Sinsalaudio, veinte años a la vanguardia de la cultura musical desde Vigo
Cinco amigos fundaron en 2002 una tienda de discos muy especial, que acabó saltando a la música en directo y convirtiéndose en promotora del Festival Sinsal en la isla de San Simón, uno de los festivales más conocidos y exclusivos del panorama gallego actual
19 septiembre, 2022 06:00Hace dos décadas que cinco amigos de Vigo, aficionados a la música, decidieron abrir una pequeña tienda de discos en las galerías de la calle Príncipe. Luis Campos, actual codirector de Sinsalaudio; Viktor Flores, uno de los DJ más conocidos y reputados del panorama vigués; Julio Gómez, programador de la sala Vademecwm y codirector del festival, su socio Richard; y el musicólogo Chiu Longina fundaron un pequeño reducto de "música difícil de encontrar" en el corazón de la ciudad de Vigo.
Aquella tienda, gracias a la pasión de sus dueños por la música, llegó a convertirse en uno de los referentes más importantes de la ciudad para hacerse con todo aquello que las superficies convencionales no tenían. "Teníamos conexión con Matéria Prima, una tienda de Oporto que ya se dedicaba a esto, y ofrecíamos cosas muy difíciles de conseguir y que rara vez se encontraban", explica Luis Campos.
Al mismo tiempo, Vademecwm comenzó a aumentar su programación y a convertirse en un local de referencia en Vigo y en toda Galicia, gracias a una amplia variedad de conciertos y a los DJ residentes y visitantes. "En ese momento se nos ocurrió la idea feliz de crear una programación fuera de la sala, que no era un festival al uso porque no teníamos recursos para hacer un evento de ese tamaño, pero programamos varios conciertos en varios días".
Así, explica Luis Campos, comenzaron a gestar la idea de un festival estacional, "un evento que fuese programando a lo largo del año: un festival ‘sin sal’, porque no era un macrofestival, en cuatro estaciones". Nació entonces el Festival Sinsal SON Estrella Galicia que conocemos hoy, desde una primera edición que estuvo conectada con un evento similar en Oporto del que pudieron aprovechar a varios artistas.
"Nuestra tienda de discos seguía siendo entonces muy amateur, porque la organizábamos y trabajábamos allí en nuestros ratos libres", confiesa Luis, "pero conseguimos ir programando en muchos espacios de Vigo en los que no era nada habitual escuchar música que no fuese clásica o jazz y nos convertimos en algo diferente". Llegaron a celebrar conciertos en el Marco, en teatros y salas de la ciudad, en el parking y la terraza del Museo Verbum, en el parking de Expocoruña y en los Jardines de Méndez Núñez de A Coruña… "hicimos cosas que hace veinte años no eran nada comunes", dice Luis Campos.
El renacimiento en San Simón
Diez años después de comenzar sus primeros festivales, el colectivo Sinsalaudio programó el evento más especial de su historia. "Acabamos en San Simón un poco por casualidad, hicimos allí un primer concierto de Ariel Pink aprovechando el décimo aniversario del festival y tuvo éxito", explica Luis Campos. "Lo hicimos porque empezamos a contar con patrocinadores y a tener más recursos y gracias a este primer evento descubrimos la isla".
La logística de montar un concierto en una isla pequeña supuso todo un reto para los fundadores de Sinsalaudio, que decidieron que, "ya que hacíamos el esfuerzo", alargarían el evento a un día completo. "Al final, montamos dos días y ampliamos el festival con otro tipo de actividades y de conciertos", cuenta Campos.
"Al cumplir los diez años hicimos un cambio a todos los niveles, también en cuanto a propuestas artísticas, porque hace veinte años era muy difícil traer grupos a Galicia y nos aprovechamos de que venían al norte de Portugal para disfrutar de cosas que, de otra manera, eran inviables". El codirector de Sinsal confiesa que han logrado consolidarse "gracias a hacer propuestas arriesgadas que tenían su público: ahora tenemos un festival que tiene su reconocimiento y hemos conseguido meter a 3.000 personas en una isla si saber qué van a ver".
Cartel secreto, secreto del éxito
Los diez años de Sinsalaudio marcaron un cambio de ruta clave para el festival, porque desde ese momento se decidió que el cartel del evento sería totalmente secreto. "Se tomó la decisión en un brainstorming", confiesa Luis Campos, "y lo pudimos hacer porque llevábamos una trayectoria amplia y teníamos cierta marca, además de seguidores fieles que confían en nuestro criterio".
A día de hoy, el Festival Sinsal es el único de Galicia que desvela su cartel cuando el público llega a la isla y, a pesar de ello, siguen haciendo sold out en cada edición. "Se trata de experimentar, de ver cosas diferentes y generar nuevos criterios: queremos que la gente sepa disfrutar de todo y de aprender aunque no les guste". Campos explica que esta también es su manera de evitar que la gente esté "encasillada" en uno o dos géneros.
"Las nuevas generaciones tienen una mentalidad más abierta y es más fácil hacer estas cosas, pero a nosotros siempre nos ha gustado romper con esa barrera de estilos musicales y que haya muchos tipos de música. Con esta programación hemos dado oportunidad a propuestas que de otra manera serían inviables", explica.
No obstante, el cartel secreto es un arma de doble filo, porque el público ha depositado su confianza en Sinsalaudio "y esto supone una responsabilidad muy grande porque puedes generar mucha frustración si no gusta lo que has programado". Reconoce que "es un riesgo que asumimos", pero también que es algo que está funcionando: "hemos llegado a hacer encuestas sobre qué opina el público de no anunciar a los artistas y la respuesta ha sido masiva para que mantengamos el cartel en secreto".
Veinte años de música en la ría
Los dos años de pandemia, reconoce Luis, han truncado los planes de Sinsalaudio para su vigésimo aniversario. "Habíamos pensado hacer algo, pero este no es el año: hay demasiada oferta de cultura y ocio, venimos de dos años muy complejos para todos y pensamos que no es el mejor año para los fuegos artificiales".
Precisamente por esto decidieron añadir a su Festival Sinsal de San Simón un concierto extra, al día siguiente de terminar la programación en la isla, en las instalaciones del astillero vigués Cardama Shipyard. "Fue un postre más que correcto y digno", dice Luis Campos.
Los planes para el futuro, confiesa, "implican más secretos". Después de veinte años de propuestas alternativas, no quieren renunciar a San Simón, pero sí barajan otros espacios en Vigo que puedan convivir con la isla. "Ahora mismo estamos limitados por el aforo y tenemos la suerte de que se agotan las entradas tan pronto salen, por eso no queremos ser un macrofestival ni perder nuestra esencia, pero montar en la isla tiene muchas complicaciones y conlleva un gran desgaste personal también".
Tras "más de 500 o 600 conciertos", lo cierto es que Sinsalaudio todavía tiene cuerda para rato y, después de cerrar con el lleno su festival de otoño, prepara ya un vigesimoprimer aniversario que promete, como cada año desde 2002, llenar la ría de Vigo de buenos artistas y propuestas alternativas.