testino o Julia Hetta―, las imágenes de Fer Fraga puedan ocupar alguno de los marcos más emblemáticos de esa hipotética muestra.
Y tal vez del mismo modo, su rostro y actuaciones consigan perdurar en la retina imperecedera de la historia; en esa misma que proclama una inmortalidad construida sobre la memoria de cientos de generaciones que reconocen el pasado sin siquiera haberlo vivido. Pero de no ser el caso, antes de acabar la entrevista, Fer Fraga nos regala las palabras más honestas en una reflexión que resume a la perfección esa individualidad suya tan característica: "tengo la conciencia tranquila porque sé que pase lo que pase puedo volver a casa. Tener unos amigos y una familia que te acogen, te dan un hogar y un plato de comida… Ese es el auténtico privilegio".