Miles de personas, 50.000 según los organizadores y 24.000 según delegación de Gobierno, se concentraron este domingo en la Plaza del Temple de Valencia para expresar su indignación y rechazo al acuerdo entre el PSOE y Junts para investir a Pedro Sánchez como presidente.
Una hora antes de la convocatoria oficial del PP, la céntrica plaza valenciana estaba ya abarrotada. Con banderas españolas, europeas y valencianas, los asistentes ocupaban posiciones para ver de cerca a los líderes populares.
Sonaron canciones de Rosalía, Shakira o Vicco para amenizar la espera en un caluroso domingo, solo interrumpidas por las consignas de la protesta: "Puigdemont a prisión", "Pedro Sánchez traidor" o "España no se vende".
"Valencia no permitirá que nuestro país se venda", subrayó la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, para dar inicio al acto. "Pelearemos, levantaremos las manos y daremos la batalla contra la impunidad", defendió entre aplausos de los asistentes.
Para Catalá, esta protesta demuestra el "clamor social y popular de la gente normal" porque "ya está bien de saltarse la ley, favorecer a los amigos, comprar la butaca de la Moncloa y que unos tengan que cumplir la ley y otros se vean impunes".
"La izquierda hace mal si cree que esto es un movimiento político, porque esto es un movimiento social, cívico y tranquilo", añadió la alcaldesa, al tiempo que aseguró que los españoles "no tolerarán" lo que "está pasando en este país de mano de Pedro Sánchez".
También intervino el presidente provincial del PP y presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, quien defendió que "una imagen vale más que mil palabras". En este sentido, consideró que millones de personas están indignadas, por lo que "toca decir basta a este mundo al revés en el que nos ha metido Sánchez".
Por su parte, el vicesecretario de Asuntos Institucionales e Internacionales del Partido Popular, Esteban González Pons, aseguró que "la revolución pacífica de los españoles está en marcha" y se comprometió a dar la batalla en las instituciones, los tribunales y las calles. Eso sí, "de forma pacífica".
“La indignación ha de convertirse en un clamor que se oiga en toda España”, aseguró durante su intervención, en la que explicó que "la democracia europea está en peligro si la democracia española también lo está".
En este sentido, consideró que "es hora" de que cada uno se pregunte "qué puede hacer por su patria". "Algún día la historia contará que todos nosotros estábamos aquí y que Valencia se puso en pie con serenidad y firmeza", añadió.
La jornada en Valencia se desarrolló sin incidentes, aunque los parlamentos oficiales de los líderes del PP valenciano tuvieron que interrumpirse por la aparición entre la masa de un grupo ultra.
Fueron los propios asistentes al acto los que empezaron a pedirles que abandonaran el lugar. Finalmente, González Pons se vio obligado a intervenir: "Los ultras no son bienvenidos a esta concentración, por favor, que se retiren".
Como broche final del acto, sonaron los himnos de la Comunitat Valenciana y de España.
Apoyo de Vox
El acto contó con el apoyo de los principales líderes de Vox en la Comunitat Valenciana, como el vicepresidente del Gobierno valenciano, Vicente Barrera, o el diputado nacional, Carlos Flores Juberías.
Vicente Barrera señaló que la manifestación, pese a haberla convocado el PP, no es cosa de partidos, sino de "ciudadanos libres en contra de la ruptura de España".
"No queremos ningún protagonismo, solo queremos defender a los valencianos, a los españoles, del golpe de estado que se está aplicando", afirmó en declaraciones a los periodistas, minutos antes de comenzar el acto.
Tras la concentración en la Plaza del Temple, Barrera se dirigió a otra protesta frente a la sede PSOE en Valencia, en la que, según datos de delegación de Gobierno, participaron unas 15.000 personas.
Protesta en Castellón
En Castellón participaron 12.000 personas, según el PP, y 4.500, según la Delegación del Gobierno, sin que se produjera ninguna incidencia.
La presidenta provincial del partido, Marta Barrachina, afirmó que "quebrantar la Constitución y boicotear la ley no es el mejor camino para ser investido presidente". Por ello, defendió que "Castellón está en pie para defender la democracia donde sea necesario".
Por su parte, la alcaldesa de Castellón, Begoña Carrasco, defendió la unidad y aseguró que los castellonenses "han dicho que en su nombre no a la amnistía y que España no se vende".