En 2004, llegaba a la escena de los cantautores españoles un nuevo miembro. Un madrileño exótico como su nombre, Marwan Abu-Tahoun Recio, comenzaba a sonar en los locales de la capital, aunque tres años antes había grabado sus primeras canciones.
En el pequeño escenario del mítico Libertad 8, situado en la calle madrileña que le da nombre, un tipo alto y espigado y de pelo ensortijado comenzaba su carrera siguiendo los pasos de artistas como Luis Pastor, Pedro Guerra, Rosana, Jorge Drexler o Ismael Serrano, que le habían dado empaque a aquellas maderas desde donde se habían impulsado al éxito.
Marwán forma parte de una generación de cantautores que abarca a Luis Ramiro, Andrés Suárez e incluso a Carlos Chaouen y Quique González. Un grupo de compositores que, reconoce, se han centrado más en "temas relacionales", a hablar más de amor que de componer la tan asociada a su registro "canción protesta". A pesar de incluirse en ese grupo, temas como Meninos da rua o su última Nana urgente para Palestina, entre otros, sitúan al madrileño en un espectro de artista con un gran poso de activismo político.
Parte de esta concienciación social está muy enfocada a Palestina, país originario de su padre, Salmán, nacido en el campamento de refugiados de Tulkarem, en Cisjordania, dos años después de la creación del estado de Israel. Un tema sobre el que Marwán considera que existe una "grandísima desinformación, muchas veces intencionada" generada por un "periodismo sistémico que tacha a lo árabe, islámico y palestino como integrismo, cuando no es así en todos los casos".
"Siempre le digo a la gente que qué harían ellos si un país vecino, como Portugal o Francia, ocupase sus casas, controlase sus fronteras, sus carreteras, los bombardease e incumpliese toda la legalidad internacional", expone Marwán, que lamenta que el escaso conocimiento se reduzca a 45 segundos de una noticia en televisión.
Esa implicación también le ha servido para haber sido nombrado "Músico por la paz" por Federico Mayor Zaragoza (Ex Director General de la UNESCO) en el Parlamento Europeo por sus múltiples participaciones en conciertos solidarios.
20 años sobre los escenarios
"No tenía grandísimas ambiciones", reconoce cuando se le pregunta por sus 20 años de carrera. Si echa la mirada atrás, confiesa que su principal objetivo era "expresarse a través de las canciones". "Iba a ver a Ismael Serrano al Palacio de Congresos y como mucho aspiraba a eso, no tenía más ilusiones. Al final, nunca he tocado allí, pero sí en otros sitios increíbles", explica. "Si hubiese tenido expectativas al principio, las habría cumplido con creces", sentencia.
Y es que a lo largo de estas dos décadas, Marwán se ha consagrado como una de las principales voces de la canción de autor en España y Latinoamérica. Con su disco El viejo boxeador, donde comparte con su padre la imagen de portada, ha girado por España en 70 conciertos y otros 10 por México, un ejemplo de lo que significa su figura; este disco, por ejemplo, encabezó la lista oficial de ventas en formato físico y fue número 1 en ITunes desde el mismo momento de su publicación.
Desde sus primeros conciertos hasta hoy reconoce que el tiempo ha influido mucho, pero que en el fondo, persiste una misma idea. "He cambiado muchas cosas, pero la esencia sigue intacta. Sigo con la misma búsqueda musical; es más rica la música, pero se mantiene la búsqueda de canciones poéticas que cuentan nuestra vida, con letras trabajadas que desentrañan las emociones".
Su nuevo trabajo de estudio es el que le trae hasta Galicia con dos conciertos programados en su gira. En Vigo, donde actúa hoy en La Fábrica de Chocolate a partir de las 21:30 horas con entradas a partir de 22 euros; y en Santiago de Compostela, el 1 de marzo en la sala Capitol, con entradas también por 22 euros.
