En los últimos años ha dejado de resultar sorprendente encontrar a gente con la piel tatuada o que haya decidido hacerse algún que otro pendiente extra. Estos elementos, antes estigmatizados o relacionados con ciertas tribus urbanas, se han ido tornado cada vez más mainstream, extendidos entre todo tipo de personas sin importar casi su edad o su clase: están de moda.
Una demostración de esta tendencia es el proyecto de la conocida marca de joyería Aristocrazy, que impulsa desde hace unos años la campaña Piercing Month. Como su nombre bien indica, durante un mes recorren diferentes establecimientos de España con un equipo de anilladores -profesionales especializados en realizar las perforaciones y colocar los pendientes- que ponen de forma gratuita las piezas de Aristocrazy, denominadas piercings joya.
La ruta del Piercing Month ha hecho escala en Vigo este jueves con gran éxito. Solo se pusieron a disposición del público 26 citas para acudir a lo largo del día al stand de la marca, ubicado en El Corte Inglés, y la agenda se completó enseguida. Mañana estarán en Santiago de Compostela y el sábado harán una última parada en A Coruña antes de cambiar de comunidad.
La anilladora a cargo, Lorena García, lleva 10 años dedicándose a este sector y actualmente trabaja en el estudio permanente de piercing de Aristocrazy en la Gran Vía madrileña : "Ha cambiado el público que se acerca al piercing y lo hacen de otra manera", reconoce. "Veníamos de los años 2000, en los que la gente se hacía los piercings donde más se veían y lo más grande que se pudiera, ahora se tiende a una joya fina, de calidad, con pedrería y en las orejas".
El catálogo de piercings de Aristocrazy responde a estas características que describe la experta. De hecho, las clientas del evento en Vigo han optado en su mayoría por piezas plateadas de la marca hechas de diamantes, cuyo precio ronda los 200 euros, y en las orejas. Lorena García afirma que este tipo de pendientes están "más aceptados" y que hoy en día "se puede llevar una oreja con 13 pendientes sin que nadie se sorprenda". Con todo, sigue existiendo "gente más underground del piercing de toda la vida".
La moda del piercing también se constata al preguntar por la edad de la clientela. "Quizá antes sí que había un rango de edad más joven, de 20 a 40, pero ahora podría decirte que empiezan a los 13 o 14 años y he tenido hasta clientas de 80 años", cuenta Lorena. Y aunque "la joya no tiene género", las mujeres siguen siendo mayoría a la hora de pasar por la camilla de la anilladora.