Lavado de cara a 22 canciones
El repaso a sus 20 años sobre los escenarios lleva el nombre de Canciones para una Urgencia, donde ha dado una vuelta de tuerca a 22 de sus temas; un sonido más moderno que deja atrás el "estigma" del cantautor, fruto de la evolución natural y una ambición por huir de todo cliché ampliando su espectro musical que lo acercan más a sus gustos actuales y a un universo más amplios.
Además, en 14 de estas canciones con lavado de cara se acompaña de voces de artistas como Rozalén, Luis Ramiro, Andrés Suárez, Pedro Guerra, Izal, Nach, Kevin Johansen o Miguel Poveda, entre otros. Precisamente, al artista barcelonés lo destaca entre sus duetos del disco, porque aporta algo "estratosférico".
"Todos cantan mejor que yo, pero la voz aguda de Poveda y su calidad, cómo se mezcla con mi voz más grave, es increíble", confiesa, aunque deja bien claro que cada acompañante de este disco le ha hecho "ilusión" cantar con ellos ya que los admira "muchísimo". Otros que admira y que hubiese deseado que estuviesen en el disco son Sabina y Serrat. "Ellos siempre me van a faltar, porque son dos referentes".
En este último disco, Marwán también recupera parte de la esencia de sus inicios. Tras comenzar de manera independiente, en 2016 fichó por Sony. "Fue una gran experiencia que una gran compañía te considerase un activo para llegar más lejos y a más personas. Mis medios se multiplicaron y en las producciones me dejaron seguir haciéndolas a mi manera", asegura. Pero también reconoce que "pasar muchos filtros" conlleva que las cosas "tardan más, pierdes poder y velocidad", por lo que ha recuperado esa independencia. "En este disco aplico todo lo aprendido en Sony", añade.
Una industria que ha cambiado, especialmente desde la pandemia, como puntualiza, y que ofrece una forma de negocio que él no comparte. Parte de esos cambios existen a la hora de lanzar un disco a través de muchos singles dejando en un plano inferior el trabajo completo. "Me siguen emocionando los artistas de discos completos, como Damien Rice, me gustan los que siguen cuidándolos", señala, aunque reconoce que "sacando así las canciones llegas a más gente". "Un disco cuesta mucho grabarlo y hay que buscar la fórmula para que se escuche mucho, y esta es una de ellas", admite, ya que "lo que se escucha en las plataformas digitales son los singles, las que no lo son tienen infinitas menos escuchas".
Además de la de cantautor, Marwán tiene otra faceta en la que también ha alcanzado el éxito, la de poeta, que ahora tiene bastante aparcada. A pesar del reconocimiento del público, en su momento le supuso ser señalado y criticado por poetas "clásicos" en las redes sociales. "Esas críticas no las entendí, pero ahora me dan igual, no me incumben", asegura Marwán, que se define como "un músico que escribe poemas". "No me importa que hablen mal de mí, pero que no me escriban directamente", dice entre risas. Su contestación a esos críticos se puede escuchar en la canción 5 gramos de resentimiento que interpreta con el rapero Nach.
Regreso a Vigo y a Galicia
Hoy Marwan actúa en La Fábrica de Chocolate, el mismo lugar que visitó en 2016, aunque su relación con Galicia va más allá. En lo personal, tuvo una pareja gallega por lo que visitó esta tierra en múltiples ocasiones, y en la provincia de Pontevedra dio muchos conciertos en sus inicios, visitó el Náutico de San Vicente y paseó por la playa de la Lanzada.
En lo artístico, con Iván Ferreiro compartió el tema Los restos de esta historia y compartirá también escenario el 8 de agosto en el festival Costa Feira de Sanxenxo. "Con Iván tengo una relación magnífica. Es de los mejores artistas y de los más singulares, con una personalidad ‘de locos’", señala. Además, le reconoce haber compuesto "canciones que cualquier artista hubiese querido" y su último disco, Trinchera Pop, lo define como "una locura".